En Venezuela hay un solo candidato opositor; se llama Edmundo González Urrutia y representa la unidad democrática. Otros se hacen pasar por opositores. Otros quisieran ser candidatos pero no son. Así que todas las fortalezas para movilizar el voto deben concentrarse en la figura de este hombre intachable que asumió responsablemente tamaña responsabilidad.
En La Victoria, durante su primer acto de campaña, demostró el aplomo y el temple indispensables para ejercer esa candidatura que nos llevará finalmente al triunfo. Luego, sus mensajes a sectores tan vulnerados por el régimen del terror como han sido los militares, por ejemplo, han constituido una muestra de institucionalidad y visión hacia el Estado de derecho que hacía mucha falta volver a escuchar en Venezuela.
Pero Edmundo no ganará solo. Todos debemos hacer el trabajo, aunque cuenta con el apoyo irrestricto de la Plataforma Unitaria Democrática que lo postuló finalmente, conformada por diversos partidos políticos democráticos, cada uno de nosotros debe concentrarse de aquí a julio, en casi dos meses, a conseguir los votos en cada rincón, exponiendo las virtudes del candidato y los partidos de la unidad que le dan soporte. Todo lo demás son fintas de perdedores, de los que se inscribieron como candidatos y se dicen opositores buscando socavar la opinión expresada en votos de quienes puedan resultar engañados, y quienes desde afuera desean superar la candidatura del candidato. Toda la oposición verdadera va unida con Edmundo a la victoria de julio.
Por supuesto, hacen falta voluntarios, ya Encuentro Ciudadano anda compilando esa data y cada partido debe sumar a conseguir quienes vigilen el proceso en cada mesa y cuiden los votos. No basta con convencer a los pocos que faltan por estar claros en cuanto a cómo nos conviene votar a los venezolanos. Hay que participar ese día sin desmayo. Aunque las encuestas reales dan un triunfo arrollador sumando a quienes parten de la convicción de la necesidad del cambio junto al indispensable voto castigo contra el prolongado despropósito de un régimen que ha sido cruel contra los presos políticos y sus familias, contra los trabajadores, contra los empresarios, contra toda la población que por algo se ha convertido en la más desplazada de América Latina, no podemos confiarnos: el candidato es Edmundo. A él hay que aupar en estos dos meses, a más nadie.
De este modo, a la ciudadanía venezolana le falta un solo modo de actuar: conseguir los votos y defenderlos, cuidándolos. Evitando los abusos en los votos asistidos, clarificando que el voto es secreto, porque ese miedo lo pueden tener y lo tienen algunos militares y muchos empleados públicos. La amenaza porque supuestamente le espían su participación. Eso no será posible. El secreto del voto estará garantizado. Como debe garantizarse la indispensable observación internacional del proceso electoral.
Edmundo González Urrutia es el candidato unitario y con él vamos a ganarle a este régimen despótico. Será el más hermoso acto ciudadano contra una dictadura que se recuerde en la historia de nuestro país. Todos unidos con ese único propósito; en el tan corto tiempo que falta debería ser ésta la única consigna de estos días.
