Javier García: Hagan lo que hagan

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Hemos visto que como reza el refrán no hay mal que por bien no venga, que las acciones del régimen en el tiempo se han ido volviendo en su contra cada vez con mayor fuerza.

El uso inescrupuloso de los recursos del pueblo como herramienta de control social, para intentar domarlo, si le funcionó en algún momento, el aprendizaje ha sido útil, evidentemente ya no le funciona.

Ha sido valiosa la enseñanza sobre las consecuencias morales, políticas, económicas, sociales, culturales, institucionales y familiares de y sobre aquellos que se han dejado, prostituyéndose para satisfacer su egoísmo, su afán de codicia colaborando con el desastre.

Los métodos represivos, las amenazas, chantajes que han utilizado no han sirvieron para doblegarnos; hemos resistido. Han provocado una reacción contraria a la esperada; fortaleciendo nuestra capacidad de resistencia, nuestro nuestra dignidad y carácter.

Adicionalmente   los Crímenes de Lesa Humanidad que han cometido representan una de las peores amenazas sobre sus cabezas.

Llamando la atención y provocando una reacción mundial en su contra, estimulando nuestra unión y hermandad con los pueblos y gobiernos de la tierra. De hecho acaban de recibir no solo una nueva paliza en la ONU por estos crímenes, sino que es a su vez la reafirmación de la posición de un bloque importante del mundo en favor nuestro, incluyendo a sus antiguos socios como Brasil, España…

Ha servido para que los venezolanos estemos reflexionado profundamente sobre la importancia de los Derechos Humanos.

Sobre el mejoramiento de los sistemas de protección a nivel nacional, como se ha hecho evidente, que las ONGs se han fortalecido en experiencia, organización y prestigio – recibiendo algunas de ellos el debido reconocimiento dentro y fuera del territorio.

Se ha puesto a prueba al mundo y sus instituciones sobre este tema, los más importantes para la evolución y sobrevivencia humana.

Un régimen de opresión tiene todas las desventajas que se derivan de la falta de legitimidad ante el pueblo y un mundo que vez demanda más democracia, libertades, respeto a la dignidad humana, con crecientes mecanismos orientados al control sobre las expresiones criminal-totalitarias.

Estos regímenes son cada vez más repudiados por la comunidad de naciones y afortunadamente la tendencia es a desaparecerlos. Y hacemos votos por ello.

Jugaron a dinamitar las primarias como método para escoger el liderazgo que nuestra lucha necesitaba y terminaron fortaleciéndolas con diversidad de beneficios y ventajas para nuestro pueblo. Entre ellos la escogencia del liderazgo sólido, genuino, consecuente y transparente que buscábamos.

Al descartarse por mecanismos represivos la candidatura de María Corina Machado,  contribuyeron a potenciar su desarrollo creciéndose en su abrazo con el pueblo, atravesando todos los rincones, encarando y desafiando  riesgos, transitando el mismo destino de todos; porque hablando claro su destino y el nuestro están atados.  Asumiendo el sacrificio que ameritaba el papel de líder nacional para lo cual la habíamos escogido.

La inscripción de la candidatura de don Edmundo González Urrutia, nos ha dado algunas ventajas, en principio una figura sobre la cual seguir desarrollando la estrategia electoral con confianza.

Lo que implicó que en lugar de tener una sola voz, una única referencia para todas las tareas, tenemos dos operadores en movimiento, dos referencias cuyo capitales políticos se complementan, la líder y el candidato. Seguimos ganando.

Como consecuencia de su naturaleza criminal y represiva, este régimen ha estado apoyado por las armas de quienes traicionando a su nación, a nuestro pueblo, a nuestra patria, nuestra constitución, colocaron precio a sus “conciencia”.  No existe una relación de lealtad moral – política- ideológica, entre líderes y seguidores; sino un acuerdo entre mercenarios – socios – beneficiarios.

Ha quedado a la vista que esos convenios se han fracturado y que el régimen está inquieto.

El tirano no tiene quien lo quiera. Todo apoyo le cuesta dólares, negocios, influencias y hasta la complacencia caprichos personales.

Las fuerzas, las energías que recorren el país son inmensas, llenas de optimismo, dignidad, determinación, confianza, firmeza y esperanza.

Sus elevadas vibraciones han ido superando obstáculos y debilidades.

Esas son las consecuencias del crecimiento de nuestro pueblo, del refrescamiento de sus virtudes, que buscando el bien colectivo, la libertad, la verdad, y la justicia, tiene el acompañamiento de la providencia y sus ejércitos, ha ido avanzando.

Hemos remontado la cuesta, viene el remate, con el esfuerzo de todos.

Adelante.

No importa lo que hagan. Rumbo firme hacia nuestro norte, llevando adelante la bandera de Venezuela, entonando la canción más alta, el “Gloria al Bravo Pueblo”…

 

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