Ramón Cardozo: Nicolás Maduro cierra aún más su régimen autocrático electoral

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En la madrugada del lunes 29 de julio, tras haber concluido el día anterior uno de los procesos electorales más cuestionados y con mayor número de irregularidades de los últimos tiempos en Venezuela, Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), anunció que, luego de procesar el 80% de las actas de las elecciones presidenciales, Nicolás Maduro había resultado ganador de forma “irreversible”, con 5.150.092 votos (51,20%) frente al candidato opositor, Edmundo González Urrutia, quien solo habría recibido 4.445.978 votos (44,2%).

Maduro, de forma apresurada y no verificable, es proclamado oficialmente presidente por el CNE.

Pocas horas después, y sin haber hecho público los datos detallados de las actas sobre las cuales basó su primer y único comunicado parcial, Elvis Amoroso se apresuró a proclamar oficialmente a Nicolás Maduro como presidente electo de la República Bolivariana de Venezuela para un tercer mandato, que comenzará en enero de 2025.

Las cifras totales dadas a conocer por Amoroso sorprendieron a grandes sectores del país y de la comunidad internacional. Ellas contradicen de manera radical las proyecciones de la gran mayoría de las encuestas del país y las multitudinarias movilizaciones de respaldo popular que recibió a lo largo y ancho del país el candidato opositor Edmundo González, apoyado por la líder de la oposición María Corina Machado, durante la campaña electoral.

Las actas en manos de la oposición evidencian que ganó Edmundo González

Así mismo, estos resultados del CNE, tal como lo denunciaron el lunes en la noche en rueda de prensa conjunta González Urrutia y Machado,  son diametralmente opuestos a las cifras que se desprenden del 73,25% de las actas electorales que los testigos de la oposición democrática han logrado recolectar hasta los momentos.  Este conjunto de actas recopiladas por la oposición ha sido escaneado y digitalizado, y se encuentra disponible para su verificación pública en el sitio web “Elecciones 2024 Venezuela” (elecciones2024venezuela.com/mapa/index.php).

En base a estos documentos emitidos por el 73,25% de las mesas electorales del país, Machado informó que González Urrutia habría obtenido una victoria “apabullante” en todos los estados del país, acumulando, hasta el momento, un total de 6.275.182 votos (67%), frente a los 2.259.256 votos (26%) de Maduro. Esta diferencia de más de 3,5 millones de votos constituye, para la líder opositora, una ventaja imposible de ser revertida, lo cual convierte a Edmundo González Urrutia en el virtual ganador de las elecciones presidenciales venezolanas.

La manipulación del proceso electoral venezolano

Es altamente probable que esta elección presidencial, violando la Constitución, las leyes, e incluso el  Acuerdo de Barbados, suscrito por el propio régimen de Nicolás Maduro, haya sido el proceso con más irregularidades y ventajismo electoral derivado del entorno autocrático que ha sufrido Venezuela durante el siglo XXI. Tal como lo recoge la ONG Acceso a la Justicia, durante este proceso, entre otras arbitrariedades, se les negó a más de cuatro millones de venezolanos migrantes el derecho a votar. Hubo 125 detenciones arbitrarias por razones políticas. Doce de los principales dirigentes políticos del país fueron inhabilitados. La mayoría de los principales partidos del país se judicializaron. Fuerzas de seguridad del Estado bloquearon el acceso de Machado y González a casi dos tercios de los estados del país. 22 establecimientos comerciales fueron cerrados por prestar servicios durante la campaña a MCM y EGU. Se impidió la asistencia al país de la misión electoral de la UE. Y se le impidió la entrada al país a expresidentes, diputados y senadores de distintos países del mundo que venían a presenciar el proceso electoral.

Para el día de las elecciones, el 28 de julio, la oposición democrática de manera realista contaba con que el régimen, ante su evidente perdida de apoyo y de capacidad de movilización popular, arreciaría las violaciones y arbitrariedades electorales en contra de la opción de Edmundo González, por lo que constituyó una robusta organización ciudadana de cuidado y protección del voto. Sin embargo, el régimen fue más allá de lo previsto, tal como lo manifestó María Corina en su rueda de prensa, “sabíamos que son capaces de cualquiera cosa, pero esto no fue cualquier cosa”.

Luego del cierre de las mesas, a las 6:00 pm, y en la medida en que las máquinas electrónicas comenzaron a enviar los datos de las mesas a la sala de totalización del CNE, se evidenció la enorme ventaja de Edmundo González Urrutia sobre Nicolás Maduro.

Alrededor de las 7.20 se produjo la suspensión de la transmisión de los datos de las máquinas al CNE. De forma paralela, en múltiples centros electorales del país, los miembros de las mesas dejaron de entregar las actas de escrutinio que imprimían las máquinas a los testigos de la oposición tal como lo establece la ley, siendo muchos de ellos desalojados por el Plan República de los centros electorales. Al mismo tiempo, se les impidió a los testigos nacionales acceder a la sede del CNE en Caracas.

Por otra parte, el fiscal general del régimen de Maduro ha intentado vincular a María Corina Machado con el supuesto hackeo en contra del sistema electoral, pero todo indica que fue el mismo CNE quien suspendió la transmisión de los datos, con la presunta intención de impedirle a la oposición democrática recolectar el 100% de las actas y obstaculizar la verificación posterior de los resultados finales. Estos hechos dejan también en evidencia por qué se impidió la entrada de los expresidentes y parlamentarios extranjeros el día de la elección y por qué se le revocó la invitación a la Misión Electoral de la UE. Un informe de la Misión de la UE sobre estas irregularidades hubiera resultado demoledor para las pretensiones continuistas del régimen de Maduro.

Según el periodista especializado en temas electorales, Eugenio Martínez, los resultados anunciados en la madrugada del lunes por Elvis Amoroso, presidente del CNE, carecen de auditabilidad. Martínez señala que el CNE no está garantizando la posibilidad de verificar estos resultados debido a dos razones principales: no se han publicado los resultados detallados mesa por mesa, y no se ha entregado a los partidos políticos la base de datos completa con todos los resultados, incluyendo la información de todas las máquinas que transmitieron los datos utilizados por el CNE para elaborar el boletín oficial.

La comunidad internacional abriga serias y sustentadas dudas sobre resultados del CNE

La falta de transparencia y de respaldo de los resultados emitidos por el CNE, junto con las denuncias públicas presentadas por González y Machado, han llevado a más de 22 países de la región y de Europa a desconocer o poner en duda dichos resultados. Entre estos países se encuentran Argentina, Brasil, Colombia, Alemania, Estados Unidos, Francia e Italia, que exigen al órgano rector del proceso electoral la publicación y el recuento de todas las actas de totalización. A estas demandas se suman la solicitud de auditabilidad de los resultados por parte de la Unión Europea, del Centro Carter, del Secretario General de la ONU y de los expresidentes Leonel Fernández y Ernesto Samper, entre otros.

Hasta el momento, la respuesta del régimen, dada a través de Yvan Gil, canciller del régimen, ha sido rechazar de forma tajante estas solicitudes, calificándolas de acciones “injerencistas” de gobiernos subordinados a Washington. En consecuencia, el régimen ordenó la retirada de los representantes diplomáticos en Caracas de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay. Igualmente, anunció la suspensión temporal, a partir del 31 de julio, de los vuelos comerciales desde y hacia Panamá y República Dominicana.

La indignación recorre las calles de Venezuela

El lunes 29 de julio, mientras se llevaba a cabo la proclamación oficial de Maduro, las calles de numerosas regiones del país, que habían amanecido en un inusual silencio, comenzaron a llenarse de cacerolazos y se produjeron múltiples protestas espontáneas en diversos lugares, incluyendo a Caracas, donde varias protestas se expandieron desde las muy golpeadas zonas populares de Petare, Caricuao y El Valle. De forma vehemente, muchos venezolanos manifestaron su profundo descontento por lo que consideran un evidente fraude electoral, contrario a las grandes expectativas de cambio que existen en el país, y que ellos percibían se había expresado de manera contundente en las urnas en contra de Nicolás Maduro.

En su rueda de prensa, María Corina Machado, buscando canalizar de forma positiva la fuerte indignación que recorre el país, convocó a los venezolanos a manifestarse de forma pacífica al día siguiente. Llamó a los ciudadanos a salir a las calles entre las 11.00 y las 12.00 del mediodía, para reunirse en asambleas ciudadanas que demostraran, con su presencia pacífica, el rechazo al fraude electoral que se pretende consumar en Venezuela.

A pesar de los riesgos inherentes, en la historia se han dado casos en los cuales movilizaciones masivas y pacíficas impulsadas por un fuerte anhelo de justicia, y un claro liderazgo, combinadas con el respaldo de la comunidad internacional, pueden generar fisuras y lograr transiciones pacíficas hacia la libertad en regímenes autocráticos firmemente enquistados en el poder.

Ahora bien, si Nicolás Maduro se resiste y logra impedir una verificación amplia y transparente de los resultados de esta elección presidencial, Venezuela dejaría de ser considerada una “autocracia electoral”, según la clasificación de V-Dem. Esta categoría describe regímenes donde, a pesar de haber elecciones multipartidistas, se infringen de manera grave y sistemática los principios fundamentales de una democracia electoral. En su lugar, Venezuela pasaría a formar parte del aún más denostado grupo de las “autocracias cerradas”. Tal escenario conduciría al país a un mayor aislamiento del mundo occidental democrático, agravando su ya compleja situación internacional.

 

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