Se considera al Alzhéimer una enfermedad neurodegenerativa, cuyas características son: pérdida de la memoria, juicio, desorientación en lugar, tiempo y persona; alteración del pensamiento abstracto; cambios en el estado de ánimo, conducta y personalidad, notorio decaimiento en las actividades personales y en el desempeño del trabajo. Entre las particularidades más comunes de ese padecimiento se cuentan: su duración es aproximadamente 10 años, al diagnosticarlo es incurable, terminal, y es común su aparición en las personas mayores de 65 años de edad. En algunos casos excepcionales aparece desde los 40 años, según criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Al observar síntomas de la enfermedad debe hacerse una evaluación física, psiquiátrica y neurológica completa por un especialista médico, con experiencia en diagnóstico de trastornos demenciales. Sin embargo, no existe un tratamiento para detener o contrarrestar el deterioro mental de la enfermedad, pero los resultados de las investigaciones recientes son alentadores y positivos al utilizar varios medicamentos para aliviar los síntomas, están en período de prueba clínica y existen algunos de ellos que ayudan a controlar las alteraciones conductuales.
La neuropatología de esta enfermedad fue descubierta por primera vez por el psiquiatra Alois Alzhéimer en el año 1901. El citado profesional diagnosticó el primer caso de padecimiento en la paciente Auguste Deter, de 51 años de edad. Al fallecer en 1906, el especialista se dedicó a observar y estudiar su celebro. Una parte de su análisis consistió en: Uno de los primeros síntomas de la mujer de 51 años fue un fuerte sentimiento de celos hacia su marido. Pronto mostró progresivos fallos de memoria, no podía encontrar el camino a casa, arrastraba objetos sin sentido, se escondía o a veces pensaba que otras personas querían matarla, de forma que empezaba a gritar…
Durante su internamiento, sus gestos mostraban una completa impotencia. Estaba desorientada en tiempo y espacio. De cuando en cuando decía que no entendía nada, que se sentía confusa y totalmente perdida. A veces consideraba la llegada del médico como la visita de un oficial y pedía perdón por no haber acabado su trabajo, mientras que otras veces comenzaba a gritar por temor a que el médico quisiera operarla. En ocasiones lo despedía completamente indignada, chillando frases que indicaban su temor a que el médico quisiera herir su honor. Tras cuatro años y medio de enfermedad, la paciente falleció.
Al final estaba completamente apática y confinada a la cama, donde adoptaba una posición fetal. Semejante diagnóstico del científico facilitó con los años sumar casos parecidos y emplear el término de enfermedad de Alzhéimer. La prevención y cuidado del Alzhéimer recomienda varios hábitos conductuales, así como emplear la estimulación mental y la práctica de una dieta equilibrada. Del mismo modo es esencial y saludable el rol que practica el familiar a la persona que cuida del paciente de Alzhéimer. Al rememorar esta fecha significativa para lograr cuidar y alcanzar disminuir los afectos de esta enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Alzhéimer aprobaron el 19 de septiembre como El Día Internacional del Alzhéimer, con el propósito de realizar actividades a nivel hemisférico para incentivar y crear conciencia, para lograr en lo posible prevenir dicha enfermedad. En el año 2015 la Organización Mundial de la Salud efectuó la Primera Conferencia Ministerial sobre la Acción Mundial contra la Demencia.
En relación a esta fecha, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suarez” sostiene que es una enfermedad progresiva y degenerativa del cerebro que ocasiona deterioro de la memoria, del pensamiento y de la conducta. La afección de este padecimiento se origina en personas de edad avanzada. De acuerdo a cálculos estadísticos médicos, un 10 % se produce en los seres humanos mayores de 65 años y en un 47 % en los 85 años de edad.
Rememoremos el 19 de septiembre tan significativa fecha de este deterioro de la salud mental. Pidámosle al Todopoderoso nos proteja de esa enfermedad y bendiga a los médicos que con sabiduría hagan loables esfuerzos para mermar los afectos nocivos de esta terrible afección.