Desde aquel lejano diciembre de 1998 hasta el presente 2024 se han realizado 30 procesos electorales en nuestro país, de los cuales el chavismo se jacta de haber ganado en 28 de ellos, al contar con el uso abusivo de los diferentes poderes públicos manipulados al extremo, para imponer sus candidatos e impedir la manifestación ciudadana de votar libremente.
¿Cuándo comenzó el terror del chavismo gobernante a la democracia plena? Primero con las inmensas movilizaciones de millones de personas en 2001-2002 como antesala al Paro Cívico Nacional de 2002-2003, y luego con la participación masiva en el Referendo Revocatorio Presidencial de agosto 2004 en rechazo al gobierno de Hugo Chávez.
Estos eventos desataron la implantación como política de estado de la persecución política y del delito de opinión, mediante las Listas de Tascón, Maisanta, las cuales derivaron en el establecimiento de un apartheid político, económico y social, a todo el considerado opositor calificado como escuálido o de derechas.
¿Esto ha cambiado luego de 20 años de tropelías del estado chavo-madurista? En absoluto, por el contrario, se ha acentuado de cara a las próximas elecciones del 28 de Julio, con la detención de más de un centenar de ciudadanos, cuyo único delito ha sido prestar servicios de comida, transporte, sonido, agua al candidato opositor Edmundo González, a su mentora María Corina Machado y a su comitiva.
Estas detenciones han sido precedidas con la apertura de juicios y encarcelamiento a dirigentes nacionales y regionales de Vente Venezuela, y luego complementadas con medidas compulsivas como la expropiación de bienes muebles a aquellos que presten sus servicios en los actos opositores, el bloqueo de vías, avenidas para impedir el libre acceso de la población a los actos multitudinarios en apoyo al candidato Edmundo González. Lo acaecido en el acto del 13 de julio en Valencia en la calle Cedeño registra la cobarde actitud del Drácula gobernador y su jefe.
Ahora bien, este clima de terror de la tiranía madurista ha sido rechazado con creces en todos los rincones del país, con la participación de cientos de miles de ciudadanos quienes sienten es la oportunidad de definitivamente saldar cuentas con un régimen que ha impuesto la ruina nacional.
Este contexto le da una significación al acto electoral del 28 de julio, al no ser una elección más de las 30 que se han celebrado durante el siglo XXI, esta tiene una connotación especial al percibir la población la posibilidad de desalojar del poder por la vía constitucional, a una autocracia que le ha negado el derecho de libertad y democracia a la vida decente y al trabajo digno.
Esta actitud firme de la población sucede en un contexto de fin de régimen, cuyos representantes de todos los poderes perdieron credibilidad, legitimidad y legalidad ante los ojos del ciudadano, quien los acusa justificadamente por la diáspora y la desgracia de millones de venezolanos en otras fronteras, y por la destrucción de una de las economías más prosperas del continente.
Me atrevería a señalar que en nuestra historia contemporánea se deben registrar 2 fechas como cruciales en el destino de nuestra patria, el 23 de enero de 1958, cuando se consolidaron las instituciones democráticas en nuestro país, y el próximo 28 de julio cuya historia está por escribirse al contener como significado, por una parte la reconquista de nuestros derechos democráticos y por el otro nuestra liberación nacional de una casta gobernante atada a la peor coalición del mal a nivel planetario, integrada por el clan más perverso de dictaduras que han asolado a los pueblos que sojuzgan.
Movimiento Laborista