Maduro vuelve al diálogo pero con EEUU. Efecto Cocuyo.
Gobierno paga bono equivalente a 79 dólares a nómina especial y estallan las quejas. Este bono no lo reciben todos los trabajadores, es asignado a los cargos de confianza o que trabajan en el Ministerio de Defensa, Ministerio Público, Petróleos de Venezuela, Corpoelec y Presidencia de la República. El Pitazo
Contundente el grafico que muestra la dinámica del indicador “Ingreso Mínimo Legal (salario +bono de alimentación) a dólar paralelo” que nos enseña el profesor/doctor Luis Fuenmayor Toro y que reproducimos en el cuerpo de este boletín en la sección “Línea de tiempo (útil) para la comprensión histórica del acontecer educativo venezolano”. Si lo interpretamos correctamente, el autor nos dice que la destrucción del ingreso del trabajador venezolano empezó en el 2002, después de haber alcanzado un máximo histórico en el 2021 (401,21 USD), cuando el presidente en ejercicio después de sortear un golpe de estado-vacío de poder impuso la progresiva supeditación de los intereses (económicos y políticos) del país a los de él y sus más leales. Inició por esas fechas una gestión pública dominada por la pretensión de imponer un modelo supuestamente socialista que resultó en el deterioro del ingreso formal-constitucional del trabajador. Deterioro sostenido que alcanzó su punto más bajo con el gobernante actual, en el año 2017 (4,05 USD), antes del inicio de las sanciones políticas y económicas internacionales. Para subir un poco, después del aligeramiento de esas sanciones (la economía Chevron) al escuálido 30,89 USD mensuales, pero dentro de una vida pública dominada por la dolarización compulsiva(se gana en bolívares se consume en “dólares imperiales”) T
Todo lo cual indica que la pauperación violenta y en ruta a la miseria más abyecta del factor trabajo, no se inició con la mala voluntad de las democracias occidentales, sino por efecto de la sistemática y corrupta supeditación del funcionamiento del estado todo a la pretensión de una élite de poder que siempre ha buscado antidemocráticamente gobernar para seguir gobernando. Y seguir explicando todos sus equívocos por el supuesto revanchismo de la oposición democrática y el odio de los gobiernos democráticos del mundo, quienes sin ser santos, han demostrado más interés que nuestro propio gobierno por el respeto a los derechos humanos, impulsados por el temor a los perjuicios políticos que está produciendo la avalancha humana que llega desde sociedades fallidas.
Revertir el proceso de deterior inducido de la calidad de vida del trabajo, puede ser el desafío más importante de la transición, al menos lo es en educación, donde sean cuales sean las medidas que se tomen, dependerán, para su éxito, de la dignificación de la base salarial de la relación estado-trabajador. Aunque, cierto es, que ese mejoramiento no dependerá exclusivamente de la buena voluntad del nuevo gobierno. Habrá de ampliarse la recaudación fiscal por intermedio (no de la voracidad fiscal actual) del crecimiento económico disparado por la ampliación de la inversión pública y privada, nacional e internacional. Sobre todo, que esa recuperación económica mejore las disponibilidades de un estado hoy corroído por el yugo de la corrupción generalizada, pasando por la colocación legal del petróleo en mercados rentables, haciendo uso de la libertad económica que nos dará oportunidad a desatar los nudos que oprimen a nuestra economía.
Revista Nº 1011 Memoria Educativa venezolana