El economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros advirtió que la economía venezolana enfrenta un futuro incierto marcado por un crecimiento limitado que podría excluir a la mayoría de la población.
Asdrúbal Oliveros destacó que, si bien la economía del país ha tocado fondo tras una crisis virulenta que la redujo a una cuarta parte, no hay razones para temer otra recesión aguda o un retorno a la hiperinflación
Durante una entrevista con el portal web Gerentesis, Oliveros destacó que, si bien la economía del país ha tocado fondo tras una crisis virulenta que la redujo a una cuarta parte, no hay razones para temer otra recesión aguda o un retorno a la hiperinflación. Sin embargo, el riesgo radica en lo que suceda en las elecciones del próximo 28 de julio.
«Esta economía necesita crecer de manera sostenida a altas tasas porque está en un punto muy bajo, y eso no es posible si se repite el escenario de la elección de 2018», afirmó el economista.
En este sentido, se refirió a un contexto en el que la elección no sea reconocida por organismos internacionales u otros países y continúen las sanciones. “No se puedan atraer inversiones para el sector petrolero; ni negociar con los multilaterales y reestructurar la deuda externa. En esas condiciones, la economía seguirá con un crecimiento limitado que excluye a la mayoría”, agregó.
Oliveros explicó que, en caso de surgir un gobierno reconocido tras las elecciones, que pueda negociar con entidades multilaterales, además de iniciar una reestructuración de la deuda y atraer inversiones significativas al sector petrolero, el panorama podría cambiar.
De acuerdo a sus declaraciones, un gobierno con la oposición podría mostrarse más abierto a condiciones de mercado; mientras que un gobierno de Maduro, aunque reconocido, avanzaría más lento. “Pero en los dos casos el escenario es totalmente diferente al del no reconocimiento”, dijo.
¿La economía venezolana corre el riesgo de quedarse estancada?
El economista enfatizó que, sin un crecimiento sostenido, Venezuela corre el riesgo de quedarse con una economía estancada durante décadas. Incluso, comparó la situación con la de algunos países africanos, donde una pequeña economía de privilegios coexiste con una mayoría de la población que vive con sueldos muy bajos y servicios públicos deficientes.
Por su parte, Ecoanalítica ha observado un crecimiento concentrado en sectores como alimentos y salud (principalmente por la producción de medicamentos); también servicios profesionales, comercio y medios de pago, desde el fin de la pandemia en 2021 hasta 2024.
No obstante, Oliveros destacó que este crecimiento está más ligado al comercio y los servicios que a la producción y manufactura de bienes; lo que limita la capacidad de generar valor agregado y empleo.
Otro aspecto que estaría estacando el desarrollo económico es que la distribución del consumo se concentra en la región central del país. Nada más en Caracas se efectuaron 41.7% de las transacciones; y solo cuando se incluyen Valencia y Maracay la proporción aumenta al 57.1%.
Además, el estudio de Ecoanalítica revela enormes diferencias en la actividad económica entre regiones; con áreas como Lara-Portuguesa, Barinas-Apure, Táchira y Anzoátegui mostrando mayor dinamismo gracias a sus sectores productivos específicos.
Es por esto que empresas que tradicionalmente han operado en el interior del país comienzan a tener presencia en Caracas, dice Asdrúbal Oliveros.
Finalmente, subrayó que para sostener la estabilidad cambiaria actual, el gobierno ha tenido que restringir significativamente el gasto público y el crédito; una situación que podría ser insostenible a largo plazo. Esto si no se implementan cambios estructurales que promuevan una mayor dolarización financiera y una oferta de divisas más robusta.
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