Hace unos días el candidato unitario de la oposición, elegido en la Primaria organizada por la gente, acudió a un encuentro con los líderes populares en el barrio El León, Santa Rosalía, Caracas. Lo ocurrido en la comunidad se escapa de los parámetros habituales de un acto de campaña, fue un recorrido, una conversación cara a cara, con el liderazgo que se ha venido construyendo, de abajo hacia arriba, en los sectores populares venezolanos, reservorio de los valores democráticos del país.
Edmundo González Urrutia estuvo allí, sin la guardia pretoriana que suele rodear a los poderosos del régimen cada vez que se animan a salir a la calle, conversó directamente con los vecinos, vio de primera mano su realidad, a contra sentido de lo que suele ocurrir en buena parte del liderazgo político venezolano, supo guardar silencio para dejar hablar a los líderes de la comunidad. ¡Y hablaron! Tomó la palabra nuestra amiga y compañera Saray Figueredo, de El Cementerio, quien pidió un gobierno nuevo que genere oportunidades, permita el encuentro y la reconciliación entre los venezolanos; intervino también Leonardo Silva, Catia, quien alertó sobre la necesidad de no distraernos con la emoción del triunfalismo para enfocarnos en la organización y defensa del voto. Intervinieron otros líderes que pidieron el retorno de sus familiares, el fin del dolor del Darién, hubo quienes previeron que las comunidades populares harán historia y todos coincidieron en la necesidad de seguir trabajando para lograr el cambio pacífico y democrático que queremos la mayoría de los venezolanos.
Después de tantos años de una revolución, los venezolanos hemos aprendido, a fuerza de desengaños, a desconfiar de los líderes mesiánicos tocados por la gracia de Dios y la historia. Por el contrario, nos hemos encontrado con la fuerza que representa la organización popular que de manera democrática trabaja para alcanzar objetivos que mejoren la calidad de vida. Hemos aprendido, junto a nuestros líderes, que el liderazgo se consolida con el trabajo diario, construyendo redes de apoyo, convocando a los mejores talentos y tomando la política como un espacio para alcanzar metas por el bien común.
Somos un pueblo consciente que ha resistido valientemente los avances del régimen, somos una ciudadanía que valora el derecho de trabajar para hacerse con su futuro, poder hablar sin miedo, militar en organizaciones políticas y apoyar a quienes más lo necesitan, movidos por los valores de la solidaridad. Hemos aprendido a entender el valor de la política y la hemos tomado en servicio de los ciudadanos. Es por eso que en aquella jornada, fue la comunidad la que tomó la palabra e hizo escuchar a nuestro candidato, Edmundo González, todo lo que nos jugamos en las elecciones.
La política alcanzó a la gente y el pueblo la ha devuelto revisada y mejorada a nuestros líderes para exigirles estar a la altura del compromiso por el retorno a la democracia que todos queremos, como bien lo dijo Gabriela Vega, La Negra de La Vega, como le dicen sus amigos, quien recordó, micrófono en mano, que “esto no es un trabajo que solamente se lo debemos dejar a los partidos, esto es un problema de todos, esto es un problema donde todos los que estamos aquí, vamos a pensar en el futuro de nuestros hijos, vamos a pensar en el futuro de nuestros abuelos”.
Escuchemos a la gente y sigamos trabajando juntos, pueblo organizado y líderes, para movilizarnos el próximo 28 de julio y defender el voto.
Este ha sido y seguirá siendo nuestro compromiso.