La impactante frase de sketch cinematográfico, cual “furia bolivariana” rodando en escena, nos conduce de inmediato, al nombre de una mina de oro que operaba de forma ilegal al sur del estado Bolívar, en Venezuela, y “zuas”, se derrumbó, ocasionando una espantosa tragedia de muertos, heridos, desapariciones, desalojos y miseria humana.
Acto seguido, nos aterriza en la mente, que todo este tiempo de socialismo de siglo 21, oclocracia, narco dictadura, turba gobernante, (ya resulta difícil definir la despótica y oprimida territorialidad), el país ha estado inmerso en una desquiciada Bulla Loca.
Algunos trasnochados tratadistas, han intentado en asociar el extraño modelo, con el surrealismo de rodilla en tierra, o bien, con el sofisticado y bien posicionado, producto de exportación pesuvista, made in Tocorón, y tan mentado, tren de Aragua, pero al parecer no encaja, y optan por abandonar su atrevimiento.
Volviendo a la majestuosa Guayana, del Salto Ángel y eternos tepuyes, prodigioso reservorio de los sueños dorados de tantos juglares que han visto de cerca sus maravillosos y diamantinos encantos naturales, caeremos en cuenta, que las tan benevolentes tierras, siempre han sido asediadas por la agitada bullaranga.
Basta recordar, las mágicas aventuras, que van y vienen, en torno a los tesoros ocultos de El Dorado, que hoy en día, siguen tan campantes, como en la lejana conquista ibérica. Pareciera que ya no importa, la Bulla Loca, sobre la voraz depredación del Arco Minero. Y menos, con la pavorosa devastación, de las márgenes del Orinoco, que arrasarían, con sus ricas fuentes hidrológicas de agua dulce.
Del convulso sur del país, no cesa de fluir hacia la capital y demás regiones del país, un verdadero caudal de información, sobre nuevos y asombrosos descubrimientos, que se dan en el corazón minero del estado Bolívar. Como “la bomba”, del mineral llamado rodio, parecido al platino, que desplazaría, en precio, versatilidad, canje y valor financiero, al oro, el coltán, el diamante, y cuanto mineral precioso aparecido.
Pero hasta ahora son medias verdades, nada oficial, un “secreto muy bien guardado”, como el desaparecido Old Rarity, que solo generan más Bulla Loca.
No menos bulliciosa, se presenta la siempre apetecida territorialidad politiquera, centro norte costera del país, donde verdaderamente, “se bate el cobre”, del poder, se maquinan, ensayan, y ponen a rodar, los más insólitos capítulos de la política nacional.
Sin duda alguna, uno de esos episodios, puesto en la escena nacional, fue la monumental tranca vial que prácticamente, paralizó al país, en medio de un colorido rodaje de autobuses, llegados a Caracas, de todos los rincones de Venezuela. Con tanta Bulla Loca, para que retumbara, en la “Conchinchina”.
Servido el escenario, con público, bambalinas y muchas cámaras en acción, se procedió, como se dice coloquialmente, a matar tres pájaros de un tiro.
En primer término, exhibirle al mundo, la fuerza de los cañones. El “multitudinario respaldo popular” con que se cuenta para las presidenciales. Un fallido y amargo desliz, que falló estrepitosamente, pues las cámaras, solo mostraron la evidencia, de un inmenso despilfarro.
Seguidamente, utilizar la tranca, para lanzar la nueva matriz de opinión, sobre el fraguado Cronograma Electoral Nacional, devenido, en el Gran Acuerdo de Caracas, que según Maduro, mejora y sustituye en lo sucesivo, al Acuerdo de Barbados.
Finalmente, anunciar la “gran patada” a los Acuerdos de Barbados y el fin a las negociaciones con la verdadera oposición política del país, lo que a criterio de los analistas políticos, con ello, el régimen se estaría vengando, y además mofando, de la paliza que le propinara la oposición, el 22 de octubre 2023.
Se especula, que con el ventajista zarpazo, de coronar el 28 de julio, cumpleaños de Chávez, como fecha para celebrar las elecciones presidenciales 2024, y el 5 marzo, día de su muerte, para hacer el gran anuncio, del cronograma electoral, el chavismo estaría resucitando el nombre de su mentor, para utilizarlo como “cábala babalao”, en la campaña comicial, como en los viejos tiempos de tantas victorias.
Pero, la única gran verdad, es que Maduro tiene, no solo miedo, sino pavor, de medirse cara a cara, en una elecciones, libres, transparentes, con MCM, pese a todo su poder, e inusitados despliegues de Bulla Loca, porqué sabe, que el pueblo venezolano está hoy en las calles, con la llamada imbatible, Dama de Hierro.
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