«Mañana asistiremos a nuestros Centros de Votación a depositar el testimonio de nuestra indoblegable voluntad; a cumplir con nuestro cívico deber: defender nuestros valores; hacer valer nuestros derechos y afianzar nuestro compromiso como ciudadanos ejemplares.» MBH
La historia relata que en la antigua Grecia, en los inicios de la Democracia, unos 500 a. C, ya se utilizaba el sistema de votación. Para establecer quiénes eran deseados o no dentro de la ciudad y ante la necesidad de expulsar y exiliar a los indeseables, escribían los nombres en pedazos de arcillas -ostraka- y las depositaban en una urna. De aquí surgió el concepto de «ostracismo», que significa: la negación de derechos sociales a alguien, por consenso general. De acuerdo a su etimología, del latín Voveo, Vovi, Votum, el voto conceptualmente se concatena con el deseo, volo (querer), en tanto que sufragio es una expresión derivada de la latina suffragium, es decir, ayuda o auxilio.
Voto y Sufragio son términos utilizados como sinónimos, pero para los acuciosos de estos asuntos, el voto representa el acto mediante el cual se concreta el ejercicio del derecho al sufragio. El voto es el acto por el cual un individuo expresa apoyo o preferencia por un candidato durante una votación. El voto es la expresión política de la voluntad individual; es un acto considerado libre porque cada quien puede votar de acuerdo a su preferencia, basándose siempre en su libertad, por ello se dice que el voto es una decisión libre de amenazas.
El voto es secreto para evitar cualquier tipo de presión, cuando se vota nadie se entera por quién se está votando. Es, ante todo, un acto de voluntad política; considerada individual y personal pues el que lo ejerce es una persona que tiene autonomía personal, es decir, no sigue los designios de terceras personas, y su ejercicio implica la representación personal del elector. De acuerdo a los estudiosos de los asuntos electorales, el voto es, por definición, una decisión temporal sobre una realidad actual y una posibilidad futura. Está sometido a la coyuntura del momento, a las circunstancias y a la objetividad del análisis del elector.
Una vez más hacemos el llamado a participar en tan importante elección, ejercitando la madurez y el compromiso ciudadano; y de nuevo nos permitimos recordarle que al abstenerse de votar permite que otros elijan por usted; vote con esperanza, con escepticismo, con alegría, con rabia, con miedo, con indiferencia o con emoción; y que nada ni nadie le prive de disfrutar ese instante único del poder individual. Así las cosas, luego no podemos quejarnos del resultado. Será el que hayamos decidido…