Circular por las principales arterias viales de Maturín se ha convertido casi en un deporte extremo, donde pareciera que lo recomendable es andar en vehículos 4×4.
Las calles de la capital monaguense no tienen nada que envidiarle a la superficie lunar, pues en muchas de ellas lo que abundan son cráteres.
Tanto los choferes de las diferentes rutas de transporte público como conductores particulares, denuncian las pésimas condiciones de las vías que ocasionan daños en sus vehículos.
A pesar de las llamadas fiestas del asfalto que el chavismo ha inventado para reparar las vías de la ciudad, en muchas comunidades, incluso, en el propio centro de la ciudad, lo que sobra son huecos, ocasionados mayormente por filtraciones internas.
Tal es el caso de quienes residen en las urbanizaciones La Llovizna y Las Cayenas, cuya vía principal desde hace más de 15 años está convertida en troneras.
Transportistas de las rutas 21, 51 y 36 manifestaron que el problema con las calles destrozadas no ha sido atendido por las autoridades a pesar de las innumerables denuncias y llamados que han hecho.
Tenemos años padeciendo este problema, se nos dañan los rines, el tren delantero, amortiguadores, los cauchos, y por más llamados que uno ha hecho, nadie le presta la menor atención. Cuando llueve es peor por la cantidad de pozos que se forman y hacen más intransitable las calles, expresó Yonathan Guevara, chofer de una ruta de transporte.
Situación similar ocurre en el sector La Cruz, al oeste de la ciudad, donde la avenida principal está llena de huecos que los conductores deben esquivar para evitar daños a sus carros.
Hacia esta zona de la ciudad laboran al menos cinco rutas de transporte público que diariamente deben sortear estos obstáculos.
En pleno casco central, las filtraciones de aguas blancas han deteriorado el pavimento que fue colocado hace pocos meses.
Aunque es responsabilidad de la hidrológica Aguas de Monagas reparar las tuberías, esto no ocurre, por lo que las labores de asfalto duran poco tiempo.
Lapatilla.com
