Cesar Guillen: La revolución China y el mítico 1, 2, 3 del Vietnam

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Una tradición que se fue extinguiendo como luz mortecina ideológica, son las revoluciones de los años del 1950, de China y la del Vietnam, ampliamente manipuladas por el movimiento comunista mundial y de sus seguidores aquí en nuestra siempre emocional y romántica Latinoamérica. En esos países, lo del comunismo solo tiene el nombre del partido del gobierno, el resto es un capitalismo bien instalado.

La antigua China siempre fue una región gobernada por emperadores de carácter divino, su milenaria tradición de obediencia a un solo poder tal como ahora, hunde sus raíces en el “Confucionismo” semi-religión que subordina la vida a una sola autoridad. Los chinos asimismo se auto-definían como “zhongguo” que significa “El ombligo de mundo”. El tradicional recelo de China al mundo occidental, data de las invasiones europeas de mediados del siglo 19, para que abriera sus fronteras comerciales.

China estaba totalmente aislada del mundo exterior. El opio fue el lamentable producto que abrió esas fronteras y catalizo los disturbios antieuropeos por las invasiones de Inglaterra, Japón, Francia, Alemania y Rusia, en la sociedad China, que desembocó en la caída del milenario imperio chino en el 1912. La influencia de la revolución rusa llegó a China con Sun yatsé quien fue el promotor del nacionalismo independentista.

Después de la invasión del Japón, y el final de la segunda guerra mundial, la guerra civil y la revolución China fueron conducidas por un grupo de antiguos luchadores contra los japoneses. Este grupo liderado por Mao, era muy poco creyente en el comunismo leninista, e impusieron uno de su propia naturaleza. Lo demás es historia conocida, del desastre y las masacres del radicalismo de Mao a la transición de la revolución hacia el capitalismo de Den xiapoing. El comunismo original chino duró muy poco, hoy, es una sociedad capitalista y occidentalizada en su modo de vida.

Esa errónea percepción de país comunista, es utilizada hábilmente por China como una estrategia de expansión de sus inversiones en Latinoamérica, a través de los gobiernos falsamente revolucionarios. Si a la realidad vamos, no existe ninguna similitud entre los fracasos de los gobiernos socialistas de la región y el desarrollo alcanzado por esa misma “China socialista”, abiertamente capitalista y expansionista.

Lo del Vietnam, solo quedo para los grafitis de los años 60 y 70, y de la tonta frase del Che Guevara de crear “uno, dos, y muchos Vietnam en Latinoamérica”, romántica visión que lo condujo a la muerte en Bolivia. La independencia de Vietnam, no fue una lucha del “comunismo, contra el imperialismo yanqui”. Vietnam, a inicios del siglo 20, era una región de aldeas pocos desarrolladas. Habían pertenecido al imperio chino durante 1.000 años. Este territorio fue luego conquistado por los franceses, a mediados del siglo 19.

Fue una feroz lucha por su independencia, muy merecida, pero empañada por la ideología de sus líderes. Ho chi min y su camarilla, en su proceso revolucionario, produjeron tantos muertos y desplazados al igual que la guerra, actos públicamente admitidos por unos de sus líderes, Pham van dong. Vietnam, después de repeler un intento de invasión de sus “camaradas chinos”, invadió a Camboya para destronar al “camarada Pol Pot” un genocida comunista, hasta que se retiraron por la presión internacional. Estos conflictos entre los mismos camaradas, comprueban lo realmente poco humanista y consistente de esa ideología.

Hoy, el mítico Vietnam, es un país abierto al capitalismo y a la inversión privada que lo llevo a ser actualmente el segundo exportador mundial de arroz. Mantiene relaciones comerciales muy estrechas con sus antiguos enemigos, Japón y USA, casi ninguna con Rusia y bastantes discretas con China. Es interesante el recordar, que tanto los chinos como los vietnamitas en sus luchas contra la invasión japonesa, recibieron el entrenamiento, el armamento y las tácticas de guerrilla del ejército de USA. Esta actual realidad, desmiente el éxito de las revoluciones anti imperialistas de China y del Vietnam, y lo descarta como algo que imitar. Lo confirma, sin duda alguna el giro que dieron al capitalismo.

 

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