Los precios del petróleo mostraron un comportamiento que asemeja a una montaña rusa.
Otra semana volátil en el mercado del petróleo, en lo que parece ser la nueva normalidad. Las preocupaciones por la reducción de la demanda, más que nada asociadas con el crecimiento de la economía china y los anunciados incrementos de suministro por parte de la OPEP+, reforzaban la percepción a la baja. Por otro lado, la problemática del cierre de producción en Libia y el incentivo que representa el relajamiento paulatino de las medidas financieras impuestas desde hace más de dos años, sumaban a los que ven impulso al alza.
Los inventarios de crudo comercial en EE. UU. volvieron a caer en la semana. Las importaciones de agosto de crudo de China e India fueron mayores que los dos meses anteriores. La guerra interna en Libia redujo a la mitad la producción de ese país. Un panorama que propicia el crecimiento de la demanda y limita el suministro, ya que la caída de producción de Libia es mayor que el volumen que fuentes de la OPEP+ indicaron abrirían en octubre, y que está por verse si se materializa.
Por otro lado, las intervenciones oportunas de los bancos centrales de Europa, Inglaterra y, en primerísimo lugar, la FED, se vislumbran como un incentivo al crecimiento de las economías de occidente.A pesar de esas señales que indican un balance precario de oferta/demanda, el mercado petrolero muestra una miopía mayor a lo usual, concentrándose en lo oscuro de las paredes del túnel, en vez de la luz al final de ella. Así las cosas, los precios del petróleo mostraron un comportamiento que asemeja a una montaña rusa.
Los fundamentos
Por el lado de la demanda, la mayor preocupación continúa siendo los pronósticos poco optimistas de la economía china, que se ve coartada por un enjambre de políticas industriales centralizadas. Por otro lado, un exceso de producción industrial más allá de la demanda, en un intento de dinamizar el sistema, ha avivado medidas proteccionistas de occidente. La ineficiencia de la producción industrial, causada por los subsidios del gobierno central, y el siempre presente desastre inmobiliario, conforman una situación difícil de remediar. Sin embargo, el sureste asiático, en su conjunto, presenta perspectivas de crecimiento importantes que contribuirán con el sostenimiento y dinamismo de la demanda petrolera anual, en el rango 1,4 a 1,6 MMbpd.
La inflación en los 20 países de la Unión Europea que utilizan el euro cayó bruscamente al 2,2 % en agosto, abriendo la puerta para que el Banco Central Europeo recorte las tasas de interés a medida que el BCE y los EE. UU. Mientras, la Reserva Federal (FED) se prepara para reducir los costos de endeudamiento para apoyar el crecimiento y el empleo.
Por el lado del suministro, se puede vislumbrar un crecimiento de la producción en algunos países: Canadá, EE. UU., Brasil, Guyana y Argentina. Así mismo está la “amenaza” latente de la producción adicional de la OPEP+, para mitigar el pesado compromiso de mantener la producción cerrada. Según fuentes de la OPEP+, esto comenzaría a aplicarse a partir de octubre de este año en forma paulatina, comenzando con medio millón de barriles diarios.
Para poder analizar el impacto de la decisión de la OPEP+ con más propiedad, hay que tomar en cuenta un elemento fundamental del negocio petrolero, la declinación natural de los yacimientos. La industria, en forma global, ha estado manteniendo un nivel de inversiones en producción un 30 % por debajo de lo requerido para compensar la declinación. Esta subinversión estructural ha reducido la capacidad de producción de muchos países, incluyendo los miembros de la OPEP+ y, por lo tanto, el potencial cerrado que se estima incorporar puede no estar del todo disponible. De manera que el incremento del suministro mundial en el horizonte de los próximos 12 meses, se perfila alrededor de un millón de barriles por día, menor que el avance de la demanda para el mismo periodo.
A este balance le tenemos que incorporar sucesos coyunturales como los eventos de Libia, donde más de la mitad de la producción, unos 0,7 MMbpd, está parada desde el miércoles en la noche. Las exportaciones se detuvieron en varios puertos debido a un enfrentamiento entre facciones políticas por el control de los fondos del banco central y los ingresos petroleros. Es difícil predecir la duración del cierre y la confrontación, pero representa una restricción material al mercado.
Así mismo, el gobierno iraquí ha exigido al gobierno regional del Kurdistán reducir su producción de crudo, después de que informes de mercado indicaran que la producción en la región llega a los 350.000 bpd, lo que socava los compromisos de Irak en el marco del plan de compensación de la OPEP+. Según informes, Bagdad planea reducir su producción a 3,9 MMbpd, frente a la producción de julio de más de 4,3 MMbpd.
La producción de EE. UU., el mayor productor petrolero del mundo, continúa sin mucha variación alrededor de 13 MMbpd, con una tendencia estable pero una actividad de taladros de perforación bajando. Esta semana, según Baker Hughes, la reducción fue de 3 taladros, 2 de ellos dedicados a actividades de desarrollo de gas.
El reporte semanal de inventarios de EE. UU., publicado los miércoles por la EIA, sumó a la tendencia global del balance deficitario demanda/suministro, al mostrar una reducción semanal de algo más de 0,8 y 2,2 MMBBLS en los inventarios de crudo y gasolina respectivamente. Hubo algunas noticias ligeramente positivas en el frente económico, ya que el índice de confianza del consumidor de EE. UU. aumentó a 103,3 puntos en agosto, desde 101,9 en el mes anterior, aunque persiste la preocupación sobre el estado del mercado laboral.
La geopolítica
Las guerras en Medio Oriente y Ucrania no muestran señales de amainar. Israel lanzó una operación militar a gran escala en Cisjordania, días después de enviar 100 aviones al Líbano en un ataque preventivo contra lo que había detectado como preparativos de Hezbollah para lanzar un intenso ataque de cohetes. Hezbollah respondió con un ataque de gran escala contra Israel. Aunque los riesgos de una guerra regional siguen siendo elevados, por ahora las partes han optado por mitigarlos.
Durante el sábado, el ejército israelí encontró 6 cuerpos sin vida de los secuestrados del 7 de octubre. Estaban en un túnel bajo la ciudad de Rafah, aparentemente asesinados poco antes de la llegada de los efectivos israelíes. Un punto más en la curva que dificulta negociaciones y alimenta a los halcones de ambos lados
Mientras tanto, Ucrania informó que Rusia ha movilizado unos 30.000 soldados a su región de Kursk, como elemento de presión para hacer retroceder a las fuerzas ucranianas que han invadido Rusia. Al mismo tiempo, Rusia inició una operación masiva contra la infraestructura energética de Ucrania, en respuesta a los ataques a la infraestructura petrolera en Rusia por centenares de drones y cohetes ucranianos. Los daños infligidos a las refinerías y centros de almacenamiento rusos parecen ser suficientemente serios como para que las autoridades prohibieran develar los niveles de procesamiento de crudo y producción de combustibles. Quizás sea coincidencia, pero no se descarta que los ataques hayan afectado la capacidad de exportación rusa en agosto, sus ventas de hidrocarburos a China e India se redujeron en 0,8 MMbpd, volumen que se informa fue suplido por Arabia Saudita.
Algunas fuentes allegadas al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sostienen que la incursión de las fuerzas ucranianas en la región de Kursk tiene como objetivo estratégico presionar a Rusia a que acepte una “paz justa”, aunque no hay señales de que eso esté cerca.
La crisis por el control del Banco Central de Libia amenaza con un nuevo brote de inestabilidad en el país. Libia es un importante productor de petróleo que está dividido, desde la muerte de Muamar el Gadafi, entre facciones orientales y occidentales, cada uno con respaldo internacional de diferentes países, reforzando la polarización mundial con base en intereses geopolíticos.
El comportamiento de los precios
Los precios se movieron a merced de las noticias, en nuestra opinión, sin mucha claridad en su interpretación de los eventos, quizás sesgados por el destino económico de China. Esta preocupación recurrente durante los últimos meses ha presionado los precios a la baja, ignorando el extremo riesgo geopolítico y las limitaciones en el suministro.
El viernes, los mercados entraron en esquema de liquidación después de que Reuters publicara un artículo que citaba fuentes de la OPEP+ sobre que el grupo estaba dispuesto a proceder con los aumentos planificados. Esto redundó en la baja de los precios del crudo, sellando las pérdidas para la semana y el mes.
Así las cosas, los crudos marcadores, Brent y WTI, al cierre de los mercados, el viernes 30 de agosto, se cotizaban en $76,93/bbl y $73/bbl, respectivamente; 2 $/BBL menor que la semana anterior.
Venezuela, una victoria que luce como derrota
Tras el anuncio de una supuesta victoria electoral, a todas luces fraudulenta, el régimen toma la estrategia del derrotado: replegarse tras los muros de la represión y concentrar a su alrededor a los leales y a la clase económica beneficiada. Parecen confiar en que la oposición desmaye y la presión internacional se diluya con el tiempo.
Los lapsos legales han transcurrido sin que el Consejo Nacional Electoral haya publicado las actas de votación, como lo exigen la ley y los reglamentos, la oposición y la comunidad internacional. Parecen haber decidido que la sentencia “ultra petita” del Tribunal Supremo de Justicia los legitima y no hay necesidad de nada más.
La persecución, allanamientos y encarcelamientos, sin que medie proceso legal alguno, continúan. El objetivo es infundir temor en una ciudadanía que reclama le reconozcan sus derechos a elegir su gobernante. El régimen tiene claro que las protestas multitudinarias y frecuentes podrían debilitar su intento de aferrarse al poder. El presidente electo, González Urrutia, ha desafiado las citaciones de la fiscalía en tres oportunidades, la última acompañada de una amenaza de una orden de arresto.
En la última semana, un apagón nacional fue precedido de un corte eléctrico de cierta magnitud. Como era de esperarse, el régimen denunció que ambos eran parte de un sabotaje orquestado por la oposición. Expertos en la materia postulan que la falla se inició con una probable descarga eléctrica sobre la línea a 400 kV Guri A – Canoa, durante una fuerte tormenta sobre el Guri. Este evento, relativamente común, no debió ocasionar un colapso del sistema, ya que estos incidentes son comunes en todos los sistemas de transmisión de cualquier país. Se cree que en este caso fallaron los sistemas de protección que debieron eliminar el cortocircuito, probablemente por falta de mantenimiento.
Los expertos concluyen que: “La causa del apagón del sistema eléctrico venezolano no es como consecuencia de un acto terrorista de la oposición, ni un autosabotaje del gobierno, sino de una infraestructura eléctrica con muy poco mantenimiento, aunado con personal técnico y gerencial poco preparado y entrenado, que imposibilita operar el sector en los estándares mínimos requeridos”. Si para algo ha servido este último apagón es para subrayar, a propios y extraños, y al régimen, la razón de porque perdieron las elecciones.
En lo político, se anunció un nuevo gabinete ministerial, formado por los miembros más leales a Maduro. Delcy Rodríguez fue ratificada como vicepresidente y además sustituye al coronel Tellechea como ministro de Petróleo. Tellechea también es sustituido como presidente de PDVSA por el actual VP, Héctor Obregón; otro presidente de la petrolera estatal que deja una estela de promesas incumplidas.
La comunidad internacional occidental ha sido tajante en no reconocer a Maduro como presidente electo. Algunos han dado el paso adicional de reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela con base en las actas de votación hechas públicas por la oposición.
Sin embargo, los anuncios de imponer sanciones sobre las personas que facilitaron el fraude y los que atropellan los derechos humanos de los ciudadanos, para así obstaculizar el financiamiento de un régimen ilegítimo, no se han hecho realidad. De manera que Chevron y Repsol continúan entregando el 57 % de los ingresos de la producción que ellos operan al régimen.
El financiamiento del elevado gasto público se logra gracias a las mayores recaudaciones del SENIAT y la utilización de parte de las divisas provenientes del sector petrolero privado. Las divisas remanentes resultan insuficientes para el resto de las necesidades del régimen, particularmente la intervención en el mercado cambiario para tratar de estabilizarlo, como lo evidencia la brecha entre el mercado oficial y el paralelo que llega a un 20 %.
Las operaciones petroleras
Sin duda, las fallas eléctricas han tenido sus secuelas en las actividades petroleras. Las refinerías fueron afectadas, así como los equipos de mejoramiento/mezclado para la producción en la faja del Orinoco. Sin embargo, la producción solo fue afectada marginalmente.
La producción de crudo durante la semana fue de unos 821 Mbpd, distribuidos geográficamente como se desglosa a continuación:
*Occidente 188 (Chevron 85)
*Oriente 140
*Faja del Orinoco 493 (Chevron 101)
Total: 821 (Chevron 186)
Las refinerías de El Palito y Puerto la Cruz fueron afectadas por los apagones y redujeron el procesamiento nacional a un promedio semanal de 206 Mbpd de crudo y productos intermedios. La producción de gasolina se redujo a 64 Mbpd, mientras la producción de diésel fue de 70 Mbdp, presionando al mercado interno de combustibles; se observaron largas colas en las estaciones de servicio hasta en el este de Caracas.
Durante los 7 últimos días del mes se logró despachar 8 cargamentos, con lo cual la exportación de crudo repuntó a 601 Mbpd. A EE. UU. se despacharon 215 Mbpd, a China (incluye Malasia) 170 Mbpd, a India 120 Mbpd, a España 64 Mbpd y a Cuba 30 Mbpd.
Las exportaciones de crudo, de agosto, se efectuaron en tres segregaciones comerciales, Merey (446 Mbpd), Hamaca (69 Mbpd) y Boscán (86 Mbpd). En cuanto a productos, se exportaron 4,5 Mbpd de asfalto y 37 Mbpd de combustible residual.
Luis Pacheco, Académico no-residente del Baker Institute
Juan Szabo, Analista Internacional de Energía
La Gran Aldea