Neuro Villalobos: Una educación verdaderamente revolucionaria

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EL hombre no llega a ser hombre más que por la educación, no es más que lo que la educación hace por él. Immanuel Kant.

Con el triunfo de Edmundo González para ocupar la Presidencia de la nación Venezolana el pasado 28 de Julio de este año, ha ganado también el convencimiento general de que la educación sí es un camino para el desarrollo económico, cultural, político y social de los pueblos. No es un instrumento para la alienación, sumisión o dominación de ciertos sectores sobre otros. Es sí, una vía para la formación individual y el progreso colectivo que es determinante en el desarrollo de las naciones.

Nuestra apuesta y nuestro mayor esfuerzo debe ser cambiar el sistema educativo. Tenemos que reinventarlo y mejorarlo continua y conjuntamente con el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación. Necesitamos una educación verdaderamente revolucionaria. Ella debe ser flexible, que permita la introducción de cambios en su estructura para mantenernos a la par de los avances que impactan la vida en todos sus órdenes y al mismo tiempo, rigurosa y exigente para incorporar dichos cambios.

Las nuevas tecnologías para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje intenta a nivel mundial, romper la barrera del tiempo y el espacio del sistema escolar tradicional mediante la educación en línea. El desarrollo científico nos demuestra hoy en día que no hay una “independencia”  determinante de uno u otro hemisferio cerebral. Las neurociencias afirman que la imaginación está presente en los dos hemisferios, lo mismo que la atención, la concentración, la memoria y la intuición, y que ambos pueden entrenarse. La ciencia pudo escanear el cerebro humano mientras piensa. Un cable de fibras neuronales permite que trabajen en equipo.

Hoy la inteligencia se perfecciona con las nuevas tecnologías y el poder del hombre está ligado a la lectura y a su práctica. La neuro imaginación es el camino para poner en juego la capacidad que tiene el cerebro de auto formatearse con la educación recibida y la experiencia adquirida. La educación en valores permite la formación de ciudadanos libres, de ciudadanos para vivir en democracia. Estos elementos continúan desarrollándose en los países más avanzados y nos obligan a un cambio verdaderamente revolucionario de la educación en nuestros países menos desarrollados.

El venezolano, en general, ha demostrado tener conciencia de su propio valor. Es talentoso e inteligente, aunque a veces luce indisciplinado e inconstante. No deja de ser paradójico que en una época tan oscura para el país, muchos compatriotas brillan con luz propia, salvando la honra de nuestro gentilicio, diferenciándose de la barbarie que se empeña en encapsular todo en esquemas comprobadamente fracasados, de los que alejados de todo progreso, pretenden una reedición falsificada de nuestra historia,

Es necesario, mediante una nueva educación, que asumamos la gran tarea de rescatar los valores que nos permita reconciliarnos con la vida y reconocernos como humanos. Debemos despejar el horizonte venezolano de la mediocridad instalada con solemnidad, la indecencia y la impudicia como expresión de un pretendido liderazgo, y la ineficiencia y la inmoralidad como práctica política que contrastan con los principios, valores y actitudes que nos han caracterizado como un pueblo que triunfa a pesar de los despropósitos oficiales.

La ciencia, las artes, el deporte, el ejercicio profesional en cualquier área del conocimiento, en fin, el talento del venezolano hoy se expande por el mundo a pesar de nuestra deficiente educación, demostrando lo que verdaderamente somos, y no el perfil de los que vergonzosamente nos dirigen y se exhiben fanfarronamente por el mundo en las giras e invitaciones gubernamentales. Carentes de toda ética, quieren hacer aparecer el destello de nuestros connacionales como si fuera el producto de la política oficial en vanos intentos de apropiarse de glorias ajenas.

Tenemos que encarar con seriedad nuestra transformación educativa en todos sus niveles y modalidades como ya lo han hecho otros países. Uno de los ejemplos lo constituye Japón que hace pocos años aprobó un revolucionario plan educativo que lo ha denominado “Cambio valiente” que forma a su población desde la niñez como “Ciudadanos del mundo”, rompiendo todos los paradigmas.

nevillarin@gmail.com

 

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