El Observatorio Venezolano de Finanzas, OVF, estimó que durante el mes de febrero de 2024 se registró una deflación del -0,5% en Venezuela, es decir, una variación negativa de su índice general de precios. En algunas notas de prensa se asoma la posibilidad de que dicho fenómeno tenga efectos sobre la economía o que constituya manifestación de otros fenómenos económicos.
Se ha llegado a asegurar que los consumidores estarían siendo beneficiados por el hecho de una reducción de los precios. Sin embargo, aun cuando a priori lo anterior suene con sentido para algunos lectores, esto no es necesariamente cierto, dependerá de la naturaleza del fenómeno deflacionario e incluso del horizonte temporal – Corto vs. Largo plazo, y si cabe una explicación adicional a la monetaria y a la cambiaria ya asomada por el OVF-. La deflación puede manifestarse más como una consecuencia de eventos económicos negativos que una causa de recuperación.
Asomaremos unas reflexiones microeconómicas -estática comparativa- que exigen evidencia empírica porque hasta ahora se informa una reducción general en los precios, pero poco se detalla respecto a las cantidades efectivamente consumidas o vendidas al consumidor final. Adicionalmente vale destacar que el desempeño de los precios por sector económico resultó heterogéneo según el OVF, por lo que un estudio de cada rubro y/o sector podría dar luces del estado actual y el desempeño de cada mercado.
(1) Al comparar dos precios distintos o dos situaciones de precios diferenciados en un mercado teniendo como criterio la maximización del Bienestar Social, según un principio económico, sólo bastaría comparar el nivel de demanda satisfecha en ambos casos -todo lo demás constante-. Aquella situación que muestre una demanda satisfecha mayor corresponderá con aquel caso de mayor nivel de Bienestar Social, “independientemente” del precio. Lo anterior ocurre porque el precio es una regla de reparto del valor de mercado de un bien entre los oferentes por un lado y los demandantes satisfechos por el otro lado. En este sentido, lo que importa es el área debajo de la curva de demanda y sobre la curva de oferta restringida por una vertical correspondiente al nivel de demanda satisfecha.
Esto implica que si la reducción en los precios promedios, supongamos en un rubro, es producto de la competencia entre las empresas, la demanda se habría expandido y se habría recuperado “pérdida de peso” muerto, aumentando del Bienestar Social.
Según algunos medios, en sectores como el de alimentos, una serie de descuentos e incluso una mayor rivalidad en precios podría haber presionado a la baja los precios, lo que podría explicar declaraciones como las aportadas por CAVIDEA, Cámara que asegura que la demanda de alimentos habría aumentado en lo que va de año y durante el mes de febrero.
(2) Sin embargo, si la deflación es producto de modificaciones en la curva de demanda generadas por la pérdida de poder de compra de la moneda, sueldos y salarios, lo más probable es que un menor precio de equilibrio implique un menor nivel de Bienestar Social. Lo anterior explicado, por un lado, producto de la pérdida de consumidores marginalistas, y por el otro lado por la pérdida de disponibilidad a pagar por parte de aquellos consumidores que podrían continuar accediendo al producto.
Peor aún, si adicionalmente la inflación pasada o acumulada ha impactado a la estructura de costos y a la curva de oferta -desplazándola hacia arriba- incluso manteniéndose el nivel de los precios de equilibrio, tanto la demanda realizada como el área debajo de la curva de demanda y sobre la curva de oferta serán menores y menor el Bienestar Social.
En este sentido, el Bienestar Social -área debajo de la curva de demanda y sobre la curva de oferta acotada por el precio y el eje de las coordenadas- depende no solo del precio sino de la forma y/o altura de tanto de la curva de demanda como de la curva de oferta.
(3) Un traslado de la curva de demanda hacia abajo producto de la pérdida de poder de compra podría determinar un aumento en el precio de equilibrio. De hecho, este fenómeno pudo haber ocurrido en Venezuela donde a pesar de la constante pérdida de poder de compra de la moneda, continuaba produciéndose ajustes de precios al alza en ciertos rubros.
Suponga una situación de poder de mercado por parte de un oferente -ej: por productos diferenciados, competencia monopolística o un monopolio- y se produce una rotación de la curva de demanda por pérdida de poder de compra pivoteando sobre el punto de corte con el eje de las coordenadas hacia abajo (una pérdida de poder de compra regresiva). La empresa al fijar su precio igualando su ingreso marginal con su costo marginal podría determinar un nivel de precio mayor aun cuando la demanda o el área debajo de la demanda resulten inferiores.
Lo anterior podría ocurrir porque en un escenario de precio único, el oferente podría perder interés en fijar un precio que atienda a demandantes con baja disponibilidad a pagar sino descremar aquellos segmentos con alta disponibilidad de pago. De hecho, esta puede constituir una hipótesis de por qué en Venezuela ha podido aumentar los precios aun cuando la demanda va perdiendo poder de compra constantemente, y es porque las personas con muy baja disponibilidad de pago salen de la demanda target porque ni siquiera podrían pagar el costo de los bienes.
Asimismo, los oferentes cuando maximizan sobre su curva de demanda aplican el principio de “Racionamiento Eficiente” por lo que puede que busquen descremar a aquellos consumidores con alta disponibilidad a pagar dejando de atender a los consumidores de baja disponibilidad de pago, especialmente si estos últimos constituyen una baja proporción de la demanda por ejemplo producto de que su pérdida de poder de compra los termina sacando del mercado.
Todo lo anterior exige un análisis empírico por rubro, mercado y/o sector económico.
Economista UCV