Cesar Guillen: Latinoamérica y su “progresismo”

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Con la desaparición de la URSS, se pensó que la izquierda moderada renacería al no cargar ya con el peso muerto del fracasado modelo soviético. Es conocido que en el concepto de “izquierda” existen muchas gradaciones. En Latinoamérica, pervive la primitiva corriente a lo Fidel y El Che, (Más por la necesidad económica de Cuba) y que está asociada a lo que fue el movimiento comunista mundial del pasado.

La “otra” izquierda marcha por un camino de reformismo avanzado, utilizando ahora una nueva frase “Partidos progresistas” para ocultar con un nombre la misma vaina que ha fracasado toda la vida.  Pero, sin la profundización de la democracia y de una acertada política económica, lo social naufraga en las aguas de la inflación y el estancamiento económico, y como en el caso cubano, de Nicaragua y de Venezuela es la dictadura el mecanismo de control social y del poder, más acentuado mientras más desfallece la economía.

Las sociedades socialistas gastan enormes cantidades de dinero en la burocracia y en subsidios populistas, sin producir la riqueza necesaria, en Venezuela se evidenció con la quiebra de sus industrias de carácter estratégico como el Petróleo, el sistema de energía eléctrica y el complejo siderúrgico de Guayana, en manos de una burocracia revolucionaria que se enriqueció a costa de su desmantelamiento.

Como no hay sistema político y económico perfecto, se demuestra que a través de la historia y desde la revolución industrial ha habido fallas en el modelo económico liberal, pero el capitalismo hasta que se demuestre todo lo contrario, ha sido la vía más adecuada para el desarrollo social. Con Mao, los comunistas asesinaron a 60 millones de campesinos, con su viraje al capitalismo China elevó a 200 millones de campesinos pobres a la clase media y logró un impresionante desarrollo urbano.

Después de la caída de la unión soviética, los ciudadanos rusos consumen productos de primera calidad producidos en Europa. Las restricciones de los valores y la carestía en las necesidades humanas básicas condujeron al pueblo ruso a la revisión del sistema burocrático y militar que los desintegró sin disparar un solo tiro. Actualmente, la actitud desesperada de Putin retoma la antigua estrategia de invadir a sus vecinos y perturbar la geopolítica mundial.

Lo demuestra el que recientemente le exija a Ucrania que deponga las armas, permita la invasión de sus territorios y que no acepte alianzas con el occidente democrático. Es su tragedia actual, trata de revivir el pasado con su torpe y agresiva política internacional, en contra de los casi 90 países que se reunieron para ratificar su apoyo a Ucrania. Un talante agresivo y abusador de este retro comunista que además busca desesperadas alianzas militares al firmar acuerdos con el tirano desquiciado de Corea del Norte.

En Latinoamérica persisten los esquemas del comunismo primitivo que fomentan formas económicas superadas para asegurarse la solidaridad. Retoma el capitalismo de estado e impulsa la corrupción con el gasto e inversión en las instituciones e instrumentos de control social. Los comunistas saben solo gobernar con los medios represivos, pero no tienen oportunidad ni capacidad mediante el voto democrático.

Los dos miembros del Foro de Sao Paulo, Petro y Lula, debido a los compromisos que tienen con los rusos y dependiendo de las inversiones chinas, mantienen una posición ambigua ante la crisis de Ucrania que los delata. Tratan de favorecer más sus compromisos ideológicos que el progreso de sus países. Lástima que, en la región los altos niveles de carestía e ignorancia, permitan que este prototipo de caudillejos sigan llegando al poder.

En conclusión, se demuestra que el capitalismo mejora a través de formas cada vez más amplias de participación y aún no se ha planteado su erradicación. El capitalismo, desde la edad media lleva más de 5 siglos y aún existe con estabilidad en el mundo y más aún con el mérito de haber agotado al comunismo, que intenta revivir cambiando de nombre, en los países subdesarrollados y en crisis sociales recurrentes.

El comunismo es una religión horizontal y los radicales son hombres de una sola idea y de un solo fin.

 

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