A escasos años del inicio del proceso emancipador de Venezuela del yugo español el 19 de abril de 1810, algunos dirigentes políticos de la naciente Republica comenzaron un movimiento separatista de la patria del gran sueño y proyecto de El Libertador Simón Bolívar, La Gran Colombia. En ese orden, se destacaron varios personajes y la Municipalidad de Valencia. Según intentos de insubordinación del jefe patriota general José Antonio Páez, es considerado el promotor de la separación de la Gran Colombia. Aunados al caudillo llanero existieron otras personas que apoyaron esa aspiración, entre los cuales sobresalió el Dr. Miguel Peña. Determinados historiadores sostienen que ese acontecimiento no tuvo la intención de separar a la Patria recién liberada de las directrices de Bogotá, sino exigir la reforma de la Constitución de Cúcuta, recientemente aprobada en el Congreso del Rosario en 1821; demostrar inconformidad con la designación del general Francisco de Paula Santander como Vicepresidente de la Republica Gran Colombia y además por haber seleccionado a Bogotá como capital del Territorio Neogranadino, así como estar sometidos a las decisiones emanadas desde allá. Tales interpretaciones de los venezolanos al frente de decidir acuerdos, fue en esencia la génesis del desmembramiento del gran sueño y proyecto de Simón Bolívar, como fue La Gran Colombia.
Ante la supuesta formación de la Santa Alianza, con la Constitución de un gran ejército para reconquistar las excolonias de América, el Vicepresidente Neogranadino decretó el 31 de agosto de 1824 un aislamiento general de las personas de 16 hasta 50 años. Así mismo, José Antonio Páez ordenó una recluta
forzosa. Tal procedimiento resultó violento. A raíz de esto, el Intendente y el Concejo de Caracas acusaron al jefe venezolano de abuso de autoridad. Las dos instituciones presentaron ante el Senado de la Gran Colombia una querella, admitida y luego aprobada. Como resultado de esta petición fue la suspensión del cargo de José Antonio Páez como comandante general y lo conmina a trasladarse a Bogotá. El acusado no acude a la defensa. Decidió entregar el cargo a uno de sus acusadores, Juan de Escalona, y en seguida se declara en rebeldía. A propósito de esta situación, la Municipalidad de Valencia le da irrestricto apoyo. En seguida se originaron manifestaciones, desórdenes y muertos.
El Centauro llanero se dirige a Caracas, donde es aclamado por las autoridades y el pueblo. Ante los vítores de ¡Viva Bolívar!, ¡viva Páez!, ¡viva Venezuela!, en la proclama del 19 de mayo de 1826, Páez expresa: “El Libertador Presidente será nuestro árbitro y mediador y él no será sordo a los clamores de sus compatriotas”. Al arribar Simón Bolívar a su patria el 1° de enero de 1827, por decreto ratifica a José Antonio Páez en el cargo de jefe superior civil y militar de Venezuela, amén de amnistiar a sus compañeros comprometidos en el movimiento. A pesar de la benevolencia de Simón Bolívar, los paecistas en Venezuela, los santanderistas en la Gran Colombia, sus enconados enemigos y sus adversarios fomentan su descontento y traición contra el forjador de varias repúblicas hispanoamericanas. Aprovechando ese clima difícil de entendimiento entre la dirigencia de los dos países, el general José Antonio Páez encabezó el movimiento de “La Cosiata “, lo cual emprendió la separación de Venezuela de la Gran Colombia.
Como uno de los resultados provocados por los amotinados venezolanos es la proscripción de el Líder de América, Simón Bolívar. Determinados personajes estiman que esa ingratitud de sus compatriotas debió ser la espada de Damocles en su salud y en el destino futuro político del “Hombre de las dificultades”.
Rememoremos La Cosiata como el movimiento que derrumbó el gran proyecto de constitución de El Libertador de la Gran Colombia, cuya finalidad era constituir una gran Republica Hispanoamericana.