El tiempo transcurre aceleradamente. Como el agua de los ríos, pasa y no se devuelve. Se vence el primer trimestre del año con una importante dosis de incertidumbre en buena parte de los venezolanos. Cada día está más claro que Nicolás Maduro y las cabezas del régimen harán todo lo que está a su alcance, legal o ilegalmente, para retener el poder. La represión indiscriminada está a la vista. Piensan qué por temor a la represión, es decir por miedo, los sectores democráticos se rendirán y, de esta manera, podrán alcanzar sus objetivos. El fundamental es seguir gobernando hasta el 2030, por lo menos. En esa dirección gastan todo el tiempo sin cumplir con las tareas que la Constitución y las Leyes de la República les imponen.
Lo cierto es que este régimen no debe, ni puede continuar. Veinticinco años, un cuarto de siglo, han sido suficientes para que pueblo venezolano, a todos los niveles socioeconómicos, con plena consciencia de lo que acontece, esté decidido a ponerle punto final a la tragedia que padece. Lo normal y menos traumático es por la pacífica vía electoral. El problema es que Maduro tiene el rechazo de más del ochenta por ciento. Lo sabe. El verdadero miedo es de su parte. Sabe que en una confrontación electoral honesta perdería irreversiblemente frente a María Corina Machado. Sufriría una verdadera paliza con graves repercusiones a nivel continental y mundial.
MCM es víctima de una inhabilitación al margen del Derecho. Legalmente inexistente, pero las vías de hecho indican que, al menos por ahora, no le permitirán inscribirse formalmente como candidata presidencial. Ella, una vez más, da muestras de su liderazgo, de su desprendimiento y de su enorme vocación democrática, presentando para su inscripción como candidata a la doctora Corina Yoris, eminente académica de intachable trayectoria en su brillante carrera. Ya veremos que sucederá en los próximos días.
Una cierta incertidumbre y relativa confusión ha existido, pero empieza a despejarse. Las esperanzas siguen intactas y el respaldo a María Corina se mantiene. Se espera la última palabra de su parte. Contará con el respaldo masivo de todos cuantos anhelan un cambio radical y profundo. En este momento continúa ejerciendo el máximo liderazgo. Las maniobras desarrolladas hasta ahora para impedir el uso de las tarjetas electorales de la MUD y de Un Nuevo Tiempo, tienen un final a corto plazo. Ojalá que cuando estas notas sean publicadas los obstáculos hayan sido superados.
Mientras tanto, aprovechemos la Semana Santa que se inicia con este Domingo de Ramos para pedirle al Señor, nuestro Dios, que nos acompañe en esta etapa final de una lucha demasiado prolongada. Así será. Muy pronto, este mismo año, tendremos unas felices navidades.
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