Julio César Hernández: La singular precampaña electoral del gobierno

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Reflejando lo que se temía por su acelerada elaboración, el vigente cronograma electoral, no incluyó espacio alguno, para lo que estamos presenciando como “precampaña”, en donde sin reglas se vienen cumpliendo una serie de actos antipoliticos, por parte del gobierno, que aspira a su tercera reelección y, en lugar de rendir cuentas, sobre su presunta gestión en favor de los venezolanos, en los últimos seis (6) años, se ha dedicado como estrategia a presentar a un Presidente-candidato, como un danzante, lo cual en nuestra opinión no puede, ni debe ser una constante, como lo hizo en Carabobo, Zulia, Nueva Esparta, Distrito Capital y otras entidades territoriales más, solo con el propósito de evadir su delicada responsabilidad y, presentarlo como un ser popular, que en realidad no lo es, pues su nueva aspiración a la reelección suscita también bastante rechazo social; con esta ligera actitud, intentando salir rápido del examen del pueblo a su gestión, se degrada también la competencia electoral, pues la mayoría de venezolanos, sabemos que esa omisión es producto de su deficiente gestión.

En cuanto a su presencia por las entidades federales del país, las mismas ya no son tan concurridas como en años pretéritos, ahora va con cautela a las mismas, no por razones de seguridad, sino porque saben, aunque no lo reconozcan en público, que hay decepción y rechazo, por eso dicen, creyendo que la mayoría de la gente es tonta que, está haciendo “visitas privadas” y fue sorprendido por la gente, con lo cual deja traslucir, que no hay muchos seguidores, pero ese argumento le sirve de excusa, para justificar su ya exiguo poder de convocatoria, el cual se minimiza cada vez más, frente a los concurridos actos de calle, que vienen realizando, sus temibles adversarios de la MUD, UNT y MPV, que a diferencia de ellos, navegan rumbo al 28 de julio con viento favorable. Parece que, el partido de gobierno estuviese luchando en esta fase fáctica de la contienda electoral, por mantener una votación decorosa, que impida que la asociación partidista que los aglutina, caiga en un colapso agónico, post elección presidencial, pues de todos es sabido y conocido el peso del partido dentro del Estado.

Por supuesto que, en esta singular precampaña electoral del gobierno, no ha faltado la anécdota o nota discordante de sus miembros contra sus adversarios de los partidos antes mencionados, al punto que el derecho al libre tránsito, fundamental para que todos los dirigentes opositores se desplacen por el país, sin mayores obstáculos, le ha sido desconocido a la importante dirigente nacional, María Corina Machado, quien al aproximarse al estado Apure por vía terrestre, fue impedida de ello, sin que mediaran causas legales, lo cual en un país civilizado nunca sucedería, pero lamentablemente el actual autoritarismo gubernativo, no quiso entender que, el poder que actualmente detentan, en cualquier momento, les va a ser desposeído, por ser la democracia así, esto es, alternativa; ellos siguen aferrados a prácticas retrogradas de agredir a sus adversarios, pretendiendo también convertirse en juez contra ellos, olvidando de manera imperdonable, su deber constitucional de promover la participación, pues lo que se quiere es que el evento electoral se efectúe sin mayores contratiempos.

La campaña del candidato reeleccionista, sin lugar a dudas, efectúa un importante gasto en distintos órdenes, la movilización de autobuses, desde distintas regiones del país, hacia los frecuentes actos que hacen en la capital de la república o los que se hacen en los estados, significan erogaciones cuantiosas, por tanto, ¿de dónde provienen? seguramente ellos dirán, de la militancia del partido de gobierno, como lo han dicho en procesos electorales pasados, sin que esta aseveración, haya podido ser constatada por factores de oposición, ante el abrumador control que el oficialismo ha ejercido sobre el órgano rector electoral del país, lo cual no es óbice, para presumir que sus fondos emergen de las arcas públicas, con lo que de nuevo se pone de manifiesto en el Derecho Electoral venezolano o en el funcionamiento de los partidos políticos, la necesidad de sus financiamiento público, mediante el empleo de mecanismos transparentes, que lleven certeza a la sociedad democrática que, los mismos son o serán utilizados para lo que fueron destinados, y se rinda cuenta de los mismos.

Da la impresión, al oír los supuestos discursos de precampaña de los dirigentes oficialistas, incluidos los del candidato a la tercera reelección, que frente al pueblo venezolano ellos no asumen responsabilidad alguna a pesar de ser otro principio que debe guiar el manejo del presupuesto público. En ese sentido, éste se ha cuidado de hablar sobre el terrible desfalco del cual fue objeto PDVSA, más bien aseguró a los adultos mayores que en los próximos días creará el Ministerio para la Tercera Edad, a pesar de que, durante su gestión, los ha mantenido con la menesterosa pensión de 130 bolívares, monto que dicho candidato defiende públicamente, sin considerar siquiera el estado de vulnerabilidad en el que se encuentran o de las agresiones físicas de las cuales han sido víctimas, por reclamar en la calle una pensión más decorosa, que les permita vivir sus últimos años de vida, sin angustias o preocupaciones, que son patologías que también la salud física y mental de aquellos, pero a la tribuna electoral, no puede aportar políticas beneficiosas, para que lo relijan y más bien, les promete villas y castillos.

En cuanto a la calidad del discurso oficialista, el mismo sigue siendo el de hace 25 años, un discurso envilecedor, por ejemplo, las “calles son del pueblo”, con lo cual da luz verde a sus seguidores para ejercer probable violencia, contra sus adversarios o gente de la misma comunidad, a los cuales considera oligarquía, cuando la realidad indica que los apellidos dominantes son cinco o seis de esa élite gubernativa, como se dijo en anteriores artículos de opinión, con esa denominación. Otras frases de precampaña electoral, vertidas por el candidato del partido-Estado, es que él es un candidato fuerte, pues no se atreve a decir, autoritario, con liderazgo, aunque los más importantes estudios de opinión del país, muestran que está cuesta abajo en la rodada, como la letra del tango, con patria, cuando en realidad en el ánimo de la mayoría de los venezolanos, está la intención de relevarlo electoralmente del poder, por su mal desempeño en detrimento de ese pueblo que dice encarnar, el que de paso está bien renuente a seguir creyendo en sus promesas de última hora o dádivas para empeñar algunas conciencias.

 

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