De todo ha pasado en esta Tierra de Gracia, antes, durante, y después, de la abrumadora victoria electoral de Edmundo González Urrutia, en la atípica elección del 28 de Julio 2024.
Venezuela, y buena parte del mundo, han sido testigos de excepción, de la excelsa epopeya vernácula, casi que celestial, devenida en aparatosa y temeraria carrera por la presidencia, liderada con astucia y gallardía, por María Corina Machado, y el candidato opositor, para retar y vencer al omnipotente poder fáctico chavo-madurista.
El titánico esfuerzo por la conquista de la primera magistratura de Venezuela, no pudo ser mejor retribuido ese 28 de julio por los venezolanos, que con el torrente e inapelable caudal de votos, para que Edmundo González Urrutia, ganara holgadamente, al autócrata inquilino de Miraflores, en todos los estados de la República.
Una rotunda victoria que fue celebrada anticipadamente, con el entusiasmo nacional del cambio y libertad, que el país entero aguardaba pacientemente, por años. Digamos, que por un extenso y tormentoso cuarto de siglo.
El triunfo fue tan evidente, que superó todos los procesos electorales en Venezuela, e inauguró un nuevo estilo de hacer campañas, sin afiches, ni los ruidosos derroches y despliegues propagandísticos electorales de otros tiempos.
Sin duda alguna, la victoria de la plataforma unitaria, trastocó las adormecidas raíces fascistas de la decadente autocracia, lo que les llevó a inventar la más insólita narrativa, con la cual justificar el burdo arrebato del triunfo de EGU, fraguar la inconsistente proclamación de Maduro, judicializar el resultado electoral a través del TSJ, y tener una patente leguleya, para arremeter contra las protestas.
De esa imaginación fatalista, seguramente salió y puso a correr, a través de los medios oficiales y redes sociales, la figura del cacareado “Golpe de Estado Cibernético”, que se habría fraguado en Macedonia del Norte, por Leopoldo López, Lester Toledo y María Corina Machado. Argumento que no ha podido ser probado, ni técnica ni legalmente, y fue desmentido de inmediato, por las autoridades del lejano país en un comunicado oficial, y por sus supuestos autores.
Aunque los movimientos golpistas suelen gestarse en el seno de los gobiernos, nunca de afuera, el controversial argumento cibernético, del golpe de estado, es el que hasta ahora cobra mayor fuerza en la maquinación chavo-madurista, para justificar el montaje del fraude, y el evidente e ilegal retraso en la presentación y totalización de votos por parte del CNE, que permita validar la cuestionada proclamación de Maduro.
Pero así como la prodigiosa imaginación humana, ha permitido al despótico régimen posicionar sus argucias en los medios y la opinión pública nacional, igualmente ha abierto las puertas de par en par, a la inventiva popular del venezolano, para expresar sus guardadas reservas sobre las atrocidades del chavismo, durante sus 25 años en el poder.
Verbigracia, el engañoso embrujo de qué, Chávez vive, la revolución sigue, que como se evidenció, quedó sepultado en el olvido, con todo y leyenda babalao del 28 de julio, día escogido precisamente, con la esperanza de revivir ese pasado chavista y conseguir el fallido caudal de votos rojos.
En la impetuosa vorágine política electorera, alimentada por el resentimiento y arrogancia de la cúpula gobernante, afloraron en las redes sociales las tristes imágenes de los pistoleros de puente LLaguno de la avenida Urdaneta, con el el mandatario derrotado, disparando a la multitud.
Muy triste fue recordar a través de la retrospectiva chavista circulando en pantalla, percatarse de que el proceso constituyente fue el mecanismo que encontró Chávez para dar el golpe de Estado que no pudo concretar en 1992. E igualmente, como se aprovechó de las “formas democráticas”, para adueñarse de todos los poderes públicos y con ello, consolidar su dictadura, Y lo peor, que su despótico accionar, fuera apoyado y hasta admirado, por la comunidad internacional.
Antes como ahora, el régimen todo poderoso se afianza en el poder, a base de una colosal mentira, gracias al dominio y complicidad de todos los poderes del estado.
Así se empeñará, en convertir en verdad, a sangre y fuego, la farsa del “Golpe de Estado Cibernético”, que como se sabe, previamente fue descartado por CANTV, y ahora, es su caballito de batalla para justificar lo injustificable de su evidente y vergonzosa derrota del 28-J.
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