Cuando el demagogo comunista de Nikita Kruschev, afirmó que en pocas décadas el sistema comunista desplazaría al capitalismo, y que todas las revoluciones del mundo, contaban con el apoyo soviético, no tenía una visión real de su rival y de la determinación del país que había ganado las últimas dos guerras mundiales. Este mismo camarada, fue el que salió con el rabo entre las piernas con todo y misiles de Cuba. Se embarcaron en una costosa carrera armamentista, que pago muy caro el pueblo ruso con la miseria.
En la unión soviética la producción siderúrgica y petrolera se estancó hasta los 90. Las plantas de generación y las líneas de transmisión estaban anticuadas y sin mantenimiento, eran normales las frecuentes averías y apagones. Todavía en los años 80 del siglo pasado, había muchos pueblos incomunicados telefónicamente. En el sector agrícola, la producción no registró alza alguna con respecto a la década anterior. Dos tercios del equipo de procesamiento agrícola utilizado eran inservibles.
La anarquía socialista en la producción, originó la merma en las utilidades y la carestía. Las cosechas de verduras, hortalizas y frutas se dañaban antes de llegar a las tiendas. Cuando por fin llegaban los retrasos en la entrega provocaban escasez temporal, que generaban largas colas, acaparamiento y por supuesto los racionamientos. Como los productos eran asignados y no comprados, la corrupción se convirtió en la expresión del mercado. Esto indujo a los soviéticos a bajar la cabeza y comprarle el trigo a USA. Para su amargura, la ayuda de USA, fue la que impidió una hambruna general.
Emisiones de dióxido de azufre, residuos nucleares, erosión del suelo, envenenamiento del lago Baikal (Uno de los mayores desastres ecológicos del siglo XX). La contaminación de los mares Negro, báltico, caspio, el desecamiento del mar Aral y la tragedia de Chernóbil, pusieron de manifiesto de la irresponsabilidad del sistema comunista por el ambiente y la población, a fin de preservar la apariencia politica.
Después de la experiencia de Vietnam, los estados unidos recuperaron su confianza, hizo una catarsis para rectificar y adaptarse, hoy su dinámico sistema económico tiene inversiones en Vietnam. La URSS, tras sus primeros intentos de expansión y de su propio “Vietnam” en Afganistán, lleno de contradicciones se desplomó. Pese a su fachada monolítica, pago un precio mortal por sus excesos doctrinarios y desatinos económicos. Las sociedades así sean comunistas o capitalistas, están sujetas a las realidades geopolíticas y no ideológicas.
Los líderes comunistas perdieron el sentido de la proporción por el sectarismo, sin percibir que su sistema deficiente, sin iniciativa ni creatividad individual y a pesar de su poderío militar, seguían siendo una sociedad muy atrasada, incapaz de sostener a un estado moderno e industrializado. Mientras la clase media trabajadora de USA, vivía en cómodas casas en urbanizaciones con vehículos, en el país socialista de los trabajadores, estos se hacinaban en bloques de reducidísimos apartamentos.
El intento de revisión y cambios, introducidos por el líder Mijail Gorbachov, (La Perestroika y el Glasnost) no fueron asimilados, pues la doctrina comunista por ser dogmática y cerrada destruye todo pensamiento independiente y anula toda iniciativa individual. Los comunistas no pueden convertirse en demócratas, sin dejar de ser comunistas. Esa es su tragedia intelectual.
Producto de la improvisación y del sectarismo ideológico, la economía rusa quedo destruida. La corrupción y la proliferación de grandes mafias de tráfico de armas, lavado de dinero y de la droga en manos de los antiguos jefes políticos y militares es lo que permanece. No hay que engañarse con el nuevo modelo de Moscú, el viraje a una economía abierta no hizo desaparecer el control del estado al estilo soviético. Su cúpula, es la nueva clase millonaria de la Rusia post comunista y Putin, su capo. Ese imperio que había costado tanta sangre y sacrificio desde los tiempos de Pedro el Grande, simplemente se vaporizó.