Luis Manuel Aguana: La esencia de la Nación

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Hubo algo de la reciente entrevista del periodista Vladimir Villegas a Manuel Rosales que no me terminaba de aterrizar y no sabía qué. La tónica abierta y de entrega del candidato de UNT lucía hasta sincera porque de acuerdo a su declaración “no había más nadie” que quisiera “asumir la responsabilidad” de inscribirse porque no había candidato de la Unidad hasta última hora. De acuerdo a Rosales, “salvaron la tarjeta de la Unidad Democrática” con esa acción a minuto o dos de terminarse el día 25 de marzo (ver Entrevista con Vladimir Villegas por Unión Radio, en:

Manuel Rosales declara lo siguiente en diferentes partes de su entrevista: “Después soy gobernador, ¿y con quién voy a hablar? ¿Con el Presidente de Uganda? Tengo que hablar con el Presidente de acá y con los que gobiernan el país, institucionalmente, racionalmente como tenemos que hacer para salir de esto.”…”Ah, que quieren que yo me pare en la Plaza Bolívar a denigrar, a decir que yo voy a meter preso a Maduro. No, yo no voy a hacer eso porque aquí hay que buscar una transición, si no, no vamos a salir de este problema. Menos mal que ya lo han entendido. Si no hay una negociación aquí no llegamos a nada, a nada vamos a llegar”…”Que hizo Mandela en Sudáfrica? Negoció con el que lo tuvo preso más de 20 años, De Klerk  y después lo nombro segundo a bordo. ¿Qué hicieron en Chile con Pinochet? Pinochet quedó siendo Comandante de las FFAA por más de 20 años y lograron un acuerdo. ¿Qué pasó en España? En todas partes…” “… Pero yo sí creo que si tú me dices a mí que vamos a competir los dos y si yo te gano te voy a meter preso, te voy a liquidar, voy a perseguir a tu familia, yo creo que tú vas a decir que yo no voy a dejar que tú hagas eso, entonces allí empieza el problema. Yo no ando en ese afán, nunca lo he estado…”.

Y aquí fue, como decimos en venezolano, que me “cayó la locha”, y me di cuenta del ruido escandaloso de su exposición, por cierto muy comentada y avalada por venezolanos muy respetables. Manuel Rosales, así como muchos políticos de su generación, representantes genuinos de la política previa a 1998, cree realmente y quiere hacernos creer, que esta no es una tiranía narco militarizada, que son solo unos malos políticos con los que solo hay que negociar unas elecciones para que abandonen el poder pacíficamente, comparando las peras venezolanas con las manzanas históricas de Sudáfrica, Chile o España. De ninguno de esos países, los funcionarios del alto gobierno y las FFAA exportaban narcóticos, o se aliaban con bandas criminales de la lista del terrorismo internacional para saquear las riquezas de sus países para permanecer en el poder. ¿O es que acaso Manuel Rosales toleraría esos criminales en su hipotético gobierno?

Y lo más grave no es eso. Lo más grave es que es el tipo de político que necesita la tiranía narco militarizada de Venezuela para seguir en el poder, porque no se les pasa por la cabeza tan siquiera una palabra ofensiva en contra de esta situación, utilizando el chantaje de la reconciliación y el miedo a un enfrentamiento grave con el régimen como una guerra civil, avalando una salida electoral controlada por una tiranía.

Y es allí donde surge la contradicción en el método para resolver el problema venezolano a través de unas elecciones, y que el régimen muy hábilmente ha manejado con piezas reutilizables como Manuel Rosales y el resto de los candidatos del acuerdo electoral de Jorge Rodríguez en la ilegítima Asamblea Nacional.

Pero, ¿cómo podemos llegar a un acuerdo electoral con quienes deliberadamente usan desde el poder las instituciones controladas por ellos para cerrar la posibilidad de cambio del gobierno del país, como el Poder Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia? Esto solo puede suceder con personajes como Manuel Rosales que afirman que hay que darles “garantías y que van a tener su espacio político”. Pero cometen un error fundamental: eso no sería posible en el caso venezolano, no porque no lo desee una “oposición” de la cual Manuel Rosales es legítimo representante, sino por la misma situación de supervivencia que impone una mafia criminal desde el poder.

En ese contexto, la única negociación posible es la que va de la mano de la fuerza. Y no de la fuerza de las armas, sino la de la fuerza de la influencia política internacional de quienes han apoyado a los venezolanos en su lucha por la libertad y la democracia, acompañando a la fuerza de cambio de la verdadera oposición política, para negociar, ya no la convivencia con los delincuentes, sino su desplazamiento del poder de manera pacífica.

Pero sería un total contrasentido que esta negociación se lleve a cabo por la representación de personajes como Manuel Rosales o quienes piensen como el. Y esto es prácticamente toda la Plataforma Unitaria. Debe en consecuencia darse OTRO ESCENARIO DE NEGOCIACIÓN, donde la contraparte del régimen sea la representación de la verdadera oposición política electa el 22 de octubre

Y es de allí donde el papel que debe jugar María Corina Machado (MCM) es trascendental, porque la inteligencia del pueblo venezolano resolvió el problema en el que yo no había caído al escuchar esa entrevista, rechazando a la vieja oposición política cuyo representante icónico es Manuel Rosales, y entregándole a ella la legitimidad de origen.

¿Qué es lo que hace a MCM única para representar a los venezolanos en una nueva negociación política con el régimen? Eso lo explica el Dr. Asdrúbal Aguiar en una entrevista realizada en fecha reciente por Nitu Pérez Osuna en su canal de YouTube, y que me llamó poderosamente la atención, ya que señala un aspecto no lo suficientemente estudiado del fenómeno electoral y de masas que significa el liderazgo de MCM (ver “Hay que tener esperanzas”, Nitu entrevista a Asdrúbal Aguiar, en:

 

En efecto, el Dr. Aguiar indica en esa entrevista, que apareció una realidad que le puso “rostro al dolor de Venezuela”, en una perspectiva única que explica el problema del país:

“Yo creo que habrá resurrección. Obviamente, quienes están en este momento en una situación difícil, en un momento como se dice, histórico, complicado, porque la dictadura cierra el camino hacia unas elecciones democráticas, libres y plurales, transparentes, yo le digo hay que tener esperanza. ¿Por qué razón? Porque este proceso que está viviendo Venezuela demuestra que finalmente apareció una realidad que le ha puesto rostro al dolor de Venezuela y que le ha puesto ciertamente un freno a la dictadura, ¿por qué? Porque llenó de pánico a la dictadura, porque ahora sí descubre la posibilidad real de ser desalojada mediante la acción popular” (Entrevista de Nitu, min 5:45).

¿Y qué, o mejor dicho, quién representa esa realidad? María Corina Machado:

“Aparece una persona que no es querida por el régimen, que no es querida por el sistema de partidos del siglo XX, que ha dejado su deslave sobre el siglo XXI, que no dejo ni siquiera historia de lo que ha hecho, y una señora que comienza a visitar a todo el país, no usa un discurso ideológico, no usa un discurso de partido, no usa un discurso de poder, no usa un discurso electoral, sino que le dice a los venezolanos yo quiero que ustedes regresen a casa para que se reencuentren con sus hermanos, los nietos se reencuentren con las abuelas, las esposas con los esposos. Esa es la esencia de la Nación” (Entrevista de Nitu, min 13:30).

Manuel Rosales puede ser visto como una opción opositora potable para el régimen, para aquellos que deseen evitar confrontar a los autores de esta pesadilla. ¡Vana ilusión! Aunque esa opción luzca pacífica por fuera, sería todo lo contrario por dentro para los venezolanos, porque representa un sentimiento que murió para todos nosotros y demostrado con los votos. Pero si lo que queremos los venezolanos y el mundo, es resolver esta tragedia humanitaria, con una paz perdurable para Venezuela y la región, con el regreso de los venezolanos a sus familias, debemos creer en el cambio que comenzó a operar el 22 de octubre, siguiendo la esencia de la Nación.

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/ Email: luismanuel.aguana@gmail.com – Twitter:@laguana

 

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