Personaje de gran significación en las décadas fundacionales de la República. Un político ilustrado formado desde muy joven en Europa, perteneciente a una de las familias más poderosas de la colonia. Uno de sus tíos, Martín Tovar Ponte, fue uno de los grandes propietarios que privilegiaron sobre sus intereses la causa independentista
No fue hasta 1860, cuando en Venezuela se pudo elegir ‑mediante el voto directo‑, al presidente de la República. En aquella oportunidad el sufragio favoreció a Manuel Felipe Tovar, aunque había heredado el título de «Conde de Tovar». Según anotaciones de biógrafos y detractores, a Tovar se le consideraba un ciudadano ejemplar de tendencias republicanas.
Ese 10 de abril de 1860 el Congreso de la República, celebró las primeras elecciones donde el pueblo acudió a votar en forma directa y secreta después de la Independencia, todo enmarcado en la Constitución del 31 de diciembre de 1858, en plena Guerra Federal, Para escoger al sucesor de Julián Castro.
Solo pudieron ejercer el derecho al voto los venezolanos varones mayores de 20 años o casados. Los escrutinios, En estos comicios resultó vencedor el escritor e intelectual Manuel Felipe Tovar con 35,010 votos, representando el 87.2% de los sufragios, seguido por Pedro Gual, 4,389 votos, José Antonio Páez, 746 votos. Tovar, se convirtió así en el primer Presidente elegido por los venezolanos, ya que hasta entonces el Congreso designaba al presidente. La juramentación se llevó a cabo el 12 de abril de 1860, en el templo caraqueño de San Francisco.
Tovar gobernó el país durante la cruenta Guerra Federal, y cuando el general José Antonio Páez, exiliado en Nueva York, regresó a petición del gobierno para encargarse del Ejército, el recién elegido primer mandatario nacional sólo dura 8 días, motivado al deterioro de las arcas públicas y la franca descomposición y ruina del ejército que se consumía en aquella contienda armada.
Presionado por estas circunstancias, el Presidente Tovar renunció a la Presidencia de la República el 20 de mayo de 1861, siguiendo los pasos del doctor José María Vargas, quien gobernó en circunstancias similares. En 1858, junto al general Ezequiel Zamora y otras fuerzas políticas, destituyó del cargo de presidente a José Tadeo Monagas.
[Discurso de Tovar ante el Congreso para dimitir «…en medio de la lucha contra los rebeldes, se me han creado obstáculos de todo género, aun por hombres que como yo, habían jurado también sostenerla (la Constitución), hasta hacer estallar una revolución a mano armada, con la defección de tropas al servicio de la República, confabuladas ya con los antiguos enemigos de las Instituciones». «Si no conseguía cumplir con mi deber renunciaría. Segundo, haría todo en mi poder para que el gobierno funcionara en todo el territorio, y esto tampoco ocurrió. Tercero, solicité a los líderes que cooperaran conmigo por el bien común del pueblo, eso tampoco ocurrió».
Manuel Felipe Tovar.
Un republicano ejemplar
Tovar nació en la bucólica Caracas el 1 de enero de 1803. Sus padres fueron don Francisco Nicolás de Tovar y Tovar y doña María Altagracia de Tovar y Pont. Era descendiente directo del obispo Fray Mauro de Tovar, quien llegó a Venezuela con sus sobrinos en 1640.
Manuel Felipe Tovar había sido un seguidor incondicional de los pensamientos del centauro llanero José Antonio Páez, acompañándolo en su intención de separar a Venezuela de la Gran Colombia
Su carrera política inició cuando fue electo diputado al Congreso Nacional en 1832, correspondiéndole presidir la comisión que estudia el la reforma al Escudo de la República. Es ferviente defensor del retorno de Vargas a la Presidencia luego de un golpe de Estado reformista y es encargado de comunicar a José Antonio Páez su designación como Comandante en Jefe del Ejército para imponer la constitucionalidad por la fuerza de las armas. Sin embargo posteriormente vota a favor de la aceptación de la renuncia del doctor Vargas el 26 de abril de 1836.
Asiste a la Convención de Valencia en julio de 1858, donde eligen a Julián Castro Presidente Provisional. Tovar es designado Presidente del Consejo de Estado, y más tarde, el 4 de enero de 1859, Vicepresidente interino. A finales de 1861, se exilia en París con su familia, en donde fallece el 21 de febrero de 1866. Sus restos mortales yacen olvidados desde hace más de cien años, en el cementerio de Epinay-sur-Seine, en las afueras de París y ello a pesar de que existe un decreto de repatriación y de inhumación en el Panteón Nacional.