Julio César Hernández: Desconstitucionalización a los derechos de María Corina Machado

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Empiezo por señalar que no soy militante del partido o movimiento creado por la mencionada ciudadana; tampoco he compartido en el tiempo algunas de sus posiciones políticas, todo lo contrario, he actuado en sentido contrario a ellas, en el marco electoral activo, eso sí, sin proferir expresiones altisonantes contra ella, porque somos respetuosos de su condición de mujer y por sobre todo de dirigente social y política, que logró con sus ideas y actuaciones capitalizar un cuantioso respaldo social y democrático, que otros adversarios políticos entre los años 2021-2023, no lograron capitalizar, por su inacción y falta de iniciativas constructivas y sobre todo creíbles; ella y su equipo de trabajo, también han hecho una oposición férrea a los gobiernos socialistas, con aciertos y errores, eso es innegable, pues es un ser humano, con ideas y aspiraciones propias, lo que para nada es cuestionable, aunque una de esas posiciones, le ha traído una condena política infamante a su honor y reputación, por parte de oficialistas y otros sectores de la tímida oposición.

A la mencionada dama, se le agrede moralmente por sus planteamientos políticos pretéritos, sin que ningún órgano tribunalicio competente, haya emitido pronunciamiento judicial alguno; por tanto, al no existir sentencia en su contra, sobre absolutamente nada de lo que le atribuyen sus enconados adversarios, debe ser respetada y tratada como mujer y ser humano, derechos que le son garantizados por el orden constitucional y legal venezolano, pues su único y dudoso impedimento  electoral, es el de no poder ser elegida para cargos de representación popular, por eso, no se inscribió en el Consejo Nacional Electoral (CNE) como candidata presidencial; en consecuencia, no tiene ninguna relación jurídica, con el mencionado órgano, es por ello que, debe desestimarse en Derecho las peticiones de que el CNE la sancione, pues lo que si no contemplan nuestras leyes, es que se le impida hacer campaña electoral en  favor del candidato Edmundo González Urrutia.

Agresiones, como intentar prohibirle el libre tránsito por el país, detener partidarios de su causa, que lógicamente producen intranquilidad en la humanidad de la ing. Machado, decomiso de equipos de sonido en sus actos públicos, agresiones y otras vías de hecho contra su integridad física y psicológica, sin que se sepa de actuación alguna, por parte de la dama ciega, vale decir, de la justicia o de sus órganos auxiliares, que por lo demás, de acuerdo a nuestra Constitución, sus funcionarios, están al servicio de la población, como parte del Estado, y no de parcialidad política alguna. De tal manera que, los señalamientos que le atribuyen sus encarnizados contendientes, no se encuentran previstos como hechos punibles en nuestra legislación penal, pues ninguno llegó a materializarse, ni siquiera en grado de tentativa, tan es así que, el actual mandatario nacional, está participando para su tercera reelección presidencial, tranquilamente.

Ahora bien, pareciera que, ante todas las anteriores y desagradables circunstancias, la ciudadana María Corina Machado, no goza de la protección legal del Estado venezolano a través de sus distintos órganos del poder público, que está obligado a garantizarle por ejemplo el derecho a la igualdad en la obtención de gasolina, para desplazarse por todo el país, a no ser discriminada por razones políticas, cuando no se le ha permitido desplazarse por vía aérea a distintas, ciudades del país; da la impresión que el oficialismo con base a juicios de moralidad, pretende anular el reconocimiento, goce o ejercicio de esos y otros derechos y libertades de ella, quien no goza de una igualdad real y efectiva, frente a otros ciudadanos, que si la disfrutan en este evento electoral y por lo general en su vida cotidiana. Ocurre lo que el constitucionalista argentino -Néstor Pedro Sagúes-, recientemente fallecido, denominó la “legitimación de las agresiones”, que intentan cubrirse de un barniz de justificación, por la convicción personal del agresor, de que lo que está haciendo, no es algo reprochable, porque no se le sanciona.

Esos actos de violencia, los adherentes más fanatizados del oficialismo, los consideran de justicia, porque ellos tienen el derecho de agredir a la ing. Machado Prisca, ante las acusaciones políticas contra ella, de sus jefes políticos, sin que exista, vuelve y se repite una sentencia penal que la condene por la comisión de un delito político, es decir, contra ella se permite una plena impunidad, lo que es contrario al Estado de Derecho constitucional, que aun cuando en los actuales momentos, no se le conceda la importancia y trascendencia que tiene, en un futuro no muy lejano, servirá para fortalecerlo ante hechos o circunstancias como los que se están viviendo, pues resulta inaceptable que mujeres como ella, no tengan  una vida libre de violencia por su actividad pública; por tanto, será tarea ineludible de los venideros Poderes Públicos, prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra ellas, por causas políticas, educando en ese sentido sobre el valor de las sentencias sobre derechos políticos, a fin de crear una verdadera cultura de paz y respeto en favor de ellas.

En definitiva, contra la Ing. Machado Prisca, se viene ejerciendo violencia psicológica, de manera activa y omisiva, esto último cuando no se le brinda protección o seguridad alguna,  cuando se busca la deshonra, descrédito o menosprecio de su dignidad personal, cuando recibe tratos humillantes y vejatorios, vigilancia constante, comparaciones destructivas, y otras amenazas y actos que tratan de disminuir su autoestima; sin que lo logren, por la formación espiritual y ciudadana que se aprecia ella tiene; lo que le permite evadir con altura, los comportamientos, palabras, actos, gestos, escritos o mensajes electrónicos dirigidos a ella, buscando atentar contra su estabilidad emocional, dignidad, prestigio, integridad física o psíquica. La anterior minusvalía a los derechos humanos de la mencionada ciudadana, debe llamar a la reflexión a las mujeres de todas las tendencias políticas, a fin de que se diseñen estrategias y acciones, contra esta forma despreciable de agredir a una mujer, sólo por razones ideológicas…mañana puede ser una de ellas, la víctima.

 

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