Las viviendas dignas y las calles asfaltadas siguen siendo necesidades pendientes para los habitantes de la comunidad 23 de febrero en Tucupita desde hace varios años. La mayoría de ellos reside en casas construidas con láminas de zinc, conocidas como barracas.
Según Alfonso Campero, vecino que tiene 19 años viviendo en ese sector, hasta ahora no ha notado que las autoridades regionales gestionen proyectos de vivienda ni mejoras en las calles. Aproximadamente el 90 % de los habitantes provienen de la comunidad indígena Araguaimujo, ubicada en el municipio Antonio Díaz, en Delta Amacuro.
Campero explicó que la mayoría de las viviendas en el sector están hechas de láminas de zinc, mientras que las pocas construcciones de bloques que existen fueron erigidas por vecinos con recursos propios.
Además, reveló que los techos de algunas casas presentan deterioro y agujeros, lo que provoca filtraciones cuando llueve. Para mantener sus viviendas, la gente cruza el caño Manamo periódicamente para cortar nuevos troncos y reemplazar la madera dañada.
Las lluvias también generan charcos en las calles, dificultando que la gente vaya hacia sus lugares de trabajo o que los niños asistan a la escuela. Algunos vecinos intentan solucionar el problema echando tierra en los huecos.
Estoy aquí desde hace 19 años, y seguimos en la misma situación, declaró Campero.
A pesar de todo, Alfonso Campero confía en que el Concejo Comunal y los líderes locales están haciendo su trabajo y espera que en el futuro se logren proyectos de vivienda y mejoras en las calles para la comunidad.
Tane Tanae