Al final, el puñado de “ovejas negras” a las que se refirió el candidato a primer ministro por el partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN) en las elecciones legislativas, Jordan Bardella, resultó ser casi un rebaño. Hasta un centenar de candidatos a diputados de la extrema derecha en las elecciones legislativas en Francia tenía un pasado conflictivo lleno de declaraciones —o incluso acciones— racistas, homófobas, antisemitas, prorrusas o hasta conspiranoicas. Hasta 28 de ellos ocuparán ahora un escaño en la Asamblea Nacional.
Tras las denuncias de la prensa, Bardella reconoció un puñado de lo que llamó “ovejas negras” en su partido y retiró algunos nombres antes de la segunda vuelta del domingo. Pero los que quedaron y se clasificaron siguen siendo numerosos. Según el diario de izquierdas Libération, hasta 28 de los 143 diputados del RN y sus aliados (casi el 20%) que este miércoles entraron formalmente en la Asamblea Nacional han manifestado en el pasado posturas que chocan con la imagen moderada que pretende dar su partido.
La presencia de estos diputados complicará la consigna reiterada este miércoles por la cúpula del RN a sus tropas de mostrarse “perfectamente irreprochables” en el hemiciclo nacional y de puertas afuera también.
“Vuestra responsabilidad será acentuar la credibilidad de nuestro proyecto”, dijo Bardella, eurodiputado y presidente del RN, en una reunión con los nuevos parlamentarios. Asentía con fuerza, sentada a su lado, su jefa y líder indiscutida de la formación y del grupo parlamentario, Marine Le Pen, que lleva una década intentando lavar el pasado de su partido.
“Debéis ser perfectamente irreprochables sobre el terreno y ante los medios”, subrayó el político que, a sus 28 años, ha visto evaporarse la aspiración de convertirse en el primer ministro más joven de Francia y el primero en llevar a su formación al poder de forma democrática.
Aunque Bardella no señaló a nadie, más de uno de los flamantes diputados del RN habrá tomado buena nota. Porque constituyen una buena parte de los diputados que deberían formar el grupo en torno a Le Pen, reelegida presidenta del grupo parlamentario. La cifra desmiente las aseveraciones en campaña de su delfín, que tras las primeras revelaciones de la prensa aseguró que “en el 99,9% de los casos, no hay absolutamente ninguna dificultad” con los elegidos para representar a las circunscripciones en las que se postuló el RN. Este miércoles, Bardella prometió un “examen de conciencia” en el seno del partido. Le Pen no ha descartado sanciones futuras a los nuevos diputados controvertidos. De momento, ha posado sonriente junto a ellos.
En la foto de familia que Le Pen publicó tras reunir a sus nuevas tropas figuran, como destacaba Le Monde, la flamante diputada Florence Joubert. Su cuenta en X de los últimos tiempos solo refleja su campaña en mercados locales y retuits de entrevistas y mensajes oficiales del RN y sus líderes. Pero Libération, que ha escarbado en su pasado digital, ha encontrado mensajes no tan antiguos, de 2020, en los que la hoy representante del pueblo francés afirmaba que el “carné de identidad de un árabe” no es más que “un vulgar trapo, una tarjeta universal de racionamiento para beneficiarse del sistema que lo mantiene con respiración asistida”.
También se paseaba este miércoles por el patio de la Asamblea Nacional René Lioret, un escéptico del cambio climático que no duda en hablar de “escoria africana” o de burlarse de musulmanes o adolescentes con problemas escolares, en su mayoría de minorías raciales. Al escribir en X sobre un vídeo en abril del primer ministro, Gabriel Attal, reunido con un grupo de esos jóvenes, su comentario irónico era que entre ellos no había “ni una cabecita rubia”.
En las redes sociales, algunos jugaban este miércoles a encontrar en la “foto de familia” de Le Pen a la diputada marsellesa Monique Griseti, a la que un tuitero calificaba como “el fantasmita de Marsella, desconocida por todos y que se ha negado durante la campaña a hablar con sus electores y la prensa”. Eso sí, en redes sociales como Facebook, destaca Libération, no se ha mordido tanto la lengua. Al rapero congoleño Gims, recuerda el rotativo, Griseti lo animaba desde su cuenta a “volver de donde viene”. “Que se vaya a ordeñar la cabra”, añadía.
Tras las denuncias de la prensa en plena campaña, el RN ordenó la retirada de algunos de los candidatos más controvertidos. Como Ludivine Daoudi, que había posado en una vieja foto con una gorra militar nazi. O Annie Bell, una mujer de 70 años condenada en 1995 por una toma de rehenes a punta de fusil en la alcaldía de la localidad de Ernée, en el departamento de Mayenne, por el que se presentaba por el RN. También por Mayenne tuvo que retirar el RN a la candidata Paule Veyre de Soras, que en una entrevista había negado ser racista. “Mi oftalmólogo es judío y mi dentista es musulmán”, dijo, y explicó que ella, además, era de origen catalán.
Podrían haber sido más: la también candidata del RN Françoise Billaud perdió en la segunda vuelta. Mientras los elegidos entraban este miércoles en el hemiciclo, un juez de instrucción abría una investigación contra Billaud por “provocación pública al odio” e “injurias públicas” derivada de comentarios en sus redes sociales.
Tampoco estaba en la nueva foto de familia del RN Daniel Grenon. A pesar de haber revalidado su escaño por el RN, este le ha abierto un procedimiento disciplinario por decir que un “magrebí binacional” no tiene “lugar en los altos puestos”. La propuesta programática del RN de impedir el acceso a puestos sensibles para la seguridad nacional a personas con dos pasaportes (pero sin distinguir específicamente una nacionalidad) está considerada como uno de sus mayores errores de campaña. Sus rivales usaron la propuesta para denunciar el arraigado espíritu antiinmigración que inunda todo el partido de extrema derecha. Grenon se sentará con los diputados no adscritos.
Aunque el domingo el RN consiguió seguir aumentando sus escaños —de 8 en 2017 pasó a 88 en 2022 y a más de 120 ahora, que llegan a 143 si se suman sus aliados—, se quedó, una vez más, a las puertas del poder ante la victoria de la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular. La formación ha reconocido que tiene un problema que se explica, en parte, por la selección de sus candidatos.
La primera cabeza ya ha rodado: la de Gilles Pennelle, que ha sido cesado como director general del RN. La línea oficial del partido es que ha dejado su puesto porque ha sido elegido eurodiputado. Pero a nadie se le escapa que el político bretón era uno de los máximos responsables del reclutamiento de candidatos en un partido que tiene, hasta hoy, muy poca implantación territorial.
En sus primeras declaraciones tras la decepción electoral, Bardella reconoció “errores” y su “parte de responsabilidad”, aunque por ahora nadie le ha pedido cuentas de forma pública. En cuanto regrese al Parlamento Europeo como eurodiputado, algo que no podrá retrasar mucho más, puesto que la semana que viene se celebra el primer plenario en Estrasburgo, asumirá la presidencia de Patriotas por Europa. Este es el nombre de la nueva familia política europea ultra que incluye al RN, al partido Fidesz del húngaro Viktor Orbán o a los eurodiputados de Vox, y que se ha convertido ya en la tercera fuerza en el Parlamento Europeo.
