Con la finalidad de contribuir a comprender el tema concerniente al Golpe de Estado, en las presentes notas ha sido objeto de estudio y análisis un trabajo de Carlos Barbé que aparece publicado en en el primer tomo del Diccionario de Política, dirigido poe Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, editado en México por Siglo XXI, en el año 1988. En dicho trabajo puede apreciarse que Barbé hace alusión a: La Evolución del Significado, El Cambio de los Actores, Las Modalidades del Golpe de Estado, Golpe de Estado y Golpe Militar, entre otros importantes aspectos políticos ligados al tema.
A continuación se presenta un resumen analítico de dicho trabajo, cuya consistencia teórica e histórica es de una extraordinaria utilidad para el exacto conocimiento de acontecimientos políticos susceptibles de ser categorizados como inequívocas expresiones de un Golpe de Estado.
En cuanto a la evolución del término Golpe de Estado, Barbé sostiene que ha experimentado cambios significativos con el correr del tiempo. En este sentido, se le compara con la connotación que se le daba hace tres siglos y, a tal efecto, pueden apreciarse los siguientes cambios sustanciales en cuanto a: quién hace el Golpe de Estado, es decir, los actores (elemento subjetivo) y el elemento operativo formal, esto es, el cómo se hace. Al parecer, lo que no ha cambiado con el curso de los años es que tal acto se ejecuta por órganos del propio Estado.
El Golpe de Estado ha sido definido como el desplazamiento violento de las personas que legítimamente ejercen el poder, más la suspensión del hilo constitucional, es decir, la suspensión del funcionamiento normal de la Constitución mediante la disolución de organizaciones políticas y de importantes libertades públicas y privadas, con el pretexto de una transitoriedad que, a la brevedad posible, restablecerá la constitucionalidad mientras se mantiene un orden público supuestamente vulnerado o conculcado por aquellas autoridades legítimas contra quienes hubo que proceder a dar el Golpe de Estado.
En el referido escrito, en el primer párrafo de esas notas, se lee que la tradición francesa presenta la siguiente definición de Golpe de Estado: “Violation déliberée des
formes contitutionelles par un gouvernement, une asasemblée ou un groupe de personnes qui déteiennent l´autorité” ( Pág. 746), esto significa: violación deliberada de las formas constitucionales por un gobernante, una asamblea o un grupo de personas que detentan la autoridad. Suele presentarse como un clásico ejemplo de lo expuesto el “golpe de gracia” que Luis Bonaparte dio a la Segunda República en 1851, a través del cual se proclamó como el nuevo emperador de Francia.
Los actores del Golpe de Estado: observando su diversidad en el tiempo y sus expresiones más novedosas, en la gran mayoría de los casos según el autor in comento, quienes se hacen del poder político, adueñándose de él a través del Golpe de Estado o participando en el mismo, son los jefes militares que como titulares integran una parte clave de la burocracia del Estado. Para Barbé “El golpe militar o pronunciamiento, según la voz acuñada por la tradición española, se ha transformado, de este modo, en la forma más corriente de Golpe de Estado” (Pág. 746).
Gabriel Naudé, cuyos estudios aparecen mencionados en el trabajo que aquí se analiza, en 1639 escribió sus Considérations Politiques sur les Coupes d´Etat (Consideraciones sobre los Golpes de Estado). Señalaba Gaudé que el Golpe de Estado adquiere las más variadas acepciones hasta confundirse con la “razón de Estado”. Este último argumento es el que de algún modo suelen invocar los sediciosos y, a tal efecto, suelen redactar y refrendar “Decretos” que autoproclaman a los golpistas, tal y como nos lo enseña la historia. Para Naudé, un sector de funcionarios públicos, los militares generalmente, forman parte de la respuesta a la pregunta acerca de ¿quién hace el Golpe de Estado?
En el propósito de aproximarnos a la comprensión del tema aquí tratado, no menos importante es la necesaria referencia a Curzio Malaparte. En el año 1931, en el libro Técnica del Golpe de Estado, Malaparte señala que es una ingenuidad y, por consiguiente, nada prioritario atacar las sedes del Parlamento o de los ministerios, lo cual, por razones simbólicas se hace como “tare“ “final”. En todo caso, es fundamental utilizar o contar, controlar o sumar centros de poder tecnológico como la red de telecomunicaciones, la radio, la televisión, las industrias fundamentales, las intersecciones, los caminos y los centros de comunicación vial, naval o aérea, todo ello con la finalidad de posesionarse de los centros u órganos del poder político.
Finalmente, en cuanto a los actores, Carlos Barbé indica que hoy no existe Golpe de Estado sin la participación activa de por lo menos un grupo militar o la neutralidad-complicidad de todas las fuerzas armadas, lo cual implica realmente un apoyo (Pág. 747).
Referencias documentales:
Barbé, Carlos (1988). Golpe de Estado. Citado en Diccionario de Política. Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, compiladores. Sexta edición en español. Siglo Veintiuno Editores, México.
Malaparte, Curzio (2009). Técnica del Golpe de Estado. Universidad de California. Digitalizado, Distribuidora Baires Editor.
Naudé, Gabriel (1639). Considérations politiques sur les coups d´Etat. Citado Diccionario de Política. Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, compiladores. Sexta edición en español. Siglo Veintiuno Editores, México.