En el año 2002, este helicóptero fue secuestrado y vendido a la guerrilla colombiana.
En diciembre de 1992 en sentido inverso, ‘Sobre la Estela de Colón’, hasta el puerto de Palos de Frontera, en España, los pilotos venezolanos Francisco Pacheco y Tomás Spanier emprendieron la proeza en el helicóptero YV-304CP, apodado ‘La Guacamaya’, de atravesar el océano Atlántico para conmemorar los 500 años del primer viaje del Almirante genovés en 1492 y el cual había resultado en el ‘Encuentro de dos Mundos’.
La Guacamaya, fue adquirida en 1990 por Pacheco y Spanier. Obtuvo su nombre debido a su vistosísimo esquema de pintura, en colores azul, verde, amarillo, naranja y rojo, que replica el plumaje de la ‘Guacamaya Bandera’; de allí su apodo especial.
Era un helicóptero Hughes modelo 500D, Serial N.º 300681D, construida por la Hughes Helicopters en Culver City, Estados Unidos en 1980, según identificación de Alejandro Irausquín, especialista aeronáutico.
Años antes, el 3 de marzo de 1983, Pacheco, inmortalizará a este helicóptero tras efectuar el rescate más alto del mundo para un helicóptero, proeza que realizó a 4.330 metros de altura en el estado Mérida, Venezuela.
Registra el periodista Carlos Montenegro que La Guacamaya logró otro récord al ser la primera aeronave que penetró en la gruta Gran Boca del Pez Paraya, en el Tepuy Autana, estado Amazonas, sobrevolando La Piedra de Sacrificios que una vez en el interior de la cueva giró en redondo volviendo a salir.
La Guacamaya ganó popularidad en Venezuela en la década de los 80s en los círculos de aventuras, de ecoturismo, eventos musicales y medios audiovisuales con la serie ‘Expedición’ de 1986 transmitido por RCTV, incluyendo expediciones sobre selvas, montañas y rescates, entre otros. En los 90s, teniendo ya como propietarios a sus pilotos Francisco Pacheco y Tomas Spanier, participa en la serie ‘Neblina’ transmitido en la década de 1990.
Récord sobre la ruta de Colón
Cuando Pacheco y Spanier realizaban un vuelo de apoyo a un grupo de expedicionarios españoles por la Gran Sabana, se les ocurrió la arriesgada idea de atravesar el Atlántico en helicóptero para conmemorar los 500 años del descubrimiento de América: “podemos realizar la ruta que usó Cristóbal Colón en su tercer viaje, pero a la inversa, o sea desde Venezuela hasta Palos de la Frontera, y así batiríamos otro récord”, se plantearon ambos pilotos.
Pacheco y Spanier eran pilotos veteranos con más de 5000 horas de vuelo, además de ser muy audaces. Entonces, se propusieron materializar la hazaña y bautizarlo como Proyecto Tokoara.
Con asesoría técnica de varias instituciones y especialistas, Pacheco y Spanier, diseñaron la ruta que Irausquín llamó en su artículo Sobre la Estela de Colón (2014) precisando que La Guacamaya despegaría desde Macuro, y siguiendo la traza de Colón, volaría hasta Trinidad, de allí sobre el océano Atlántico hasta la Isla de Sal, en el archipiélago de Cabo Verde, África; reabasteciéndose de combustible en un punto intermedio. Desde Isla de Sal volaría hasta Tenerife, en las Islas Canarias; y desde allí volaría a Palos de Frontera, antiguo Puerto de Palos, en España, punto de partida de las expediciones del almirante Cristóbal Colón, tocando en tres continentes.
Irausquín subraya que, para cubrir la mitad del viaje, se requerían unas diez horas de vuelo, en un helicóptero diseñado para solo cuatro horas de autonomía. Obviamente a La Guacamaya había que hacerle ajustes y para ello fue transportada en un avión C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Venezolana, hasta Ft. Lauderdale en Florida, para modificar e incorporar sistemas de combustible, navegación y comunicaciones.
Una de las pruebas más desafiantes fue el vuelo sin escalas Ft. Lauderdale, Florida, Estados Unidos hasta el aeropuerto de Caracas, Venezuela, completando una distancia de 1.902 km. sin escalas, en un tiempo de 11 horas y 6 minutos, lo que ya era una proeza en sí y otro récord mundial para La Guacamaya. La prueba resultó en un éxito rotundo.
El vuelo transatlántico de La Guacamaya se registró para la posteridad el 9 de diciembre de 1992. Partieron primero desde el helipuerto de la fábrica Venceramica en Caracas hasta Macuro, estado Sucre, en la península de Paria, en donde asistieron a una eucaristía para bendecir a los pilotos y a su aeronave; para proseguir siguiendo la traza de Colón, tocando como primer punto Puerto España, Trinidad, en donde pernoctaron. De ahí el día 10, alzaron vuelo con dirección a Cabo Verde, en África.
Sin embargo, debían tener un apoyo por seguridad en el medio del Atlántico para reabastecerse durante el gran salto; sería un barco venezolano que al final incumplió el contrato. Tuvieron rápidamente que negociar con el Sorolla, un transporte de cemento con bandera española en ruta hacia África.
En la cubierta de popa se construyó una plataforma para que La Guacamaya pudiera posarse y repostar. El mal tiempo y la niebla dificultaron las comunicaciones con barco en cuestión, pero el vuelo 740 de Viasa que volaba en la zona, orientó a Pacheco y Spanier, en la difícil tarea de posarse en plena noche. Allí, el Soralla, permanecieron hasta el día 12, cuando despegan con rumbo a África.
El día 13, despegan de Cabo Verde con destino a Tenerife, en las Islas Canarias, arribando al Aeropuerto “Reina Sofía” luego de recorrer 1.138 Km en 6:20 horas, y finalmente el día 16 de diciembre de 1992, despegaron desde Tenerife hasta Palos de la Frontera, lugar desde donde había partido el gran almirante Cristóbal Colón, con destino al Nuevo Mundo.
Como recuerdo de aquella proeza aérea trasatlántica, se extrajo del río Orinoco una enorme piedra esférica de aproximadamente 3 metros de largo por 2 metros de ancho y 1,8 metros de alto, que fue trasladada en barco a Puerto de Palos, y fue instalada como parte de la ‘Plaza Macuro’, y una escultura del artista venezolano Rafael Barrios titulada “Tercer Horizonte”, en homenaje al punto donde Colón tocó tierra firme, en el continente americano.
A la cinco de la tarde, La Guacamaya aterrizó en aquella plazoleta construida para el histórico viaje que supuso un récord histórico y en donde dejaron sus huellas ambos pilotos venezolanos y los esquíes del ave de metal, como recuerdo de una hazaña asombrosa que unió a dos mundos.
El especialista Alejandro Irausquín precisa que La Guacamaya recorrió desde Venezuela a España 5.413 km en el aire, sin incluir los 715 km a bordo del buque Sorolla, consumiendo 2.820 litros de combustible, durante 33:07 horas de vuelo, a una velocidad promedio de 163,5 km/h.
Con este evento, La Guacamaya se convirtió en el primer y único helicóptero hasta hoy en cruzar el océano Atlántico. Años después La Guacamaya fue vendida a un particular.
Secuestrada y vendida a la guerrilla
El 21 de noviembre de 2002, Venezuela despertó con la infausta noticia sobre la desaparición del piloto de La Guacamaya, trascendiendo que había sido secuestrado en Maturín por la guerrilla colombiana. Horas más tarde, fue liberado. Del helicóptero, nunca más se tuvo noticias.
El diario El Universal informó sobre el suceso: “Cuatro plagiarios, entre los que se encontraban un guardia nacional y un efectivo de la policía científica, robaron en Guanarito el helicóptero venezolano La Guacamaya, famoso por poseer tres récords mundiales; fue vendido en Colombia a las FARC”.
La Guacamaya el helicóptero.
Fuente:
Alejandro Irausquín. Helicóptero La Tokoara, Sobre la Estela de Colón. Publicado el 16 de enero de 2014.
Carlos M. Montenegro. La Guacamaya Transatlántica. Publicado en TalCualDigital.com. Febrero 23, 2020.
Periodista y escritor – luisperozop@hotmail.com – En las redes sociales: @LuisPerozoPadua