Luego de 11 años de guerra, en 1991 el Salvador vive un acuerdo de paz entre el gobierno salvadoreño y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), tras un largo proceso de diálogo iniciado en 1984.
Guatemala en 1996 deja atrás una confrontación bélica de 36 años, gracias a la mediación de las Naciones Unidas. Firman el acuerdo el gobierno del país centroamericano y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca.
Colombia después de más de 50 años de lucha armada entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) y el gobierno, logra un acuerdo de paz con la intervención de mediadores internacionales en mesas de diálogo.
El siglo XX ha dejado capítulos ilustrativos en la historia de la humanidad para aleccionarnos sobre la forma de hacer política ante los conflictos ideológicos que han dejado en naciones miseria, destrucción y muerte: Chile, Sudáfrica, Irlanda del Norte, Polonia, Nepal, Indonesia, constituyen ejemplos. 50 conflictos en el mundo fueron solucionados por la vía pacífica de la negociación y el diálogo (CEPAZ, 2017), Venezuela se incluye entre los 19 aún no resueltos, después de 25 años.
Es verdad, María Corina Machado ganó las primarias el 22 de octubre, cabalgando el sentimiento de la venganza. Se convirtió en el gran elector que polariza cruentamente con el oficialismo. ¿Qué ha pasado? El gobierno ha respondido, no solo la inhabilitó, también impidió la inscripción de su sustituta, la académica Corina Yoris-Villasana. ¿Cuál es la lectura del panorama político en manos de MCM? La continuidad del conflicto sin esperanza de alcanzar por la vía pacífica la restauración de la democracia.
In extremis, a las 11:56 del 26 de marzo, el gobernador del Zulia, Manuel Rosales, inscribió su candidatura. Aseguró con ello la continuidad de la ruta electoral, amenazada por no haberse anticipado previamente un mecanismo de sustituciones. Una vez pasada la ola de infamaciones, le ha tocado dirigirse a la opinión pública.
Su narrativa al país ha sido ilustrativa: la salida de la crisis política es mediante la negociación y el reencuentro entre los venezolanos. Esta ruta tal vez no sea la más altisonante y épica, pero es la más efectiva. Así las puestas en escena, Rosales encarna la negociación y el diálogo; María Corina Machado, la continuidad del conflicto.
Aún no hay humo blanco para la designación de la candidatura unitaria. Se espera, como ocurrió en el 2008 ante las inhabilitaciones de Enrique Mendoza y Leopoldo López, una actitud de desprendimiento y amplitud por parte de quien hoy representa el extremismo político, para cederle paso a la racionalidad y al entendimiento entre las partes hoy en disputa. La soberbia no puede anteponerse a la esperanza de un país.
