Manuel Barreto Hernaiz: El complejo recorrido

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La libertad no es la ausencia de compromisos, sino la habilidad de elegir, y comprometerme yo mismo con lo que es mejor para mí. Paulo Coelho.

¿Cuánto vale la palabra empeñada? ¿Y cuánto la confianza depositada y el compromiso ante los retos asumidos?

Hay personas que, cuando están en desacuerdo, luchan o huyen. La discusión puede plantearse de varias maneras, que van desde las duras expresiones de indignación, pasando de la ironía al sarcasmo, sin miramientos, con respuestas incisivas, y juicios de valor despectivos. Sin embargo, para hacerle frente a los desacuerdos, no basta con la inteligencia: hace falta paciencia, consideración, respeto y templanza, virtudes que deben acompañar a cuantos se aprestan a recuperar nuestro país.

Por supuesto que resulta incomprensible e inaceptable la actitud impropia de estas personas que pretenden erigirse por encima de las negociaciones, las reglas y los acuerdos; considerándose, con su actitud prepotente y fuera de lugar con derecho a poner en riesgo lo logrado. Por tales determinaciones es que, sin duda, la confianza se ha hecho difícil. No hay decisión exenta de costos políticos ni de riesgos, como también se comprende la presencia argumental de la desconfianza.

Entendemos que son tiempos turbulentos, hasta inseguros, de allí que para cumplir con nuestros compromisos sea imprescindible contar con esa voluntad y esa fortaleza, que, a pesar de los pesares, nos permita mantener nuestra palabra, pese a cuanto ocurra a nuestro alrededor.

Consideramos que mantenernos firmes tratando de alcanzar los objetivos trazados, resulte el vínculo de coherencia y cohesión más fuertes para brindar todo el apoyo de los ciudadanos a la compleja labor que deberá emprender Edmundo González Urrutia, una vez se encargue de la Presidencia de la República.

En la apuesta de este desafío no podemos permitir que la discusión se quede en el complejo entramado de los factores políticos, desvirtuándose la realidad que nos ha convocó a llevar adelante esta cívica labor; sino que hemos de avanzar hacia los fines que queremos alcanzar

Así las cosas, la valiosa condición moral que tenemos que preservar, es la del compromiso. Pero no el compromiso fácil con las pancartas y las consignas previsibles para cada ocasión, sino con los valores que nos configuran como ciudadanos libres y no como súbditos. El compromiso con nuestras familias. Un compromiso contra el régimen y sus secuaces. Pero también contra los amigos que prefieren mirar hacia otro lado y disparar a los blancos fáciles, porque el miedo, el cansancio o la aquiescencia les impiden saber quiénes son los verdaderos enemigos.

Una vez más nos permitimos recordar que la elección presidencial es un paso fundamental en ese complejo recorrido que hemos emprendido para recuperar nuestra democracia, y con ella, nuestro país. Ese que perdimos y le debemos a nuestros hijos

Sociólogo de la Universidad de Carabobo. Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo.

 

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