Simón García: Las pequeñas historias de la historia

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La historia no es un simple cortar y pegar acontecimientos. Ella cuenta, pero no es un cuento.

Los historiadores profesionales formados en esa disciplina conocen su objeto, sus métodos y técnicas, sus fines y propósitos. También los académica y vivencialmente comprometidos con la historia regional, entre los cuales hay destacados ejemplos en nuestro Estado, articulados, no única, pero si principalmente a la Academia de la Historia de Carabobo, a los Cronistas Municipales y de algunas instituciones.

Hay ciertos períodos y eventos en la historia regional y local que constituyen un enjambre de pequeñas narrativas que exigen un rango de certidumbre bajo nuevas líneas de abordaje historiográfico.  Son nudos como el origen de ciertos toponímicos, la fundación de Valencia, la insurrección carabobeña contra la declaración de independencia o su separación de Caracas para constituirse en una provincia con autoridades propias.

En relación al vocablo indígena Carabobo existen diversas e incluso contrapuestas explicaciones sobre su significado. Los que lo atribuyen a la lengua araguak lo refieren al nombre de un cacique, Karabo. En cuanto a la terminación “bo”, según se le considere perteneciente a la familia lingüística caribe o a la etnia araguak, se la traduce como  como agua, sitio, tierra o casa colectiva. Luisa Galindez que la identifica con el dialecto caribe le atribuye el significado de lugar muy seco. Según Torcuato Manzo Núñez el nombre Carabobo deriva de una palma, la Jipijapa, cuyas hojas son la materia prima para hacer en Ecuador los famosos sombreros Panamá.

Esta Jipijapa crecía abundantemente en las orillas de la quebrada Carabobo, lo que terminó siendo, por extensión, la denominación de toda esa explanada donde posteriormente se realizó la batalla que selló la independencia del poderoso imperio hispano.

Las circunstancias de tiempo, lugar y actores de la fundación de Valencia estuvieron en una niebla de confusiones. Eso se debió a que no se localizó documentación para validar los distintos relatos fundacionales, casi todos los cuales contenían discrepancias respecto al fundador, el año de fundación e incluso sobre la inicial vocación mariana, dato por lo que se escogió el 25 de marzo, día de la Anunciación. Finalmente se aceptó la fecha y el nombre del fundador por estar respaldado por un consenso entre tres relatos, con ciertas imprecisiones, que podrían considerarse como partes de una fuente común, los franciscanos: Oviedo y Baños, de la Orden Tercera; Fray Pedro Simón y Fray Pedro de Aguado. Pero ya es uso y costumbre establecidos.

En relación a la creación de la provincia de Carabobo es una historia a la que se hilvanan varios pequeños cuentos.

Su antecedente más importante ocurrió durante las primeras reuniones de la Junta Patriótica  y luego en las sesiones del Congreso Constituyente de 1811. Entre los 42 miembros de esta Constituyente 24  representaban a la Provincia de Caracas y de ellos, 3 diputados fueron electos por Valencia: el poderoso hacendado con tierras en Guigue, Fernando Peñalver; Juan Rodríguez del Toro y el sacerdote José Luis Cazorla.

A las tres de la tarde de un día viernes 5 de julio, el presidente del Congreso, Juan Antonio Rodríguez Domínguez, lee el texto de la declaración de  independencia de España y la creación de la Confederación Americana de Venezuela. Nace una nueva nación con las provincias de Caracas, Barcelona, Cumaná, Margarita, Barinas, Mérida y Trujillo.

Un mes antes, en la sesión del 5 de junio el diputado Peñalver interviene para fundamentar la necesidad de dividir la provincia de Caracas y crear la de Carabobo. Pero vence la fuerza del centralismo.

Este desconocimiento de una reivindicación sostenida por las élites económicas del cantón fue el pretexto para que peninsulares y vascos residentes en Valencia estimularan un alzamiento donde se ofrenda la primera sangre de la guerra que se iniciará por la independencia.

Se cuenta que este acontecimiento sacó a flote la rivalidad entre el joven Bolívar y el sesentón General Miranda quien se opuso fuertemente a tener a Bolívar bajo su mando durante la respuesta militar a la insurrección.

Carabobo debe esperar hasta 1824 para comenzar a existir como provincia. En ese año el Congreso de la recién creada Gran Colombia dicta en Bogotá su primera Ley de División Político Territorial la cual establece que esta República la conforman los territorios de tres Departamentos.

A su vez, al Departamento Venezuela la integrarían dos Provincias, la de Caracas y la de Carabobo. Este reconocimiento de autonomía y desconcentración del poder de los caraqueños puso en manos de las autoridades provinciales de Carabobo a los habitantes; ciudades, villas y poblados; territorios, recursos naturales y decisiones judiciales en una extensión de 46.350 Km cuadrados que abarcaban lo que hoy son los Estados de Carabobo, Yaracuy, Cojedes y Lara. En efecto, sus 9 cantones eran: Valencia, Puerto Cabello, Nirgua, San Carlos, San Felipe, Barquisimeto, Carora, El Tocuyo y Quíbor.

Posteriormente la Provincia de Carabobo, a medida que se desarrollaban sus cantones se enfrentó a la necesidad de ajustar los tamaños a los financiamientos y a los ámbitos de control político administrativo a costa de perder territorios.

Después de la separación de Venezuela de la Gran Colombia, el 29 de marzo de 1832 el presidente Páez crea la Provincia de Barquisimeto con los cantones de San Felipe, Barquisimeto, Quíbor, El Tocuyo y Carora. En 1855 nace la provincia de Yaracuy y se produce la separación de Nirgua. También pierde territorio con la creación de la provincia de Cojedes.

La nueva división territorial que surge de la Constitución Federal de 1864 pone fin a la existencia de la provincia d Carabobo que pasa a denominarse estado Carabobo.

En los 40 años de existencia de la provincia de Carabobo la figura, política y militarmente dominante fue la del General Páez.

Durante esas cuatro ´décadas se realizaron logros importantes y la demanda de autonomía se desplaza a disolver la concentración de poder en la lejana Bogotá.

El 30 de abril de 1826, en Cabildo abierto, el Ayuntamiento de Valencia desconoce el poder de Bogotá. Este episodio provincial dispara una sucesión de marchas y contramarchas, forcejeos y desobediencias que conducen a la separación de Venezuela de la Gran Colombia.

Estos acontecimientos carabobeños, que se inician con embrollo conocido con el nombre de La cosiata, marcan el nacimiento de una nación.

Mientras en Colombia declinaba el prestigio, la autoridad y el proyecto de Simón Bolívar.

La muerte le interrumpe su decisión de expatriarse.

 

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