Todavía me es difícil de entender por qué sigue siendo más importante para todo el mundo la explicación de las razones que llevaron a Edmundo González Urrutia (EGU) a salir de Venezuela, que abordar el inmenso número de posibilidades positivas que su salida del país tiene y puede tener para los venezolanos, para la materialización del resultado real de las elecciones del 28 de julio. Pareciera que una parte de la opinión pública encontrara algún avance a nuestro principal problema –salir del régimen- revisando el detalle de la extorsión de la cual fue objeto EGU para que firmara cualquier cosa que le pusieran al frente para resguardar su vida y la de su familia.
¿Qué parte no entendieron de que un EGU muerto o encerrado en una tumba del régimen, hubiera significado que no valieran nada los 25 asesinatos y más de 2.000 detenciones arbitrarias cometidas después del 28 de julio? ¡Claramente que hubo un delito al extorsionarlo con su seguridad y la de su familia para entregarle un salvoconducto para salir del país! Y que debía estar fuera para resguardar lo que algunos no quieren o no les da la gana todavía entender, por un sinfín de mezquinas razones: ¡QUE EGU ES EL ÚNICO DEPOSITARIO de la Soberanía Popular expresada el 28 de julio! ¡Sin él no hay nada que cobrar!
Y en el medio del océano de los más atroces delitos cometidos por este régimen a través de sus principales representantes en más de 25 años, ¿por qué todavía se sigue insistiendo en cómo EGU salió de Venezuela? ¡Es por eso por lo que seguimos en esta lucha! ¡Por la restitución de las libertades y el Estado de derecho! Claramente, a la vuelta de la legalidad en el país se deberán determinar las respectivas responsabilidades de los actores de este lamentable episodio, tanto de venezolanos como de extranjeros y abrir los procesos penales correspondientes.
Pero aquí voy a lo que considero más importante de este impasse de la lucha política: ¿Qué interés podía haber en desprestigiar o minimizar el carácter de EGU en esta situación, colocándolo como un cobarde o de supuesta “marioneta” de unos vividores de la política venezolana o española? ¿Quién o quiénes están detrás de todo esto que aún continúan echándole leña a ese fuego, y que no salgamos de esta discusión estéril? A eso es lo que los venezolanos tenemos que ponerle el ojo. Las envidias se han puesto al rojo vivo y hay mucha gente de la vieja política que prefiere destrozar lo que se ha alcanzado, a permitir que se siga avanzando en la recuperación del país, con la conducción de un liderazgo distinto.
¡Ya EGU está afuera de Venezuela! ¡Hay que continuar! ¿Qué es posible que el régimen se ensañe con su familia luego de haber establecido que luchará por hacer valer la Soberanía Popular, contrario a lo que decía el papel que firmó? Es posible. Pero EGU ya está más arriba de eso, y no solo es responsable del futuro de ellos SINO DE LOS MILLONES DE VENEZOLANOS QUE VOTAMOS POR EL que permanecemos también secuestrados con su familia en el país. Esa fue la pesada carga que aceptó cuando decidió representarnos en la elección del 28 de julio en lugar de María Corina Machado (MCM). Los votos fueron depositados por EGU para restablecer un modo de vida que nos arrebataron, y nos pertenece a los venezolanos.
Pero los responsables del intento de desprestigio de EGU al salir del país, siguen allí vivitos y coleando. Seguirán asechando, buscando, al igual que el régimen, una nueva oportunidad para que fracase y con él, cualquier iniciativa dirigida a hacer valer el resultado de la elección del 28 de julio. Y estarán muy cerca de EGU porque saben que solo así pueden hacerlo fracasar. La sola presencia del verdadero representante de la Soberanía Popular venezolana en los escenarios internacionales le abrirá cualquier puerta, y eso lo resienten en el régimen y al parecer mucho más en la oposición que fracasó en el intento de cerrarle el paso al sentimiento popular de cambio en el país. El enemigo seguirá allí asechando, aun cuando haya perdido las elecciones.
Es por eso que estando EGU ya afuera, el resto de los venezolanos solo debemos darle la oportunidad al Presidente Electo para hacer lo que tiene que hacer. Y eso me hace recordar un cuento que leí en alguna parte y que busqué sin éxito para hacerles la referencia. Mis disculpas anticipadas si alguno de ustedes lo conoce y no es exactamente como lo describo aquí. El cuento trata de alguien que le pregunto a Dios quién había sido el estadista más grande de toda la historia. Y Dios recorrió con él la historia desde el mismo principio, presentándole a Alejandro Magno, a Julio César, a Napoleón, a Bolívar, a Churchill y muchísimos estadistas y líderes de la historia humana. ¿Cuál de esos es?, preguntó el acompañante ansioso. Espera, todavía no llegamos, dijo Dios. Finalmente, llegaron a un pequeño taller donde un humilde zapatero trabajaba a la luz de una vela. Y Dios señaló: este es el estadista que buscas. La persona con asombro le dijo a Dios, ¿cómo puede ser un humilde zapatero el estadista más grande de la historia? Pues ese es -dijo Dios- solo que nunca le dieron la oportunidad…
No digo que EGU sea un estadista ahora, pero la historia y los venezolanos le hemos dado la oportunidad de serlo. Y solo Dios sabe que tendrá toda la ayuda desinteresada que pueda recibir de las mentes más privilegiadas de Venezuela regadas por todo el mundo. ¿Cómo podría fracasar? Si alguna oportunidad ha tenido Venezuela para resolver y salir adelante es esta si sabemos cómo aprovecharla, en especial si quien se encuentra al frente es un diplomático de carrera, cuya especialidad natural es la resolución pacífica de los conflictos.
Si de algo está seguro el régimen de Nicolás Maduro Moros es que no serán tolerados en el largo plazo en su condición de ilegítimos. Ya hay suficiente información oficial y extraoficial que indica que el régimen violentó la Soberanía Popular, y el cerco irá cerrándose implacablemente con el tiempo. Tendrán que negociar tarde o temprano.
Sin embargo, hay factores externos que los empujan a creer que pueden salirse con la suya. Es por eso que hay que abordarlos diplomáticamente. Por ejemplo, ¿cuál sería el problema que un equipo multidisciplinario encabezado por EGU, bajo la mentoría de EEUU y la UE, negocie con China y Rusia de manera directa una forma de convivencia que preserve sus intereses en el país, demostrándoles que un gobierno democrático con el respaldo mayoritario del pueblo venezolano presidido por EGU, sería más beneficioso para ellos que uno ilegítimo, dándole una salida democrática y pacífica al problema? Serían entonces los chinos y los rusos quienes le dirían al régimen que sería más conveniente para los intereses de todos que depongan su actitud y negocien una salida.
En el año 2020, ANCO le dirigió una comunicación al Presidente de Rusia, Vladimir Putin en ocasión de unas palabras que este pronunciara en el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF) en junio de 2019, reseñadas por el Diario Sputnik según las cuales “la crisis de Venezuela debe ser resuelta por el propio pueblo venezolano, y es el pueblo quien debe decidir si Maduro debe permanecer en el poder o no, mediante el dialogo, las consultas y la interacción entre diferentes fuerzas políticas” (ver: ANCO entrega carta al Presidente de Rusia, Vladimir Putin). En esa oportunidad abogábamos por una solución pacífica y electoral al problema venezolano.
Esta comunicación fue respondida oficialmente el 25 de mayo de 2020 a través de su Embajador en Venezuela, Sr. Sergey Melik-Bagdasarov, donde claramente se indicaba en nombre del Presidente Putin, que “Rusia ha abogado por el arreglo en Venezuela por los mismos venezolanos” (ver: Carta de respuesta de la Embajada de Rusia). Mal podría entonces Rusia como país, luego de esas palabras del Presidente Putin en San Petersburgo en 2019, oponerse a que efectivamente los venezolanos hayamos decidido por una mayoría abrumadora el 28 de julio, que Maduro abandonara el poder por la vía pacífica y democrática. De la misma manera, China y el resto de los países que acompañan al régimen.
Es claro que nada de esto será fácil, pero China y Rusia son los principales pilares externos de sostenimiento del régimen. Los cubanos tendrían que alinearse a lo que allí se decida porque ellos serían seguramente protegidos en una negociación como esa. Si lo externo es abordado con éxito, los pilares internos que los sostienen no tardarán en ceder. Una personalidad como EGU, con el claro respaldo de la Soberanía Popular venezolana y de países como EEUU y los integrantes de la UE, puede llegar a acuerdos legítimos de ese calibre con esos países, y asegurar que este grave problema que tenemos se resuelva en muy corto plazo. ¿Imaginación mía? Tal vez, pero estas son solo ideas de alguien que de verdad cree que hasta un humilde zapatero puede llegar a ser un estadista si se le da la oportunidad.