Algunos dirán que hay una equivocación en el título de esta nota. No la hay. La decisión del 28J ya la tomamos los venezolanos de expulsar del poder con los votos a Nicolás Maduro Moros y sus ladrones el 28J. Esa decisión es clara y firme. La que falta por tomar es la decisión del 29J cuando el CNE le lleve los resultados reales a sus jefes del régimen para que estos tomen la decisión de obedecer o no a la voluntad popular. ¿Qué creen ustedes que harán?
Hay opiniones encontradas al respecto. Maduro ofreció un “baño de sangre” si perdían las elecciones, en una suerte de negación violenta de la situación política. Otros dicen que entregarán el poder, pero se ocuparan de hacer control de daños, llamando a un referendo consultivo para imponernos una nueva Ley Orgánica del Poder Popular, tan inconstitucional como la original. Otros dicen que habrá un descalabro y el régimen se caerá como un castillo de barajitas y todos huirán cual ratas de un barco que se hunde. Otros, como Freddy Bernal, organizan a sus motorizados violentos para arremeter en contra de la población indefensa que se le ocurra protestar el resultado que dará el CNE, por supuesto a favor de Maduro.
Al margen de todas esas opiniones, del otro lado aparece una dirigencia opositora muy segura del triunfo electoral, y tienen todas razones para estarlo, vista a los ojos de todo el mundo la preferencia electoral masiva en contra del régimen en todos los rincones del país, a favor del cambio representado por María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia (EGU), confiando en que la partida de criminales del régimen solo vociferan, y al final terminarán entendiendo que esa es la voluntad del pueblo y aceptarán pacíficamente el resultado adverso. Es por esa razón que nadie de la campaña opositora indique que es lo que harán si el régimen en la madrugada del 29J decide como el Jalisco mexicano, que “nunca pierde, y cuando pierde arrebata”.
Y esto se materializaría con un resultado que “cuadre” producto de un sistema automatizado que se ha sofisticado en más en 20 años y del cual la oposición tercamente insiste desestimar en su alcance y profundidad, incluso defendiéndolo también como el régimen “el mejor sistema electoral del mundo”, siendo un sistema diseñado especialmente para que los votos no sean contados en su totalidad por los testigos sino por unas máquinas controladas por el CNE, y de las que existen indicios matemáticos y estadísticos que señalan de que son intervenidas para cambiar los votos de los venezolanos.
Ya de por sí, el solo hecho de que los testigos no puedan contar todos los votos de una elección debido a un Reglamento Electoral írrito constituye un hecho irregular inaceptabler por cualquiera que compita en esa elección. Pero la oposición oficial venezolana ha aceptado esa condición descabellada desde la primera vez en el año 2004, y tampoco la ha denunciado en 20 años que tiene con nosotros ese sistema de contar votos. A partir de allí la oposición no ha ganado ni una sola elección sin la aprobación del régimen.
No voy a perder el tiempo analizando lo que pasaría en Venezuela si el régimen acepta que perdió la elección y el CNE proclama a EGU presidente Electo de los venezolanos. Ojalá que estemos en esa situación, como decía un antiguo jefe que tuve. Siguiendo la lógica cartesiana de una elección que refleje lo que realmente sucede en el país y el sentir de sus ciudadanos, eso es lo que precisamente debería ocurrir con toda seguridad, si no tuviéramos la tiranía que tenemos en el poder.
Pero no estamos en un contexto de lógica cartesiana. Tenemos unos criminales que han asesinado opositores en prisión, que mantienen civiles y militares en encierros infrahumanos y han asaltado el erario público, al punto impensable de quebrar a un país petrolero desde sus cimientos en 25 años de ejercicio del poder. En el medio del camino han adquirido toda la tecnología electoral necesaria para que los resultados de elecciones cuadren a su favor, a contra vía de lo que los electores hayan decidido con sus propios sentidos. Hemos dedicado años intentando explicar que no es suficiente tener los votos frente a un sistema tecnológico muy complejo que siempre arrojará resultados a favor del régimen.
Algunos me dirán que existen “auditorías” y que “es imposible que el régimen pueda cambiar los votos”. A eso respondo con conocimiento de causa que la tecnología apropiada puede hacer lo que sea, incluyendo manipular el resultado de las actas de una elección. Los programas se pueden cambiar en cualquier computadora y poner a funcionar otros a favor del que los manipula; los datos se pueden intervenir en el medio de una transmisión; un operador bien entrenado puede cambiar cualquier cosa que desee en vivo en las máquinas de los centros. Hay un infinito número de posibilidades técnicas que se pueden manejar en el mundo de la tecnología de la información en el medio de un sistema de esa complejidad, y en especial en la actualidad. Nadie podía ni siquiera imaginar hace unos años que una máquina hablara con una persona, y ahora es posible.
¿Qué es lo ÚNICO seguro en este océano de tecnología? Lo que la gente vio con sus propios sentidos y depositó en una urna electoral. Nada más. En todas esas urnas se encuentra la verdad de cualquier proceso electoral. Las actas no son más que el reflejo de eso y el resumen totalizado de esa expresión. Eso es lo que se cuenta al final, de allí la expresión “acta mata voto”. Pero si vamos a creerle a lo que saca una máquina programada por un régimen criminal, dudo mucho que sus resultados se correspondan con lo que está depositado en las urnas, y que fue lo que vieron y constataron los electores venezolanos con sus propios sentidos.
Cuando en la madrugada del 29 de julio, el Presidente del CNE nos informe que Nicolás Maduro Moros resultó ganador de las elecciones, tengan la certeza de que lo hará basado en el hecho que los resultados de las actas arrojan a Maduro como ganador del proceso. En ese punto, ¿qué harán la oposición oficial y MCM? ¿Aceptar un resultado que contraviene cualquier lógica que hemos percibido con nuestros 5 sentidos en toda Venezuela? ¿MCM y EGU aceptarán eso solo porque las máquinas de quienes manejan un CNE corrupto lo dijeron? Ese será el momento decisivo de Venezuela.
Es muy posible que exista una fuerte inclinación interna, en especial de la MUD-PU, a aceptar ese resultado, no solo porque lo han hecho antes, sino porque en el fondo existe la creencia absurda en ese sistema de robar votos del régimen. Pero no creo que ese resultado lo acepten los millones de electores presentes en las ya legendarias concentraciones de MCM en todo el país, y que vieron con sus propios ojos y depositaron sus papeletas a favor de EGU. Y la única manera de dirimir ese conflicto que amenazará la paz y la tranquilidad de Venezuela por muchos años, será que los militares del Plan República, los testigos y los venezolanos presentes en todos los centros, abran todas y cada una de las cajas y cuenten todos los votos.
Esa sería la única manera en que los venezolanos creamos que Maduro resultó vencedor el 28J. Esto es, Si la suma de cada voto que emitió y constató con sus sentidos cada venezolano se corresponde con esa afirmación. Es por esa razón por la que en todos los pueblos del mundo las personas escrutan todos los votos de los ciudadanos, y la tecnología lo que hace es auxiliar en la contabilidad de los votos.
¿Y cómo comprobar la verdad de lo que pasó en la madrugada del 29J? Con la presencia firme, pero pacifica y masiva de todos los que votamos por un cambio a través de los votos, a las afueras de los centros en donde votamos en todo el país, en una protesta sostenida, exigiendo el conteo manual de todos nuestros votos emitidos en los centros respectivos. Y en una manifestación presencial alrededor de cada centro, que el mundo constate si en verdad Maduro ganó o no esa elección.
Esta nota va dirigida a los venezolanos que podremos votar el 28J, no al comando opositor ni a la dirigencia política, que tal vez sean los primeros en aceptar lo que dicen como verdad las máquinas de unos criminales. A ellos al final les tocará hacer lo que el pueblo les exija, porque es la Soberanía Popular la que debe manifestarse en el momento más crítico del país. La responsabilidad de la dirigencia política deberá ser direccionar y defender “hasta el final” lo que se expresó en las urnas. Pero lo que sucederá, la decisión del 29J, será del pueblo, de nadie más, porque quizás esta sea la última oportunidad de hacerlo. Ojalá que eso si lo puedan aceptar.