Rocío Márquez: ¿Generación ansiosa o pánicos mediáticos?

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Un reciente artículo del estudioso de la comunicación, Carlos Scolari, debate acerca del planteamiento del libro del psicólogo Jonathan Haidt (2024): “La generación ansiosa”, y los efectos de las plataformas digitales y los dispositivos móviles.

Como describe Scolari, para Haid, “entre los años 2010-2015 se produjo un cambio radical en el ecosistema mediático que está afectando de manera negativa la salud mental de la Generación Z. La Generación Ansiosa”.

Es decir, Haid afirma que las redes sociales están provocando enfermedades mentales entre los niños y jóvenes; y atribuye la mayor parte de la responsabilidad a la tecnología.

¿Pánicos mediáticos?

Scolari advierte que no se pueden obviar los efectos de la tecnología en los seres humanos. El mismo Marshall McLuhan hace sesenta años aseveraba que modelamos los medios y luego ellos nos modelan a nosotros.

O como afirma Scolari (2024, 15 de mayo): “el Homo sapiens crea tecnologías que, a su vez, generan ambientes que nos modelan y transforman sin que seamos conscientes de esos cambios”.

Sin embargo, el autor llama la atención sobre los pánicos mediáticos que se han repetido en la historia evolutiva de los medios de comunicación. Desde el cine —del cual se decía que impediría diferenciar la ficción de la realidad—, pasando por la radio —que se consideraba un medio omnipotente—, los cómics y la televisión (Scolari 2024, 15 de mayo). Esta última, llamada de forma coloquial despectiva, la “caja tonta”.

El término “pánico mediático” se refiere al temor que rodea la aparición de nuevos medios. Fue acuñado por la académica danesa Kirsten Drotner en 1998, para reseñar la preocupación pública ante la aparición de nuevas tecnologías mediáticas.

¿Sobreestimulación y deterioro mental?

Según la psiquiatra Marian Rojas Estapé (en Moreno, 2023, 15 de abril), las redes sociales son la causa del deterioro de la salud mental que sufren muchos jóvenes. No obstante, para ella, “todo comienza cuando los niños son pequeños y los padres se aprovechan del impacto que causan en ellos las pantallas para que se callen un rato”.

La atención del bebé se activa con “la luz, sonido y movimiento”, explica Rojas Estapé. Y alega: “Si solo consigues que el niño se esté quieto cuando tiene una tableta al lado, ese niño no sabrá gestionarse a sí mismo si se la quitas”.

Sobre los jóvenes, Rojas Estapé señala que “las pantallas producen una intoxicación de dopamina que hará que necesiten cada vez más y más rapidez y estimulación”. Agrega que esa misma estimulación deteriora la salud mental de los preadolescentes y los adolescentes.

Hace falta más investigación sobre los efectos de las redes sociales

Dicho esto, aunque las afirmaciones de Rojas Estapé están más relacionadas con el uso y el tiempo que dedicamos a la tecnología, coinciden de alguna manera con algunos planteamientos del bestseller de Jonathan Haidt.

Aun así, no hay nada concluyente en esta materia. Por ello, son necesarias más investigaciones sobre los efectos de las redes sociales en los jóvenes. Sobre todo, si pensamos que se requiere de una fundamentación científica y sólida a las regulaciones que se están llevando a cabo en diversas partes del mundo en cuanto a la exposición de los niños y adolescentes a las nuevas tecnologías mediáticas.

Esta necesidad toma mayor importancia si consideramos las opiniones de otros académicos y estudiosos de los efectos psicológicos de los medios, como Candice Odgers (wired.com, 2024, 10 de mayo). La profesora de ciencias psicológicas de la Universidad de California asegura que el planteamiento de Haid sobre una epidemia de enfermedades mentales provocada por las redes sociales no está respaldada por la ciencia.

La idea es investigar más para evitar que la incertidumbre generada por los cambios tecnológicos derive en perspectivas simplificadas del nuevo ecosistema mediático y en medidas extremas como prohibiciones que quizá, en lugar de beneficiar, perjudiquen a las nuevas generaciones.

Doctora en Ciencias Humanas. Directora de la Escuela de Comunicación, ULA Táchira.

 

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