Nicolás Maduro libera el dolor de las madres de los presos políticos, dijo Gustavo Mujica

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Las mujeres tras las rejas en Venezuela, pintan un cuadro demasiado desolador en este día universal de la Madre, mucho más, si se trata de madres encarceladas, sin juicio, y sin derecho a la defensa, como Dignora Hernández y Rocío San Miguel.

Tan privadas de libertad y sufriendo como ellas, están las Madres en el hogar, con sus hijos, esposos y demás familiares presos, esperando ser procesados.

Por en este glorioso día de La Madre, Yo Gustavo Mujica, dirigente social, ciudadano de la libertad y la democracia, militante del libre juego de las ideas, emplazo solemnemente a Nicolás Maduro, a aliviar el dolor de estas Madres, dejándolas en libertad, al igual que a sus familiares presos.

Hoy como resultado de la profunda crisis económica, política y social, como resultado de los desaciertos de un gobierno autocrático, empeñado en negar las libertades ciudadanas, para imponer el yugo de un modelo comunista fracasado, creemos que llegó la hora del cambio y de la alternabilidad democrática, tal como lo reflejan todas las encuestas de opinión, añadió el conocido dirigente y coordinador nacional de Izquierda Democrática (ID).

Consideró que tras 25 años en el poder y una larga lista de fracasos, corruptelas y toda suerte de perversiones, el país reclama, no solamente la liberación de los presos políticos, sino un nuevo gobierno de paz, de concertación e inclusión.

Son cinco lustros de opresión, inseguridad e indolencia, que nuestra gente hastiada, no soporta más, y sería demasiado inhumano, que se prolongara por un nuevo período, exclamo Mujica.

Dijo que las primeras víctimas del autoritarismo y la represión gubernamental, son las madres tras las rejas y las madres confinadas en sus hogares, clamando por la libertad de sus seres queridos.

Sin aún le queda algo de sensibilidad humana y voluntad de enmendar sus errores, y en aras de una transición en paz, Maduro debería proceder sin demora a declarar una amnistía para los presos políticos, planteó Gustavo Mujica.

Finalmente, aludió a la gran lección de civismo y solidaridad humana, que en su oportunidad, diera el ex presidente Rafael Caldera, cuando dictó la Ley de Amnistía para los presos políticos incursos en graves delitos políticos y no político, en un gesto glorioso, que le abrió las puertas a la pacificación del país, y a la consolidación de la democracia.

(EQV)

 

 

 

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