El que comete adulterio es falto de entendimiento y corrompe su alma. Proverbios 6:32.
Un filme estrenado el 10 de octubre de 2014 (Addicted) .- Se trata de la puesta en escena de una trama que viene como anillo al dedo, para ilustrar la aberración sexual y el adulterio vitalicio de Nita. En este filme la protagonista Zoe, al igual que Nita, tiene un esposo que la cuida, dos hijos y una carrera. No obstante, desarrolla un insaciable deseo de tener sexo con otros hombres. En la película la protagonista Zoe, asume un tratamiento psicológico y se sana de su adicción; pero en el caso de Nita, ella se regocija en el pecado, chapotea en la satisfacción ilícita de la carne y el delito de adulterio. Porque es que Nita carece de vergüenza, es ninfómana, está dominada por el sexo y se siente ensoberbecida en deleite con el pecado, gritándole a su marido ¡y eso a ti que te importa! Nita es una soberana puta y no tiene conciencia moral. Nada más fíjense que le vocifere a su esposo ofendido, a quien está irrespetando, ¡y eso a ti que te importa!, siendo el esposo la primera persona a quien le causa afrenta y dolor su desorden moral y sexual y el adúltero, porque es a su esposo a quien está deshonrando. ¡Cuánto caradurísmo el de Nita! Por lo que el esposo ante tanto descaro e infamia terminó triste alejándose de Nita, quien por demás le causaba humillación, desprecio y afrenta y allí en la mente y en el corazón de Nita no hay sentido de hogar ni de familia, salvo que sea tratar con dulzura y admiración a los hijos de Jorge y de José (para que la sodomicen); mientras le aplica crueldad, desprecio y abandono a los hijos de su propio vientre, de su matrimonio. Y aunque el esposo la amaba, porque se casó enamorado pensando que era para toda la vida, tomó conciencia de que Nita no solo es adúltera, sino que es una sucia y promiscua adúltera por decisión propia, deliberada y consciente del mal que hace, y que al argüir de ella son demonios que la hacen pecar; pero ella gustosa y alegre se deja manejar de esas entidades infernales. Recuerdo los personajes literarios de la obra de Alejandro Dumas Los Tres Mosqueteros, cuando Athos no tuvo más remedio que dejar la vida de su impúdica esposa Milady de Winter en manos del verdugo. Sean entonces sobre Nita, todas las consecuencias de su adulterio, ante el tribunal de Dios. «Le dijo el esposo ofendido a Nita, ya no te protegeré más con mis oraciones».
La adicción de Nita y su trastorno mental.- Nita además padece del delirio crónico erotomaníaco o de Clerambault, que es un subtipo de trastorno delirante en el que el tema central es la idea delirante de que en su caso específico un cantante famoso está enamorado de ella, por lo que se la mantenía “atada a su amor”. Y Nita le hace declaraciones unilaterales por internet y mantiene monólogos con este artista (que por supuesto no le responde), donde se ofrece a tener intimidad con él. En más de una ocasión su engañado esposo (víctima) la sorprendió en esos monólogos y no obstante la flagrancia habiéndola hallado masturbándose mirando al artista, ella se negó. Recordemos que Nita siente la necesidad de estar con hombres ajenos o idealizados por ella, o en relaciones que le permitan tener promiscuidad y experimentar riesgos como toda mujer narcisista y psicópata. De modo que Nita no solo idealiza sus relaciones extramatrimoniales sino que en contra de la prohibición de Dios, en contra de toda norma moral y ética, las lleva a cabo, las consuma. Así Nita justifica su adulterio (pecado y delito) con Jorge, entre otras razones en que la mujer de Jorge no lo merece y que la única merecedora del amor de Jorge es ella (Nita). Recordemos que la mujer de Jorge hizo justicia parcial por mano propia y le mandó a robar el automóvil a Nita porque junto con Jorge, en una especie de integración criminal, estacionaba su automóvil en la casa propiedad de la mujer de Jorge, mientras esta iba a la ciudad capital a trabajar. Con el mayor descaro y desparpajo Nita y Jorge tenían sexo en la casa y en la cama de la mujer de Jorge. Por su delirio erotomaníaco Nita comete adulterio con Jorge, un adulterio vitalicio en irrespeto a su esposo y a su matrimonio, a su hogar y a sus hijos; con un hombre que solo le ha traído deshonra y pecado. Porque la usa, la coge, se aprovecha de su inmoralidad y de su indignidad de mujer y nada le aporta que no sea desprestigio. Jorge sabe y está muy claro en que si Nita le ha sido adúltera a su propio esposo, que otra actitud puede esperar Jorge de Nita. Así las cosas, recordemos que Jorge es un docente, y Nita llegaba al hogar conyugal diciéndole a su engañado esposo, que Jorge el guajiro era tan guapo que hasta las niñas de sexto grado estaban enamoradas de él. De modo que Nita concluye que ella está por encima de esas niñas y decide cometer adulterio con Jorge en perjuicio de su alma, de propia familia, de su hogar, de su matrimonio, de sus hijos y de su esposo inocente. Por lo que tiró su matrimonio por la borda con tal de ser sodomizada por Jorge. El asunto es que Nita, experimenta perversión sexual al saber que el hombre es ajeno o es buscado por otras mujeres y para conquistarlo entonces se entrega facilona a placeres carnales con esos hombres. En el caso de José el gocho, se trata de un locutor; es que Nita siente la enfermiza necesidad de entregarse sexualmente a un hombre que escucha por la radio, porque para Nita, esa inmoralidad la hace vencedora y siente que está por encima de todas las admiradoras radioescuchas del locutor. La candela que tiene Nita entre las piernas, no respeta a nada ni a nadie y mucho menos a Dios. Desde luego que estos tres personajes, Nita, Jorge y José, son unos inmorales sin principios éticos ni valores familiares. Porque todos están contestes que están teniendo relaciones adúlteras con una mujer casada. Al parecer a Jorge nada le importa si es que lo sabe al menos que hagan tríos, que Nita lo engaña con José y al revés. Ambos hombres están al igual que el engañado esposo víctima, “cogiendo cacho parejo”. Y lo más probable es que Nita, tenga otros amantes ocultos distintos a ellos, dada la naturaleza engañosa y adúltera de sus relaciones enfermizas. Nita no tiene principios morales ni valores éticos y si le ha sido infiel y desleal a su propio y legítimo esposo, con un adulterio vitalicio, nada le cuesta igual engañar como en efecto lo hace a Jorge y a José con otros amantes.
Un flashback del modus operandi injurioso de Nita en la vida conyugal.- Relata el esposo victima ofendido y engañado, que Nita se perdía por largos periodos de tiempo en los que era casi imposible localizarla y cuando su marido al fin lograba comunicarse con ella a través del teléfono celular el cual la mujer mantenía apagado mientras se gozaba el sexo adultero en perjuicio e irrespeto a su ingenuo marido. Argumentaba Nita que el teléfono estaba apagado porque se le acabó la carga, que no había señal, que lo tenía lejos de ella, que se le había quedado el cargador, en fin todas esas tretas ya conocidas. Nita contestaba altanera y haciéndose la ofendida para intimidar a su cónyuge y que éste desistiera de volver a llamarla o buscarla en otra ocasión; reclamándole que por qué insistía en buscarla y en indagar sobre su paradero, y le inquirió ¿Es que acaso me tienes desconfianza? Y con todo ese teatro Nita, borraba la sospecha de infidelidad en la mente de su esposo engañado y este desistía de las advertencias e intuiciones del corazón y terminaba justificándola. Y le decía Nita a su esposo legítimo para seguir despistando: te pareces a la actitud de tu hermano con su esposa, siempre pensando que ella tiene un amante. Es que ustedes dos son unos desconfiados. De modo que Nita cerraba burlonamente la conversación con broche de perversión pisoteando aún más a su esposo, sintiéndose airosa de su desorden moral la muy mitómana.
Las cinco maldiciones del adulterio.- 1.- La corrupción del alma: La persona que comete adulterio halla placer en ello, y esto se debe a un alma que se encuentra contaminada por la maldad; sus pensamientos son insanos e incorrectos y en su interior hay una turbulencia de emociones que lo controlan. «Corromper el alma» tiene que ver con pudrir, destruir, dañar, atentar, trastornar; la persona cuya alma se encuentra corrompida jamás actúa de la manera correcta, sino que la maldad que se ha alojado en su interior es la que lo conduce a pecar. 2.- La Ceguera Espiritual: « ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?», Proverbios 5:20. El adulterio enceguece e impide ver el grave error en el que se encuentra quien lo comete. La persona adúltera siempre termina perdiendo, la confianza y en un caso extremo hasta la misma familia llega a perderse. Lo que comienza como un simple «desliz» o «desahogo» como muchos lo llaman, termina llevándolos demasiado lejos al punto de enredarlos en su propio pecado. 3.- La fuga de bendiciones para la familia: «Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo», Proverbios 5:15-17. Cuando el hombre o la mujer están en adulterio se crea una disfuncionalidad matrimonial, el tiempo que se debe emplear entre los cónyuges y la familia se pierde y es allí cuando comienzan a fugarse las bendiciones tanto económicas como espirituales. En muchos de los casos las personas terminan criando hijos ajenos y abandonan las responsabilidades de su propia familia, olvidando así el tan valioso tesoro que el núcleo familiar representa para Dios. 4.- Dios usará tu adulterio como castigo: «Los besos de la mujer infiel son una trampa sin fondo; Dios no deja sin castigo a los que se enredan con ella», Proverbios 22:14. La infidelidad termina convirtiéndose en dolor y amargura; acarreando terribles consecuencias emocionales. Muchas de las personas que han experimentado el adulterio saben que lo que deja como resultado es una terrible sensación de vergüenza, además de causar daños irreparables en la familia. «Lo que mal empieza, mal termina», y toda relación que comienza basada en mentiras y engaños no tendrá un buen término, pues Dios nunca bendecirá una relación como esta, todo lo contrario la usará para demostrar a las personas su necedad. El amante llega a convertirse en el propio castigo para los que practican adulterio. 5.- Perderlo todo: «Nadie deja a un cónyuge por algo mejor, sino por algo más fácil», desde un inicio la infidelidad comienza con un deseo por llenar un «vacío» que según la persona, su propio esposo (a) no es capaz de llenar, sin embargo, uno de los escenarios más tristes es cuando luego de perderlo todo a causa de la infidelidad, el conyugue termina por darse cuenta muy tarde de todo el daño que sus acciones causaron. Hay daños irreparables en los matrimonios aun dentro del pueblo cristiano; relaciones que una vez se rompieron por causa de una infidelidad y que terminaron en divorcio. Un buen consejo: «No botes a la basura tu matrimonio por algo que viene del pecado». «No arruines tu matrimonio, al contrario riega cada día ese jardín y verás que vas a cosechar los mejores años al lado de la persona que un día decidiste amar». El amor siempre será eso: una decisión. No hay amor que se acabe, lo que realmente se acaba es el deseo de seguir intentando. Toda persona que esté en adulterio o haya considerado estarlo debe arrepentirse, dejar esa situación, restaurarse y enmendar el daño causado; pedirle a Dios que lo ayude en su debilidad y que halle gracia en su matrimonio.
A Jorge, a José y a Nita.- Jamás Dios bendecirá vuestra unión; una unión ilícita basada en el pecado y en el delito; cimentada en la maldad, en el adulterio, en la infelicidad de otro, en el daño moral, físico y espiritual que ustedes han causado a un hombre inocente que nada les debe y quien nunca les hizo ningún daño, ni ninguna afrenta. Pues el apareamiento demoníaco y adúltero de ustedes ha sido una vil maldad a un hombre y esposo de quien ustedes irrespetuosamente se han burlado de modo indecente y de forma vitalicia. !El infierno les espera demonios!.
Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; Pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. Hebreos 13:4.
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