Las tiendas de antigüedades en Táchira son museos en miniaturas que cuentan historias

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Entre las calles de la ciudad de San Cristóbal se esconden pequeñas tiendas de antigüedades dedicadas a la preservación de la historia o como lo llaman sus propietarios, pequeños museos. Hace algunos años en el estado existían múltiples tiendas dedicadas a la venta de todo tipo de artefactos antiguos, no obstante por la situación económica poco a poco fueron desapareciendo; sin embargo,un pintor y un arquitecto, buscan mantener en pie sus pequeños negocios, en los cuales según sus propias palabras conservan la historia del Táchira.

Mi objetivo no es venderlo todo, porque a mí me gusta que las personas se acerquen al local y lo visiten como si fuera un museo, porque todos estos objetos son parte de la historia, y además pertenecieron a personas propias del estado, explicó Leoncio Ontiveros.

De igual manera Carlos Cárdenas señala que las antigüedades forman parte de la memoria de la gente y cada uno de los objetos posee una conexión con cada persona y bueno hay gente que no lo aprecia y estos radios, planchas, cámaras y máquinas de escribir terminan en estos espacios y eso atrae mucho la mirada de otras personas que reviven sus recuerdos cuando ven ciertos objetos.

Además indicó que si bien el inicio del negocio se dio por necesidad económica, su objetivo no es vender todos los artefactos, sino intentar conservarlos y que las personas puedan apreciarlos. Las personas tasan estos objetos de manera económica, pero todo esto tiene un valor patrimonial de los ciudadanos tachirenses, aquí tenemos objetos de principios del siglo pasado y es importante preservarlos, porque cada pieza tiene una historia detrás, indicó Cárdenas que además de dedicarse a la venta de antigüedades también se desempeña como pintor.

Por su parte Ontiveros explica que inició el negocio para vender algunos artilugios de sus abuelos y sus padres, pero en lugar de vender, las personas comenzaron a ofrecerle todo tipo de antigüedades y terminó formando una gran colección de objetos. Me propuse  vender las antigüedades de mis abuelos y mis padres, las personas no compraban sino que se acercaban a ofrecerme sus propias antigüedades y poco a poco me fui llenando de mercancía y me gustó y disfruto mucho de estar aquí en mi negocio, señaló el arquitecto, quien ya cuenta con 86 años.

María Cárdenas – La Prensa del Táchira

 

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