Alexander Cambero: Viajando por el río

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Remonta al río Apure con la mirada puesta en el porvenir. Cuántas historias conocen estas aguas que guardan el celoso silencio de los siglos. No existe palabras que reflejen el embrujo de este ecosistema tan maravilloso que termina por atraparte. Es la pasión arrebatadora que te hace sucumbir ante sus deleites de vida. Un mundo más allá de la leyenda que han repetido por generaciones estos hombres y mujeres del llano. Desde algún punto equidistante gravita una forma de ser tan peculiar. Entienden a Venezuela dibujándola en cada palmo que acaricia la sombra de los árboles en donde cuelgan los nidos de los arrendajos. El río es su esencia que los conecta con sus antepasados. Episodios extraordinarios como cuando el centauro José Antonio Páez cruzaba a nado con el cuchillo entre los dientes. La libertad nacional en brazadas del héroe emancipador con mayor olor a pueblo de nuestra historia.

Una curiara lleva a quien representa el liderazgo de la nación. Su alma posee la brújula de las convicciones democráticas que siguen marcando la huella por donde Venezuela iniciará el camino que la conduzca a la libertad. Una democracia dinamitada por vándalos han hecho posible que la esperanza sea tan magnífica como este apure que sabe capear el temporal. Tiene la receta para resistir en verano y poder lograr mayor holgura cuando las lluvias llenan los cauces. Sea el sol abrazador que se refresca en sus aguas en la carantoña del sediento, o guardando el alerta cuando los relámpagos anuncian tempestad. Estos humedales sabrán salir airosos de la refriega. Es su batalla histórica que se repite en cada calendario anual. Las aguas tranquilas solo se abren al paso de la curiara. Es un ambiente cansino y cautivador en donde la existencia tiene la estampa genuina de la lealtad. María Corina Machado lo observa absolutamente todo. Quizás anda en la búsqueda del espíritu del río. ¿En dónde estará la llave que abre la puerta que une al llanero con este apure tan trascendental para sus vidas? Las personas saludan desde las orillas. Es un pueblo decidido a darse la oportunidad de tener una nueva nación. Han colgado el miedo que los sometió por décadas. Quieren vivir en libertad, romper las cadenas de la felonía para que su canto tenga la alegría de estar bajo el amparo democrático. Tierras que fueron olvidadas por un gobierno insensible que solo regresó al llano para hacer demagogia barata. Menos mal que han abierto los ojos para reconocer el craso error cometido.

María Corina Machado descendió de la curiara para subir una resbaladiza cuesta. En las calles el pueblo la esperaba en un delirio colectivo pocas veces visto. El cambio político está en marcha como cuando despunta el alba por estos senderos llenos de magia. La victoria de Edmundo González se aproxima como peces en las redes, el esfuerzo de María Corina es el perfume en el morichal.

alexandercambero@hotmail.com – @alecambero

 

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