Un bloqueo comercial y la arremetida de su exministra, dos de los sucesos que han generado polémica para el nuevo gobierno esta semana. Bernardo Arévalo durante una comparecencia.
En el quinto mes de su gobierno al presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, le comienzan a llover las críticas por dos temas que sucedieron esta semana y que resultaron polémicos para la oposición y a la opinión pública. El primero, la retención de productos guatemaltecos exportados hacia la República Popular de China por una represalia diplomática; el segundo, la destitución de la ministra de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, Jazmín De La Vega, por no acatar las órdenes del mandatario.
La noticia del bloqueo comercial de China hacia Guatemala la dio el miércoles el diputado guatemalteco al Parlacén, Carlos Barreda, a través de cuenta de X. #China habría bloqueado la plataforma de exportación a Guatemala por visita de Canciller a Taiwán. Cientos de exportadores afectados: café, azúcar, hierro, acero y cobre entre otros productos”, decía el mensaje.
Al día siguiente, la Asociación de Exportadores de Guatemala (Agexport) confirmó en un comunicado que al menos siete contenedores de macadamia están detenidos en los puertos de China, algunos en tránsito y otros regresaron a las plantas de tratamiento. “En los últimos días, clientes y brokers en China Continental han informado a productores y exportadores de café y macadamia, que los envíos procedentes de Guatemala serán retenidos en los puertos del país asiático debido a una prohibición impuesta”, informó el documento.
La cancillería de la República Popular de China emitió un comunicado que se conoció en Guatemala la mañana del viernes. El principio de una sola China es una norma universalmente reconocida de las relaciones internacionales y un consenso general de la comunidad internacional, y es el requisito previo fundamental para la cooperación de China con todos los países, incluida Guatemala, dijo Wang Wenbin, portavoz de la cancillería China.
El motivo aparente por el que se dio el bloqueo fue porque el presidente Arévalo realizó una videollamada con el nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching Te, y por haber enviado al canciller guatemalteco a la juramentación presidencial.
Son graves violaciones del principio de una sola China, que condenamos. Esta situación no favorece la cooperación entre Guatemala y China, incluso en el ámbito de los productos guatemaltecos exportados a China. Se espera que los funcionarios guatemaltecos interesados comprendan la situación internacional y, en interés del país y de su pueblo, tomen una decisión correcta, agregó el vocero.
Arévalo, no obstante, explicó este viernes que su Ejecutivo está analizando esta crisis. “No hemos hemos escuchado todavía ninguna posición oficial por parte del Gobierno Chino y nosotros estamos haciendo todo lo que podemos para entender cuál es la situación (…) Y poder encontrar esta situación si es que es algo que responde a las acciones del Gobierno. Como ustedes saben, hace pocos días fue la inauguración del nuevo Hobierno de la República de Taiwán, con la que Guatemala tiene relaciones diplomáticas históricas, y es posible que haya una reacción de la República Popular China que tiene un contencioso con Taiwán alrededor de estos temas, pero ya estamos ocupándonos de ellos”.
Más tarde, el presidente Arévalo dijo durante una actividad pública que estaba haciendo los contactos para establecer si se trata de una situación “temporal o casual” y que por su parte no ha recibido ninguna notificación oficial por lo que desconoce a qué se debe esta situación. Según Agexport, Guatemala exporta 82 millones de dólares hacia China en café, níquel, hierro, acero, macadamia, cobre, vestuario, metales preciosos, aluminio y madera.
Una nueva destitución
La semana pasada, Arévalo destituyó a Jazmín De La Vega, quien dirigía el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, porque “incumplió instrucciones del presidente, autorizando pagos a constructoras fuera del procedimiento de control acordado”, informó en un comunicado.
La ministra de Comunicaciones era de las más visibles y había sido bien catalogada por encuestas como una de las mejores ministras del gabinete. La población no estaba pidiendo que se diera esa señal de transparencia, sino que la población la estaba viendo a ella como un icono de la lucha contra la corrupción, el cambio sorpresivo dejó en el ambiente la sensación de que su remoción fue por aspectos políticos, explicó a El País, Luis Enrique Monterroso, analista político.
Esta semana, De La Vega ofreció una conferencia de prensa en la que se defendió de su remoción. “Me decepciona, me quita la confianza de que no hayan valorado a la persona que tenían al frente del Ministerio (…) No me presté a acatar órdenes manifiestamente ilegales”, señaló la exfuncionaria en relación con las diferencias de criterio que tuvo con el presidente para el pago de deudas a constructoras proveedoras del Estado.
Al escuchar a la exministra uno empieza a pensar que la justificación para removerla tal vez no era haberse saltado un procedimiento acordado. Ella afirma que fue un tema político. Y es aquí en donde le encontró un punto débil al razonamiento expresado por el Gobierno, opinó en Gustavo Berganza, sociólogo y analista político.
El Ministerio de Comunicaciones en Guatemala es una de las carteras más apetecibles para quienes buscan enriquecerse debido al millonario presupuesto que maneja. En los últimos años exministros y empresarios han estado presos acusados de corrupción por negocios ilícitos que han realizado en esa entidad por la sobrevaloración en la construcción de obras públicas.
El País de España