La Industria Naval es una actividad fundamental para todo país que cuente con líneas costeras y extensión de mar territorial importantes y que, por tanto, requiera garantizar su independencia tecnológica y seguridad, además de contar con un valor agregado que ayuda a sustentar el desarrollo económico, tecnológico e industrial de todo el aparato productivo de dicho país, por cuanto son actividades que generan empleo masivo, requieren altos niveles de insumos y materiales y desarrollan a la industria auxiliar relacionada.
El descubrimiento o encuentro formalmente aceptado por parte del mundo desarrollado a mediados del siglo 15, nos indica que la actividad través del mar, impulsó y amplió aceleradamente una transformación en el intercambio comercial existente en las sociedades feudales de la Europa y de sus alrededores. Este cambio económico fue moldeando el mundo del comercio de especias y bienes, propiciando el desarrollo de la incipiente burguesía industrializada por el de la antigua nobleza feudal.
Es por ello que el transporte de bienes por vía marítima sigue siendo el más importante instrumento global para impulsar el desarrollo del comercio mundial, debido a la gran capacidad de carga que se puede trasladar desde un punto geográfico a otro del planeta. Actualmente el transporte marítimo, moviliza del 80 al 90% de toda la carga mundial, en comparación al transporte aéreo y al terrestre. Cabe destacar que la mayoría de los países más prósperos, son aquellos que generan mayor volumen de transporte marítimo.
Los astilleros desempeñan un papel clave en la industria marítima al encargarse de la construcción y reparación de buques y estructuras flotantes y sumergibles; en este contexto, existen dos tipos fundamentales de astilleros: los astilleros especializados en construcción y aquellos dedicados a la reparación. A nivel mundial son pocos los astilleros que están en capacidad de construir y de reparar buques simultáneamente.
La experiencia reciente de crecimiento de algunas economías del sudeste asiático, muestra a la actividad naval como un sector estratégico en el proceso de desarrollo y por tanto sus gobiernos adoptan las medidas necesarias para el crecimiento de dicha industria.
En América latina se tiene una larga historia en cuyas etapas el Estado ha asumido diferentes roles: promotor, demandante, oferente y articulador de financiamiento. Sin embargo, luego de cinco siglos de actividad naval, el sector no muestra signos de poder constituirse como base de una estrategia de desarrollo, de cara al resto del sector, en el mundo globalizado.
Es imperativo que se debe analizar el rol del Estado en la industria naval. Para ello, se deben de estudiar responsablemente la experiencia de los países navales líderes. La literatura califica de estados desarrollados a aquellos en los que existe una visión clara sobre las potencialidades de crecimiento de la nación y un objetivo de desarrollo concreto que atraviesa al conjunto de la sociedad.
Los países con un sector naval próspero son aquellos en los que se adoptan políticas específicas de crecimiento sectorial dentro una estrategia general de desarrollo. El rol del Estado dentro del sistema económico es controvertido, y ello se debe a que su intervención en la economía es un fenómeno complejo que involucra temas como son un marco legal definido, la eficiencia y el conocimiento, la libertad económica y la legitimidad.
Consultor de Seguridad Naval. (IPIN)