Adolfo P. Salgueiro: Juro que este bastón de mando no lo entrego a ningún oligarca

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Las campañas electorales no suelen ser eventos amables, esta tampoco lo es. Ello es tan cierto como lo que hemos visto hace poco en España o en las recientes dos vueltas de las elecciones legislativas que acaban de culminar en Francia. Pero nada como el nivel de abuso indisimulado que registra el camino hacia el 28J en Venezuela, que iguala o supera lo que  se vio o se sigue viendo en Nicaragua o Cuba, con la precisión de que aquellos regímenes son dictaduras declaradas y reconocidas que ya no tienen necesidad de vestir sus acciones con ropaje democrático como aún pretenden hacerlo Nicolás y su combo, quienes insisten en no reconocer la realidad.

Cómo abreboca para las líneas que siguen traemos a colación las declaraciones del canciller del régimen, el pobre Yván Gil, quien ha tenido el tupé de afirmar que la ya evidente desventaja electoral del candidato Maduro es ”por culpa de las sanciones”. Pobre hombre, las cosas que le mandan a decir y que él debe aceptar ¡para conservar su cargo!

A medida que nos acercamos al 28J se tejen toda clase de suposiciones y rumores acerca de las maniobras que el oficialismo pudiera estar planificando que van desde la inhabilitación de Edmundo González Urrutia hasta la suspensión de las elecciones y el montaje de una aventura militar frente a Guyana.

Sin embargo, lo que nos parece “más peor” son los reiterados anuncios cada vez más notorios en los que el “hijo de Chávez” y algunos de sus acólitos (Diosdado Cabello) expresan sin vergüenza alguna que de Miraflores no se van “ni por las buenas ni por las malas”. Poco importa que hace apenas unos días ellos mismos propusieran y firmaran un documento en el que se asume solemnemenle  el compromiso de respetar los resultados de la elección. Afortunadamente, Edmundo González se negó a suscribir esa trampa que sí fue firmada por los candidatos “alacranes” y por los “chimbos”, que son aquellos que juntos no suman ni 5% de la votación que se espera.

Lo anterior hasta pudiera asumirse como parte de una campaña sucia tradicional, pero ya suficientemente vista. Lo que no es posible es ignorar la humillación imperdonable que tanto el Comandante en Jefe (Maduro) como la cúpula militar han infligido al conjunto de los integrantes de la Fuerza Armada Nacional a la que se arenga con consignas políticas que nada tienen que ver con el rol constitucional de ese estamento, el cual está establecido expresamente en el artículo 328 de la Constitución Bolivariana (*) que no es ni chavista, ni socialista ni antiimperialista, como lo proclaman los intercambios protocolares entre sus miembros y con la autoridad civil. Esas consignas no solo son ilegales, sino que pretenden ideologizar al colectivo militar compuesto por alrededor de 365.000 efectivos, incluyendo en ellos la Milicia Bolivariana que poco tiene de militar y mucho de “pretoriana”.

Todas las opiniones recogidas por diversos medios revelan que el grueso de esos efectivos, especialmente la oficialidad más joven, no comparte esas consignas que nada tienen que ver con la misión militar.

Por si lo anterior aún fuese poco, agréguesele la afirmación del Comandante en Jefe (Maduro) pronunciada con ocasión de los actos del 5 de julio, cuando con desorbitado énfasis juró que nunca entregaría su bastón de mando a ningún “oligarca o agente del imperio”. En buen castizo, entendemos que eso significa “yo de aquí no me voy.”

A lo anterior le sumamos el aumento desbordado de la represión, tal como se ve con la detención masiva de personas que interactúan con María Corina Machado: hoteles, posadas, comederos, curiaras, camiones de sonido, motos, etc., cuyos dueños son objeto de confiscación y cierre inmediato de sus negocios por parte del Seniat o privación de su libertad por horas o días, tal como se informa a diario por las redes, ya que por los pocos medios que aún permanecen operando ello no sería posible por la represión o la autocensura.

Por si fuera poco, el tema de la observación internacional ha sido liquidado de raíz impidiendo el acceso de observadores internacionales profesionales  (Unión Europea, OEA, etc.) sustituyéndolos por turistas electorales amigos de la “revolución” de cuyos informes ya podemos adelantar sus resultados.

Todo lo anterior permite afirmar que el proceso electoral que está en marcha no cumple con las condiciones mínimas para calificar una elección como democrática competitiva, libre y creíble.

Así y todo, las encuestas -aún las encargadas y pagadas por Miraflores- coinciden en que Edmundo González Urrutia será el seguro ganador y ello por tan importante margen que se requerirá mucha creatividad o fuerza bruta para revertir sus resultados.

Afortunadamente, existe en la dirigencia democrática la actitud de promover una transición pacífica y civilizada, a lo mejor con alguna forma de Justicia Transicional que asegure que no será la venganza ni el cobro de facturas lo que inspire al nuevo gobierno que proclamará y aspirará restituir el derecho y la justicia como vara para medir los procederes de quienes hasta ahora creyeron que actuaban con impunidad.

(*) Constitución Art. 328 “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación… En el cumplimiento de sus funciones está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”.

@apsalgueiro1

 

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