No está claro lo del “Golpe de Estado” en Bolivia, hay demasiadas versiones

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El general Juan José Zúñiga es presentando a la prensa tras su aprehensión.

Gobierno armó un show burlesco con malos actores

El Gobierno armó un show burlesco con malos actores dijo el analista Gustavo Pedraza, a una red televisiva nacional, al referirse a las acciones militares que se produjeron ayer en plaza Murillo y Palacio Quemado.

A esto se sumó la senadora por Comunidad Ciudadana, Andrea Barrientos, quien en declaraciones a medios de comunicación sostuvo desde Cochabamba, que estos hechos fueron shows burlescos y exigió al gobierno del presidente Luis Arce dar respuestas a la crisis que el país atraviesa.

Primero creemos que la democracia debe precautelarse ante cualquier cosa, pero lo que ha pasado es un show burlesco. Exigimos una investigación, aclaraciones de parte del Gobierno nacional y le exigimos que dé respuestas a las crisis ya no queremos shows ni montajes, enfatizó.

Asimismo, detalló que no hay gasolina, los productos escasean, sube el dólar y cada vez se agudiza la crisis (…) y en vez de dar soluciones monta espectáculos de este tipo que da mucho que pensar.

Con relación a las declaraciones que dio el excomandante del Ejército Juan José Zúñiga, en el momento que fue aprehendido por la Policía Boliviana, Barrientos dijo que todos estamos convencidos que aquí hay una mano negra de por medio.

Otras opiniones

Según observaron expertos, abogados y autoridades de oposición, las acciones militares suscitadas ayer en la sede de Gobierno fue un show montado por un Gobierno agobiado por la crisis, debilitado, sin institucionalidad ni credibilidad, el cual pretende escapar y reprimir toda forma de protesta a través de una receta socialista externa; advierten que el supuesto montaje tuvo como objetivo recuperar el apoyo de organizaciones sociales y la comunidad internacional.

Ayer, al promediar las 15:00 horas, un inusual despliegue de fuerzas militares y a bordo de una decena de tanquetas blindadas se concentraron en inmediaciones de la plaza Murillo, a la cabeza del anterior comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga. Luego de ingresar al Palacio Quemado por la fuerza, Zúñiga argumentó que su intención era restablecer la democracia y liberar a los presos políticos.

Se difundieron imágenes, en las que Zúñiga discutió con el jefe de Estado, Luis Arce, donde el militar desobedece las órdenes de replegar el personal, lo cual terminó ocurriendo alrededor de las 17:00 horas. Posteriormente, Arce posesionó a un nuevo Alto Mando militar de manera casi inmediata. El exjefe militar y otros uniformados fueron aprehendidos después de las 19:00 horas y la Fiscalía inició investigaciones en su contra por los delitos de terrorismo y alzamiento armado contra la seguridad del Estado.

 

Para el abogado, Jorge Valda, el politólogo, Franklin Pareja, y el periodista, Andrés Gómez, esto fue un teatro y un espectáculo armado por la cúpula de poder, con el objetivo de generar caos, descontrol e incertidumbre en la población en medio de una profunda crisis social y económica.

Para Pareja, los hechos ocurridos no cuadran con los de un golpe de Estado, sino que parecen la ejecución de un libreto cubano-nicaragüense-venezolano con el objetivo de generar cohesión interna en el Gobierno y recuperar cierta validación y respaldo tanto de los sectores sociales (Csutcb y COB) como el apoyo internacional, por ejemplo, de la Organización de Estados Americanos (OEA). El secretario de esta oenegé, Luis Almargo, manifestó que rechazan toda forma de golpe de Estado en Bolivia.

Según el politólogo, hubo un extraño intento de golpe donde las autoridades dan declaraciones en directo y sin el mínimo estrés, pues los militares tomaron la plaza Murillo a vista y paciencia de los medios y público presente. (Mi) hipótesis: gobierno agobiado por la crisis quiere escapar haciendo show con las Fuerzas Armadas, expresó en sus redes sociales.

Jorge Valda coincide: Ya está de buen tamaño que solamente la ley se aplique para unos y no para los aliados o actores de un teatro armado como el que se ha dado en plaza Murillo, porque no ha sido un intento de golpe, ha sido una cortina de humo. Lo que viene detrás de este gobierno, entre corrupción, narcotráfico, contrabando, minería ilegal, endeudamiento, saqueo de recursos, es mucho más grave de lo que los bolivianos imaginamos, expresó el abogado en redes sociales.

En contacto con El Diario, el jurista opinó que Arce debe ser investigado pues comparte responsabilidad por lo ocurrido ayer, hecho que causó especulación y zozobra en la población. Asimismo, lamentó que los militares hayan sido humillados y usados como rebaño por quienes osan tomar el poder por la fuerza.

El diputado opositor de Comunidad Ciudadana (CC), Alejandro Reyes, coincide que hay indicios de un montaje y posible autogolpe, a fin de remontar un gobierno moribundo. En tal sentido, pidió la conformación de una comisión legislativa para iniciar investigaciones sobre la posible participación de autoridades del Órgano Ejecutivo.

El expresidente de Bolivia y líder de CC, Carlos Mesa Gisbert, condenó los hechos ocurridos ayer y consideró que los gobiernos masistas destruyeron la institucionalidad de las Fuerzas Armadas y toda credibilidad de lo que se dice y hace.

Gómez, por su lado, también afirmó que lo que ayer sucedió fue un montaje para aumentar la popularidad de Arce. Buscan levantar la imagen del presidente porque carece de apoyo en las calles, expresó Gómez a la red Unitel, además de cuestionar por qué Zúñiga fue ascendido al cargo máximo del Ejército siendo el número 48 de su promoción, cuando generalmente se asciende a los mejores elementos militares.

El Diario de Bolivia

Bolivia otro militar detenido y las manifestaciones suspendidas

Además de Juan José Zúñiga, fue detenido como presunto implicado el comandante Juan Arnez Salvador. Por su parte, el expresidente Evo Morales desconvocó la movilización de protesta a la que había llamado.

Desde el martes (25.6.2024), circulaban rumores sobre la probable destitución del ahora exjefe militar, Juan José Zúñiga, que comandaba el Ejército de Bolivia desde 2022.  El oficial había expresado su firme oposición al eventual retorno al poder de Evo Morales, quien se disputa con Arce el liderazgo del partido oficialista de cara a las presidenciales de 2025.

En una entrevista el lunes (25.6.2024) con un canal de televisión, incluso aseguró que detendría a Morales si insistía en postularse a la presidencia el próximo año. De ahí la sorpresa que causó su intento de golpe contra Arce. Al momento de su arresto, el general dijo a la prensa que el presidente le había pedido el domingo preparar algo para levantar su popularidad. Según Zúñiga, Arce arguyó que la situación está muy jodida y que ameritaba una acción que le favoreciera.

Juan José Zúñiga no sería el único alto mando militar implicado. La Policía boliviana detuvo en la noche del miércoles a un segundo jefe militar, acusado por la fiscalía de terrorismo y alzamiento armado, durante el intento de golpe contra Arce.  El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, anunció la captura del comandante de la Armada Boliviana (Marina), Juan Arnez Salvador. Arnez fue presentado esposado en una conferencia de prensa, junto a Juan José Zúñiga.

Del Castillo señaló que Zúñiga y Arnez son dos militares golpistas que intentaron destruir la democracia y la institucionalidad de nuestro país y fracasaron. Explicó que ambos se encontraban en el interior de una tanqueta militar que intentó derribar las puertas de ingreso a Palacio de Gobierno, en la plaza de Armas de La Paz, donde Arce tiene sus oficinas. El Gobierno de Arce destituyó a Zúñiga y Arnez de sus cargos y nombró a nuevas autoridades.

Morales desconvoca manifestaciones

Por su parte, el expresidente de Bolivia y líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, suspendió las movilizaciones convocadas.

Después del repliegue de un pequeño grupo de efectivos militares que se encontraban en la plaza Murillo y de haberse retomado la calma en la sede de Gobierno, suspendemos las movilizaciones convocadas, escribió Morales en sus redes sociales.

Morales también agradeció todas las expresiones de solidaridad y apoyó a la democracia boliviana expresadas por presidentes, líderes políticos y sociales del mundo, y reiteró el llamado que para que todos los involucrados en este asonada sean detenidos y juzgados. MS (afp/efe/eldeber.com.bo)

DW

Eduardo Del Castillo; Ministro de Gobierno de Bolivia señal que Zúñiga quería derrocar el mandato de ´Luis Arce

El ministro señaló que además de Zúñiga también se aprehendió al vicealmirante Juan Arnez Salvador, excomandante general de la Fuerza Armada, quienes intentaron ingresar con una tanqueta al Palacio Quemada.

Tras el fallido intento golpe de Estado, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informó que el objetivo del excomandante del Ejército, general Juan José Zúñiga, y un grupo de insubordinados era derrocar al presidente Luis Arce y tomar el mando del país.

Nunca antes en nuestro país un presidente había sido democráticamente electo con más de tres millones de votos y un grupo de delincuentes intentó interrumpir la democracia haciendo uso de la violencia e incitación. (Quienes) se organizaron en varias reuniones, dijo del Castillo en conferencia de prensa.

La autoridad reiteró que Zuñiga quería tomar el mando del país vulnerando la Constitución Política del Estado, los cuales fueron demostrados a través de actos públicos, mismos que fueron evitados por la Policía Boliviana y el pueblo que se trasladaron la plaza Murillo con el fin de evitar que este hecho y no ocurra como en años pasados.

Cerca de las 15.00 de este miércoles, efectivos militares y vehículos blindados irrumpieron y tomaron la plaza Murillo y se apostaron en las esquinas de la plaza con el objetivo de tomar los órganos Ejecutivo y Legislativo.  La toma de la plaza concluyó alrededor de las 17.30, luego que el presidente Arce posesionara a un nuevo Alto Mando Militar que ordenó el repliegue y desmovilización de los militares.

Del Castillo señaló que además de Zúñiga también se aprehendió al vicealmirante Juan Arnez Salvador, excomandante general de la Fuerza Armada, quienes intentaron ingresar con una tanqueta al Palacio Quemada.

Estas dos personas se encontraban en un vehículo blindado el cual impacto en contra de las puertas de la casa de la democracia, en contra del Palacio Quemada. Ellos buscan derrocar un gobierno democráticamente electo con más de 3,4 millones personas.

La Razón de Bolivia

Derrocamientos, asonadas e insurrecciones: Bolivia, un volcán político en constante erupción

Al antiguo Palacio Presidencial de Bolivia, al que este miércoles entraron de forma violenta y sirviéndose de una tanqueta un grupo de militares rebeldes con el recientemente destituido jefe del Ejército, Juan José Zúñiga al frente, se le llama el Palacio Quemado. Es un apodo que le debe a un asalto que sufrió en 1875 cuando una turba lanzó antorchas encendidas desde la catedral aledaña y provocó un incendio que inhabilitó la sede de Gobierno. El edificio, en la plaza Murillo de La Paz, fue reconstruido; pero desde entonces ha sido testigo de decenas de movilizaciones violentas, sublevaciones y golpes de Estado que han marcado su historia.

El último de estos episodios se ha producido este mismo miércoles. En la Casa Grande del Pueblo, el moderno rascacielos construido durante el Gobierno de Evo Morales al lado del Palacio Quemado para albergar el poder ejecutivo, el presidente Luis Arce ha llamado al pueblo boliviano a movilizarse para enfrentar cualquier intento golpista rodeado de su Gabinete. Después ha renovado la cúpula militar y los militares rebeldes se han replegado en un día que pasará a la larga lista de capítulos de inestabilidad del país andino-amazónico.

Según un análisis de datos hecho por los académicos estadounidenses Jonathan Powell y Clayton Thyne, Bolivia es el país que más golpes de Estado ha sufrido en el mundo desde 1950: 23 en total, si bien 12 de ellos fracasaron. Depende de cómo se contabiliza, hay un número extraordinario de golpes de Estado, reconoce el historiador y periodista boliviano Robert Brockmann. Si es por número de presidentes, no los puedes tomar en cuenta realmente a todos porque alguno duró media hora, ironiza.

Si se toma el periodo de las dictaduras militares de entre 1964 y 1982, donde presidentes de todo signo político fueron derrocados a la fuerza, Brockmann destaca la llegada al poder de Hugo Banzer Suárez, que gobernó Bolivia por primera vez entre 1971 y 1978. Fue un golpe de derecha dura con mucha represión, pero a la vez trajo, igual que [Augusto] Pinochet, un período de gran estabilidad económica. Pero si bien el dictador chileno derrocó a un Gobierno electo democráticamente, el boliviano gobernó entre dictaduras militares.

Es un militar que golpeó a otro militar, que golpeó a otro militar, que golpeó a otro militar, enumera, antes de citar la siguiente etapa de la historia boliviana, entre 1978 y 1982, un periodo espantoso de 10 Gobiernos, entre civiles, militares y elecciones frustradas, que dieron paso a otra dictadura, la del militar Luis García Meza que gobernó Bolivia de facto entre 1980 y 1981 tras perpetrar un golpe de Estado con la asesoría de la dictadura militar argentina y por el que asesinó al carismático líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz.

Para Brockmann, fue un periodo funesto con masacres, persecuciones, estados de sitio y narcotráfico que desprestigió enormemente a la derecha y por el que la sociedad boliviana escarmentó y abrazó por completo la democracia en 1982 en unas elecciones donde ganó una coalición de izquierda. Y si bien el Gobierno de Hernán Siles Suazo tuvo que enfrentar la aguda crisis económica que provocó una estratosférica hiperinflación del 23.000% en 1985, este supuso el fin de los golpes de Estado.

Un ejército débil y una sociedad fuerte

Tras el fin del periodo de dictaduras militares, Bolivia experimentó una etapa de democracia pactada, en la que quienes llegaban al poder debían construir alianzas. En esos años, hubo crisis y revueltas como las llamadas guerras del agua y del gas, en las que los bolivianos se levantaron en defensa de sus recursos. La última provocó el derrocamiento del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien huyó a Estados Unidos, e impulsó el ascenso de Evo Morales al poder con un apoyo mayoritario de la población.

Eso le permitió al primer presidente indígena de Bolivia gobernar durante más de una década sin necesidad de alianzas. Pero también le llevó a aferrarse al poder y cambiar las leyes para extender su mandato hasta que estalló la crisis política de 2019. Entonces, la población salió a las calles masivamente tras unos comicios en los que Morales buscaba reelegirse por cuarta vez consecutiva, lo que sacó a las Fuerzas Armadas de los cuarteles y provocó la renuncia y la huida de Evo Morales a México, en un episodio que el expresidente definió como un golpe de Estado, si bien esa calificación ha sido objeto de disputa.

Para el periodista y doctor en investigación social con especialización en Ciencia Política Rafael Archondo, desde que en 1982 se restableció la democracia, no se puede decir que esta se haya interrumpido. Son 42 años de vida democrática, de Gobiernos constitucionales electos sucesivos de diversos partidos, donde todas las fuerzas, incluso quienes en algún momento tomaron las armas, se convirtieron en autoridades electas, y la presencia de los militares en la vida nacional ha sido completamente insignificante, asegura. Ni siquiera hemos tenido niveles de participación militar como la que hay en México, donde los militares construyen un aeropuerto o cuidan determinadas instalaciones.

Archondo defiende que ni en 2019 ni este miércoles ha habido un golpe de Estado, puesto que se mantuvo el orden en general y los militares no han gobernado ni un solo minuto. Y tanto él como Brockmann interpretan la insurrección encabezada por Zúñiga en la Plaza Murillo como parte de un enfrentamiento interno en el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), dividido entre el expresidente Morales y su sucesor, Luis Arce, que está sufriendo los embates de una fuerte crisis económica profundizada por la falta de hidrocarburos y dólares.

Lo del día de hoy fue un chiste, opina Archondo. Eso no tuvo ni trazos de golpe de Estado. Los golpes de Estado se hacen en la madrugada y tienen como orden imperativo detener al presidente, arrestar a los ministros, cerrar el Congreso. Nada de eso pasó hoy. Comenzó a las cuatro de la tarde y sorprendió a todos tomando un cafecito, y produjo un solo saldo negativo que fue la ruptura de la puerta metálica del viejo Palacio de Gobierno.

Pero más allá de los motivos y las intenciones reales de lo sucedido este miércoles, el analista destaca que todas las crisis vividas en lo que va de siglo en Bolivia —desde la caída de Sánchez de Lozada en 2003 a la de Evo Morales en 2019— se hayan solucionado por el cauce institucional. Creo que la razón fundamental de todo este proceso es que tienes una sociedad muy activa, muy politizada y muy despierta y un Estado muy débil, que sí se ha fortalecido en este siglo, pero que no ha conseguido nunca afianzarse en contra de los deseos de la sociedad, defiende. No ha habido, por suerte, la manera de construir un Estado represivo, autoritario ni vertical.

El País de España

 

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