los trabajadores adscritos al Sindicato de Profesionales de la ULA núcleo Táchira -Siprula-, exigen mejoras salariales, debido al déficit que manejan desde hace varios años. Dicen estar cansados de recibir «migajas y sentirse como «mendigos», así lo expresó Olga Soto secretaria de la organización sindical.
«Nosotros estamos exigiendo un sueldo vital, ya estamos cansados de las migajas que nos están dando,» expresó Soto. «Nos están destruyendo como universitarios, nos quieren cerrar la universidad debido a estas situaciones».
La situación económica de los trabajadores universitarios es insostenible. Según Soto, un sueldo para un personal fijo con ocho o nueve años de servicio, ya sea obrero, vigilante o administrativo, es de apenas 130 a 140 bolívares. «Como entenderán, una persona no puede subsistir así,» enfatizó. Incluso los rangos más altos no superan los 670 bolívares mensuales, lo que hace imposible mantener una semana abierta su espacio de trabajo.
Horario mosaico como alternativa
Debido a estas condiciones, los trabajadores llegaron a un acuerdo para laborar en sus espacios solo dos o tres veces a la semana. «La mayoría de los compañeros viven fuera de la universidad y no pueden costearse el transporte. Nosotros estamos solicitando y exigiendo una mejora salarial, ya basta de esta situación tan difícil, somos mendigos.»
La falta de personal ha generado una sobrecarga laboral para quienes se mantienen en sus puestos de trabajo. «Yo soy la coordinadora de la biblioteca, pero no me llega personal de atención al público, por tal motivo tuve que llegar a la situación de tener un cierre técnico dentro de esta área».
La situación en Táchira es reflejo de una crisis más amplia que afecta a las universidades en todo el país. «Estamos en las mismas condiciones que el resto del personal en las distintas instituciones». Soto expresó que muchos trabajadores han tenido que buscar otros empleos, incluso fuera de su campo profesional, para poder subsistir.
En el caso del área de limpieza, los trabajadores afirman que la institución se mantiene en pie gracias a los trabajadores de otros espacios, y a los alumnos. «La universidad está limpia gracias a los mismos estudiantes, profesores y empleados, porque ya no hay personal de mantenimiento», dijo.
Luzfrandy Contreras – DLA