Era septiembre de 1952 peregrinó la Virgen de Coromoto por los pueblos del interior del país, con motivo de cumplirse el tricentenario de su aparición. El lunes 29 de septiembre tuvimos el honor de que la reliquia pasara por la población de El Consejo. Esta comarca mariana de profunda fe y religiosidad la recibió.
El Consejo tenía 145 años de fundado, su presbítero era Lorenzo Mufler, para la época como toda Venezuela estaba sumergido en la férrea dictadura de general Marcos Pérez Jiménez. El prefecto de la población era el capitán Miguel A. Salgado. La junta comunal de la población estaba integrada por Samuel Salama (presidente) y vocales: José Julián Navarro Montero y Enrique Hernández Ruiz.
Cabe destacar que la Virgen de Coromoto tuvo su aparición en Guanare, el 8 de septiembre de 1652, al cacique Coromoto de los indios Cospes que habitaban la selva de Portuguesa. El 7 de octubre de 1944 el papa Pío XII la declaró patrona de Venezuela. Luego, el 24 de mayo de 1949, el Santuario Nacional fue declarado basílica, también por el papa Pío XII.
El jueves 11 de septiembre de 1952 con motivo de los trescientos años de su manifestación es coronada canónicamente, desde entonces se celebra su día en está fecha.
El recibimiento de la virgen del Coromoto fue en la entrada de la población, proveniente de La Victoria, a la altura del denominado puente de la Chiva Negra. Allí se congregó la grey consejeña, juventud católica, hijas de María y la población en general, quienes con banderas, cánticos y oraciones le dio la bienvenida a la patrona de Venezuela.
La sagrada imagen vino en una carroza, custodiada por autoridades eclesiásticas y personeros del régimen del entonces.
Toda la población, niños, jóvenes y adultos concurrieron al encuentro con la patrona de Venezuela, aun se escucha en la tradición oral de los lugareños la jaculatoria: Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela renueva la fe en toda la extensión de nuestra patria.
Dos hechos inolvidables sucedieron el día de la visita. El primero de ellos fue que una pared de tierra cae y tapiza a la piadosa viuda Doña Benicia Silva de Díaz, que rezaba el santo rosario. Esta respetable dama cofundadora de la sociedad de Nuestra Señora del Buen Consejo, responsable de la veneración de Nuestra Señora de la Candelaria, fue custodia de la imagen del Santo Cristo que se venera en la población de El Consejo cada Semana Santa, miembro de muy antiguas instituciones religiosas, mujer de oración y comunión frecuente.
El segundo acontecimiento fue que hicieron preso, en medio de la peregrinación, a Francisco Ferray por parte de la Seguridad Nacional. Este connotado personaje, integrante de diversas juntas comunales de la población, claro opositor al régimen dictatorial, trabajador del economato del pueblo, tenedor de libros, cofundador del PDN (Partido Demócrata Nacional), de antigua y respetable familia consejeña. Su oposición al gobierno de Pérez Jiménez, le costó años de cárcel.
En 1960 los esposos Manuel Delgado y Ana Teresa Aguilera de Delgado, donan al templo Nuestra Señora del Buen Consejo, la imagen que desde entonces está en la parroquia. Ellos sufragarán durante años los oficios religiosos de ese día.
Posteriormente se fundo un grupo juvenil con el nombre de Nuestra Señora de Coromoto, el cual se encargó de difundir su historia y veneración, integrado por Argelia Hernández, las hermanas Herrada, Clary Azuaje, Betzy Carvajal, Wismar Delgado entre otros que se puedan escapar de mi memoria.
Desde 1980 hasta el presente Nancy Murga de Matos y familia ha sido responsables de la festividad de Nuestra Señora de Coromoto en la población de El Consejo, custodian una imagen pequeña que es resguardada en su casa materna, es la efigie que recorre las calles de la población cada 11 de septiembre.
Desde su visita a El Consejo, la advocación de Coromoto ha sido venerada cada año, muchos pobladores llevan su nombre como promesa, muchos milagros se le atribuyen y cada día fortalece la fe mariana del pueblo.
Sirva la presente crónica para mostrar un pedazo de la historia local, matria e intima que nos reivindica como colectivo, como seres con historia propia que contar.