Jesús Puerta: El humo no oculta el robo de las elecciones

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El ritmo vertiginoso de las noticias divulgadas por las plataformas informativas y las redes sociales, ciertamente dispersan la atención pública, impiden levantar un poco la vista, apreciar el conjunto y tener una idea de las tendencias más importantes del proceso histórico que vivimos. Por eso es fundamental separar el grano de la paja, y evitar caer en distracciones, que son muchas y malintencionadas hoy en día. La llamada “lucha mediática”, variación de la clásica “lucha ideológica activa” (Mao), se libra a propósito de cuál es la agenda relevante de los asuntos de interés público, su jerarquización e interés, lo que los teóricos gringos llaman efecto de agenda setting, más que inyectar directamente las ideas en los cerebros de la gente. En este sentido, es obvio que la pelea es acerca de la importancia de unos temas sobre otros. Para nosotros, el tema de los temas es el del robo de las elecciones del 28 de julio, la negación de todas las normas de auditoría y verificación ciudadana de las actas de votación, el golpe de Estado realizado al dar unos resultados írritos y la usurpación de las funciones del Poder Electoral por un Poder Judicial completamente dominado por un Partido de orientación autoritaria, y la ola represiva que convierte a este Estado en un régimen de facto. Cualquier otro tema es solo un distractor en las campañas propagandísticas del gobierno de facto.

Otra precisión conceptual importante es la de “matriz de opinión”. Estas están constituidas por aquellas creencias, prejuicios y valores que posibilitan que ciertas informaciones o ideas sean aceptadas por los receptores de noticias. No hay que confundir con “corrientes o tendencias de opinión”, o incluso con los temas centrales, reiterativas y orquestadas, de las campañas propagandísticas de todo tipo. No olvidemos que las reglas de la propaganda política contemporánea, desde Lenin y Goebbels, se centran en la repetición, la orquestación (presentar la misma idea de mil maneras), la simplificación de la realidad, la polarización, atribución al enemigo de todos los males y el desconocimiento del otro para impedir cualquier empatía con él. 

Por ejemplo, el “debate” sobre el fascismo promovido por el gobierno de facto, me pareció una distracción concebida por el madurismo para enredar a la izquierda mundial e, incluso, a la nacional, empezando por su propia militancia, que aunque se declara chavista, rechaza ser tramposa y autoritaria. “Fascismo” en el discurso oficial del gobierno de facto e inconstitucional, ha dejado de ser un concepto para convertirse en una etiqueta, el concentrado de todo el Mal con mayúscula, que designa y descalifica a todos los que cuestionan al régimen de facto, además de un estigma que guía a los organismos de “seguridad” estatales en su represión y violación de todos los derechos. De este modo, “fascismo” ya no se refiere a un fenómeno histórico y político, sino que es un término que se agrega a la “neolengua”, la cual, no hay olvidar, tiene como función impedir el pensamiento crítico o divergente. Por ejemplo, la Neolengua ya no habla de salario, sino de Ingreso Mínimo de Supervivencia, por ejemplo. Es decir, “fascismo” es tan solo un insulto en labios de Maduro y sus socios. Casi que ya no es un concepto. 

Lo anterior es solo una precaución metodológica. No niega la necesidad de esclarecer qué es el fascismo, especialmente cuando hemos identificado en el comportamiento del madurismo, rasgos y conductas característicos del fascismo histórico, pasado y presente. Hace tiempo el semiótico italiano Umberto Eco publicó una serie de criterios para identificar lo que denominó como “ur-fascismo”. Sé que mis lectores recuerden ese baremo. En todo caso, se consigue en Google. Efectivamente, si empleamos los índices de Eco del “ur-fascismo”, constataremos que el madurismo cumple con casi todos: un culto ritual a la tradición nacional (la instrumentalización de ese nacionalismo de “Venezuela Heroica” del culto a Bolívar hueco), el sincretismo (evidente en cualquier análisis de la “ideología” del régimen: un verdadero basurero de cachivaches ideológicos), el no reconocimiento del otro como preparación psicológica para su exterminio, el rechazo a la diferencia, la crítica y la disidencia, la culpabilización por todos los daños (desde los apagones hasta la situación lamentable de la salud) al grupo de los oponentes, el gusto por la violencia y el abuso, el chantaje, la coacción la amenaza (notable en las proferidas por el presidente de la Asamblea Nacional, a propósito del incidente de la carta de EGU, así como en sus “buenos modales” a Jefes de Estado hace poco “amigos”). También cumple con el rasgo de tener un Partido vertical, de disciplina más militar que civil, sin debate interno, centrado en la cúspide del gran Líder, y la lealtad de los militantes, no es a un proyecto político, sino personal, con el Jefe. “Führerprinzip” se llamaba esto en el Partido Nazi, en el cual se hacían juramentos de lealtad personalmente al Líder 

Otra distracción, más reciente, es la de la carta desgraciada de Edmundo González Urrutia. Ya hasta se convirtió en un tema de la política interna de España. Pero igual sirve para distraer la atención hacia la cuestión de la “valentía” o “cobardía” de EGU, y hasta el gusto por el whisky de “ese señor”, la coacción o el trato amable que puede dispensar el Presidente de la Asamblea Nacional y su hermana, después que todos hemos visto los insultos en contra de EGU, emitidos por Maduro, Cabello y demás, el auto de detención solicitado por el Fiscal, las acusaciones por cuatro delitos (muy discutibles, por cierto), el asedio de la representación diplomática brasileña mostrada como ejemplo de lo que puede hacer este gobierno, emulando a aquellos que asediaron a la Embajada cubana en 2002, los avisos muy verosímiles de que los organismos de seguridad del Estado ya lo tenían ubicado e iban por él, quien es nada menos que el favorecido por el voto popular, además de presidente electo por varios gobiernos del planeta (y por el Parlamento Europeo), pero sobre todo como lo muestran las únicas actas publicadas y la experiencia personal de miles de testigos, incluyendo los militantes del PSUV y los militares del “Plan República”. La noticia (de “segundo dia” como decimos los periodistas) tiene ramificaciones, porque ahora la pregunta sería quién filtró la carta a las redes sociales, si el gobierno o un sector de la oposición, que quiere anular el liderazgo actual de ese factor. Como para ponerse a comer cotufas.

Lo de los “potes de humo” ha existido siempre. Ahí están las referencias a los paseos que le hacían al Zar por el campo, donde sus ministros ocultaban la realidad de miseria de agricultores famélicos, mujeres maltratadas y niños en el hueso, mediante escenarios móviles, con actores contratados y todo, en las cuales el soberano de todas las Rusias veía campesinos rozagantes, bellas campesinas y niños robustos. Con Chávez eso llegó a sofisticarse tanto, que el propio Comandante se burlaba e insultaba a sus ministros por los “potes de humo” que le mostraban sus ministros para justificar aquellos presupuestos abundantes, propios de la bonanza petrolera de aquellos años. Ahora los potes de humo de este gobierno tienen mucha menos espectacularidad y eficacia, porque la credibilidad se ha acabado, incluso entre los cuadros medios y, sobre todo, el militante de base, quienes, serán chavistas, pero no pendejos. “Pote de humo” inverosímil, por ejemplo, es ese Instituto de Ciencias “Fernández Morán” d cartón, con profesores chinos, iraníes y rusos, donde se desarrollarían tecnologías punta como la Inteligencia Artificial, en un país donde las universidades, que están en el suelo y no les permiten ni renovar las autoridades democráticamente, cada vez menos tienen menos matrícula (la USB informó hace poco que solo se inscribieron 400 bachilleres), los sueldos de los profesores son de hambre para incentivarlos a hacer “emprendimientos” y vender tortas como los docentes a otros niveles y, sobre todo, cuando hay una deserción masiva en el bachillerato y primaria, y no hay ya profesores de materias básicas como matemáticas, química, física y biología. 

Estos “potes de humo” no pueden ocultar el fracaso del proyecto madurista (ahora aferrado a la ilusión de los BRICS), el robo de las elecciones mediante la distorsión monstruosa de la institucionalidad, donde un Poder (Judicial) usurpa las funciones de otro (Electoral), la ola represiva que ya no respeta ningún derecho humano, mucho menos las garantías constitucionales. La negativa a mostrar las actas electorales los delata ¡Muestren las actas! Sin ellas no habrá la paz que desea el capital que piensan atraer, como cualquier dictadura de derecha.

 

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