Con un discurso comedido, propio de la diplomacia política, acabamos de ver al candidato Edmundo González Urrutia dar señales muy alentadoras para el país en su entrevista con Margarita Oropeza, conductora del programa “Abriendo puertas” de Venevisión. Es lo que reclama la nueva política en nuestro país.
Precisamente, planteó que su propuesta va en la búsqueda de un gobierno de reconciliación nacional, cuyos elementos esenciales son la reinstitucionalización democrática y la recuperación económica. El país necesita paz y debemos acabar, de una vez por todas, con la confrontación y la exclusión. “El diálogo es la esencia de la política. La alternabilidad es la regla de la democracia”.
Ese mismo discurso encierra la narrativa que el MAS, desde hace un largo tiempo, viene proyectando al venezolano con el lema “Diálogo y Reconciliación”. La experiencia mundial indica que un país para alcanzar grandes niveles de desarrollo socioeconómico necesita reconciliarse. No es casual que las naciones más pobres del planeta se caracterizan por altos índices de polarización política, violencia, exclusión, falta de formación ciudadana.
Edmundo González Urrutia, conocedor de esa realidad mundial ha puesto en escena un discurso reconciliador que permita avanzar hacia un proceso de transición política tan necesario en Venezuela, un país con grandes potencialidades y recursos económicos, pero con malos gobernantes que han saqueado el erario público para sembrar un cuadro de miseria extrema en la población.
Muy alentadoras las palabras del candidato de las fuerzas democráticas al enfatizar en el retorno de los millones de venezolanos que se han marchado y la recuperación del salario del trabajador, hoy terriblemente pisoteado por el modelo político imperante. Ha planteado, además, un plan integral de seguridad social para los ciudadanos y garantizar condiciones favorables para los jubilados y personas de la tercera edad.
Para llevar cabo estas políticas es necesario reactivar el aparato productivo, mediante el incentivo de las inversiones, la seguridad jurídica y la cultura emprendedora. Se necesita, entonces, un país donde quepa todo y se integren, más allá de la diversidad de pensamiento y estrato social, a la reconstrucción política y económica del país.
Otro aspecto que expuso con propiedad fue la redefinición de la política exterior de Venezuela, enmarcada en las alianzas estratégicas con naciones desarrolladas y afines al contexto regional con la finalidad de impulsar proyectos de desarrollo en las áreas de educación, ciencia y tecnología, la economía productiva, infraestructura, nuevas tecnologías de información y comunicación, reformas administrativas, ciudadanía, derechos humanos, entre otras.
Tengamos fe en esta candidatura que se visualiza en nuestro promisorio horizonte. La Venezuela que viene se está construye si con unidad, fuerza y optimismo. Estamos marchando por la ruta electoral llevando el mensaje “¡Aquí cabemos todos¡”. La Venezuela que viene necesita muchos de sus hijos, tanto de los que estamos aquí como se los que se han ido forzosamente. El tiempo de Dios es perfecto y con Edmundo gana todo el mundo.
Politólogo y Secretario General del MAS Regional Sucre-Cumaná
