Dadas las actuales circunstancias, como designio de la creciente ola de antisemitismo en distintos lugares del mundo, no podemos olvidar ni por un solo instante cómo se inició esta guerra que, Israel no buscó y se ha visto obligado a enfrentar contra el terrorismo del islam radical. La brutal dimensión del ataque del 7 de octubre del 2023, en el que terroristas de Hamas sometieron a 3.500 jóvenes en un festival de música, paradójicamente, por la paz y a familias enteras en sus hogares, a quienes violaron, mutilaron, quemaron, degollaron y secuestraron a más de 250 personas, el menor tenía 9 meses para esa fecha y de ellos, unos 120 aún permanecen en cautiverio.
En esa nefasta fecha, Hamas rompió un acuerdo de cese al fuego que, ahora, los alborotadores reclaman desde varias universidades en Europa y EEUU.
Israel arremete contra Hamas con dos objetivos legítimos y cruciales: el primero, recuperar a los secuestrados y, el segundo, desmantelar los grupos terroristas regidos por el islam radical que ponen en riesgo la vida de gazatíes e israelíes. Desde hace unos 18 años, los terroristas de Hamas y de la Yihad Islámica, con frecuencia, lanzaban cohetes y morteros sobre ciudades israelíes donde hay millones de hogares, escuelas, parques, hospitales, templos; entre un 20 y 30% de los cohetes disparados fallaban y estallaban en el propio territorio de Gaza, matando a sus ciudadanos, a quienes, además, utilizan de escudos humanos, desde sus mismos hogares, escuelas, hospitales y mezquitas, abusos que constituyen crímenes de guerra contra los gazatíes.
Hamas podía hacer todos estos atroces desmanes porque, de forma unilateral, Israel salió por completo de Gaza en 2005. En 2006, Hamas venció en elecciones a Fatah en Gaza, pero, en 2007, dio un golpe de estado, expulsó a los representantes de Yasser Arafat y asesinó a unos 300 funcionarios. Desde ese entonces, en Gaza, Hamas ha gobernado de modo tiránico, avasalló a los gazatíes y con asiduidad atacó a los israelíes. Ya es tiempo que, se desplieguen esfuerzos para que la situación cambie. La pregunta es cómo se puede ayudar a los gazatíes a formar un gobierno en el que no se involucre Hamas y otros grupos terroristas, tras 20 años de plena hegemonía, en los que el terrorismo copó todos los ámbitos.
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