El régimen de Nicolás Maduro sigue violando los acuerdos de Barbados, ignorando los reclamos no solo de la oposición democrática venezolana, sino también de la comunidad internacional, incluyendo el G7, la Unión Europea, y Gobiernos como los de Estados Unidos, Brasil, Colombia y Chile.
No obstante, y a pesar de las restricciones, la persecución y el evidente ventajismo del régimen, la oposición democrática liderada por María Corina Machado y el candidato Edmundo González ha logrado avanzar en la ruta electoral, sorteando hasta ahora los numerosos obstáculos interpuestos en su camino.
Actualmente, la mayoría de los sondeos de opinión otorgan un amplio margen de ventaja a la oposición democrática. Sin embargo, la incertidumbre persiste. Si bien todo indica que la sociedad venezolana está decidida a cambiar de rumbo, es igualmente evidente que el régimen de Maduro está dispuesto a impedirlo a cualquier costo.
Deseo de cambio y revalorización de la libertad
Para el investigador y consultor político Alejandro Motta, director de Thinko Consulting, el gran protagonista de esta campaña presidencial venezolana es el cambio. “Los venezolanos anhelan un cambio político en el país, y han encontrado en María Corina Machado, quien ha sido consistentemente defensora de la libertad desde el inicio de su carrera política, el rostro visible de este cambio político fundamentado en el valor de la libertad”.
Motta, quien además es profesor de la maestría en Comunicación Política y Pública de la Universidad Panamericana de México, considera que la gran mayoría de los venezolanos ven ahora con mayor claridad que no puede haber prosperidad económica ni bienestar sin libertad y sin una verdadera democracia.
Transvase del respaldo popular de María Corina a Edmundo González
Tras la inhabilitación inconstitucional de María Corina Machado y el bloqueo a Corina Yoris, la oposición venezolana se vio obligada a replantear su estrategia electoral. En un acto de unidad, Machado, junto con las fuerzas políticas de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), lograron llegar a un consenso para designar al diplomático Edmundo González Urrutia como candidato presidencial.
Esta decisión sobrevenida planteó dos desafíos cruciales a alcanzar en el marco de un contexto autoritario: primero, dar a conocer a Edmundo González a nivel nacional y, segundo, lograr transferir el considerable apoyo popular del que goza María Corina Machado hacia el nuevo candidato.
Luego de dos meses de intensa campaña, los resultados de este esfuerzo unitario se reflejan en los recientes sondeos de opinión, que sugieren que ambos objetivos se han venido alcanzado con éxito. De acuerdo con la mayoría de las encuestas nacionales, Edmundo González Urrutia se posiciona actualmente como el líder en las preferencias de intención de voto para las presidenciales del 28 de julio. Las cifras indican una ventaja significativa, que supera los 15 puntos sobre Maduro.
Para el consultor Motta, la sólida unidad proyectada por María Corina Machado y Edmundo González ha sido un factor fundamental para la transferencia del apoyo popular de Machado hacia González. “Juntos han formado un frente unido y coherente ante el electorado, libre de contradicciones y con una agenda política de cambio clara y consistente”.
Contraste entre Edmundo González y Nicolás Maduro
Otro factor que ha favorecido el crecimiento de la intención de voto por Edmundo González ha sido el marcado contraste entre su figura y la de Nicolás Maduro.
Mientras la personalidad de Maduro refleja confrontación, ofensa, división y polarización, González Urrutia, por su temperamento y quizás por su condición de diplomático, refleja lo contrario. Es un hombre mesurado que no busca polarizar, que no insulta ni ofende a nadie.
Edmundo González, sostiene Motta, “no solo representa un cambio de rumbo para Venezuela, sino que también encarna el anhelo de un pueblo que, tras dos décadas de confrontación y división permanente, desea un país normal donde todos puedan convivir en paz”.
Grietas en el sistema hegemónico del chavismo
La promoción de la candidatura de González Urrutia en un plazo tan breve y bajo las condiciones de un régimen autocrático ha representado un desafío formidable. El régimen de Nicolás Maduro cuenta con un aparato represivo y de control social, además de un sistema de hegemonía comunicacional que obstaculiza significativamente los esfuerzos de la oposición por transmitir sus mensajes.
La estrategia de la oposición democrática se ha basado en el contacto directo con la población y en su difusión por las redes sociales. Desde finales de abril, María Corina Machado, acompañada de dirigentes de la oposición, ha desarrollado una intensa gira nacional, recorriendo todos los estados del país.
La líder opositora ha realizado concentraciones multitudinarias en 46 municipios, promoviendo la candidatura de Edmundo González. Estas concentraciones se han llevado a cabo mayoritariamente en poblaciones medianas y zonas fuertemente golpeadas por la crisis, muchas de las cuales tradicionalmente se consideraban bastiones del chavismo.
El régimen de Maduro ha intentado obstaculizar las actividades de la oposición mediante diversas tácticas represivas. Estas incluyen ataques violentos a las actividades de campaña (45 incidentes contra Machado), bloqueo de vías de comunicación, censura de medios locales, detención arbitraria de activistas (37 casos registrados), inhabilitación política de autoridades locales que apoyan a González (10 alcaldes afectados) y sanciones a establecimientos comerciales que prestan servicios a la oposición. A pesar de estas acciones, el régimen no ha logrado detener la movilización opositora ni la difusión de sus mensajes.
Para Alejandro Motta, esto se debe a las grietas que el deseo de cambio de la población venezolana han producido en el andamiaje de la hegemonía chavista. Motta recuerda a Ernesto Laclau, quien decía que la política es un reflejo de las dinámicas sociales. Cuando el anhelo de cambio en la sociedad es tan fuerte, la gente supera el miedo y el sistema hegemónico de control político se ve desbordado.
Signos de esperanza para el 28 de julio
Esta realidad se evidencia cuando los ciudadanos, a pesar de las amenazas y ataques, siguen asistiendo a las concentraciones de Machado; cuando se convierten en periodistas, grabando y difundiendo videos de las concentraciones en las redes sociales; cuando algunos medios abren sus micrófonos a la oposición; o cuando algunos mandos bajos o medios de las Fuerzas Armadas, desobedeciendo a sus superiores, permiten el paso de las caravanas que acompañan a Machado. Todas estas acciones son signos de esperanza para el 28 de julio, concluye Motta.
Luego de que el régimen de Maduro rompió los Acuerdos de Barbados, inhabilitó a Machado, bloqueó la inscripción de Corina Yoris, excluyó a más de cinco millones de votantes en el exterior y vetó la misión de observación electoral de la Unión Europea, además de encarcelar y perseguir a dirigentes opositores por hacer campaña, ha intentado obligar a Edmundo González a firmar un “Acuerdo de reconocimiento de resultados electorales”.
En este acuerdo, los candidatos debían reconocer que “el CNE ha venido dando cumplimiento a las garantías electorales en cada una de las fases del proceso establecidas en el cronograma electoral”. La firma de este documento, que se asemeja más a una patente de corso, habría implicado avalar todos los desmanes cometidos por el régimen de Maduro en esta campaña electoral. Esta maniobra solo confirma que el régimen de Maduro persistirá en su intento de torcer la voluntad de cambio del pueblo venezolano por cualquier medio.