Cada día que pasa, nos percatamos de la poca, o ya casi nada capacidad de asombro, que la vorágine del socialismo del siglo XXI, arrebató a nuestra condición humana, para dejarnos en plena desnudez.
Pero a decir verdad, de ese furtivo surrealismo socialista, ha resultado hasta divertido, aceptar como algo normal, que los venados persiguieran a los perros, que los patos apuntaran a las escopetas. O bien, que un teniente chavista, impartiera órdenes y mandara más, que un general de tres soles, en el seno de la demolida institución castrense. (Aludo a la joda vernácula).
Todo un mágico y grandioso juego surrealista, con el que la revolución bonita, se empeñó en etiquetar, su socialismo del Mar de la Felicidad. Seguramente, para que quienes miraran desde afuera, no lo entendieran.
Y cuando creíamos que lo habíamos visto, todo, o casi todo, salta a la palestra, un orondo cocodrilo, acusando con su garfio, al morrocoy, de conchúo.
Y así volvemos, al mágico juego de la imaginación: Sí tiene trompa e cochino, oreja e cochino, pata e cochino, rabo e cochino, ¿Qué otra cosa puede ser, que no sea, un roli tranco e cochino?. Todo un sutil manejo de la ficción subliminal, con algún deliberado propósito.
Saltando al convulsionado escenario político y politiquero venezolano, aclaramos, que cualquier parecido, con el contenido de la rimbombante, peligrosa y cuestionada “Ley contra el Fascismo, Neofascismo y expresiones similares”, aprobada aparatosamente por la AN chavista, es una mera coincidencia.
Aunque se especula, que pudiera ser una mala jugada del “Cometa Diablo”, reportado recientemente por La Nasa, de que se estaría acercando a la tierra. “Soltando a su paso, una estela de diablillos” por todo el mundo, según los creadores de fábulas.
¿Qué cambió, para endosar al adversario, el despreciable mote de fascista?.
¿Será que el chavismo ha encontrado otro ángulo oculto distinto, al que los Fasci Italiani di Combattimento, el tenebroso partido fundado por Benito Mussolini, Benito Mussolini en Milán, en marzo de 1919, cuando gestaron y dieron origen al terrible modelo de opresión y dominación?.
¿A quién puede ir dirigido el nuevo zarpazo legal?. ¿O será que el fascismo se les agotó, de tanto usarlo, y ahora quieren endosarlo a los demás?
Lo cierto, es que en medio de la profunda crisis ocasionada por un régimen fallido, de “andanzas, saqueos y cobranzas”, que ni siquiera oculta los “buenos gustos de sus jerarcas”, (rolex, ferraris, y demás), sacar una ley, alevosamente opresora, no era lo más alentador, en estos momentos preelectorales.
Acotamos, que según Wikipedia, el fascismo, es un movimiento político y social de carácter totalitario, antidemocrático, ultranacionalista, y de ultra derecha. Otros estudiosos, lo ubican por exaltar al patriotismo, el uso de lenguaje inclusivo, enseñar a odiar al disidente, usar el militarismo como su eje de poder, destruir los sindicatos y beneficios laborales. Así como utilizar, la demagogia, la propaganda, la violencia y la corrupción, como sus fortificados bastiones de lucha.
Si esta definición no les calza, nos inclinaremos a convenir, con lo afirmado por el escritor y cofundador de “La Hojilla”, Néstor Francia, en entrevista con el periodista Mario Villegas, por Radio Rumbos: “ni el presidente Maduro, ni los diputados, saben muy bien lo que es fascismo”. Alegó además, que es un “proyecto represivo e innecesario”
“Solo En Venezuela”, enarbola un post que se ha hechos viral en las redes sociales: “Un gobierno de corte fascista, que aplica el terrorismo de Estado contra la disidencia, aprueba una Ley Antifascismo”.
¿A que le teme tanto la oclocracia gobernante para violar tan flagrantemente la libertad de expresión (art. 57), con esta nueva ley?. ¿Ocaso busca evitar que desnuden sus abusos, sus miserias, y engañoso talante fascista, en plena campaña electoral?. Son preguntas, que quedarán en el limbo.
¡Fascista yo, ¡Qué vá! ¡Más fascista será tú!, advierten los atentos disidentes, al marcar una prudencial distancia, con el fascismo real.
