Luis Manuel Aguana: Venezuela, la certeza de la incertidumbre

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¿Deberíamos preocuparnos por el futuro cercano de la situación política del país? Cualquiera podría decir, ¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Claro que deberíamos estar preocupados! ¿Y si yo les dijera que con o sin esa preocupación, el destino que tiene Venezuela no puede ser otro que el de ser libres? La gesta libertaria de Venezuela es una herencia histórica que, querámoslo o no, llevamos a cuestas los venezolanos, desde hace más de 200 años. Forma parte de nuestra manera de ser y de actuar. ¿No se han dado cuenta de que en toda nuestra historia, por más que algún gobernante haya querido someter a los venezolanos, ha salido tarde o temprano con las tablas en la cabeza? Ese es la característica de “cuero seco” que nos atribuyo Antonio Guzmán Blanco hace más de 100 años.

Entonces, la pregunta aquí no es si corregiremos o no el error monumental de nuestra historia que significo Hugo Chávez en 1998, sino en qué momento y cómo. En ese contexto, podemos tener la certeza del desenlace. Lo que nos causa preocupación es la incertidumbre de no saber cuándo y cómo será. En la historia cercana del siglo XX, con Juan Vicente Gómez, la cosa tardó 27 años, terminando con la muerte del dictador, no sin antes de muchos intentos, incluidas invasiones externas como la expedición del Falke. En el caso de Marcos Pérez Jiménez tardamos 10 años, menos tiempo pero con el auxilio de las FFAA.

La situación que nos ha tocado vivir desde hace más de 25 años igualmente tendrá un final con el consiguiente resurgimiento del país, como ocurrió antes. No es un deseo, es una certeza. Sin embargo, debemos reflexionar un poco acerca de cuánto y cuando hemos avanzado en ese objetivo, y las razones de los diferentes fracasos. Soy un convencido de que el régimen no hubiera durado lo que ha durado sin la ayuda de la oposición comprada y cohabitante. En otras palabras, no hemos tenido una oposición verdadera –o no hemos tenido oposición alguna- que conduzca al triunfo real del pueblo opositor. Sería innecesario reseñar en esta nota la cadena de errores cometidos, por acción u omisión, por quienes se dijeron opositores en todos estos años, porque ya lo he hecho de alguna manera en este blog al menos en 14 de esos 25 años.

En esta ocasión, diferencia de las anteriores oportunidades, tenemos una oposición con la vocación que se requiere frente al régimen, liderada por María Corina Machado (MCM), quien ha demostrado sin lugar a dudas estar al nivel del problema que tenemos. Se podría estar en desacuerdo con su historia pasada, pero lo indiscutible es que ha llevado este conflicto a un nivel que podemos decir con confianza, que tenemos la oportunidad, nunca antes más cercana, de resolver el problema político del país. Y en el caso negado de perder esa oportunidad, los venezolanos ya se han dado cuenta cabal de quienes han sido los traidores y del tenor que se requiere de quienes deben conducir esta lucha.

Hoy se ha avanzado, como nunca antes, desde el proceso de primarias del 22 de octubre de 2023, siendo que por primera vez el régimen se encuentra arrinconado y a la defensiva, llevándose a todos por delante, atropellando más aún los Derechos Humanos de quienes se le oponen. Ese es el mejor indicador del avance opositor.

Un indicador incontestable es la declaración de 31 gobiernos de países que al margen de la 79º Asamblea General de la ONU, se reunieron para dialogar sobre la grave y urgente situación presentada por Venezuela, en apoyo al respeto de los principios democráticos y el ejercicio de los Derechos Humanos en nuestro país, y en el que se exhorta a iniciar “conversaciones constructivas e inclusivas sobre una transición con garantías para ambas partes a fin de resolver el estancamiento político del país y restaurar las instituciones democráticas pacíficamente de conformidad con la legislación venezolana, así como con la voluntad del pueblo expresada a través de sus votos el 28 de julio. Permanecemos junto a los millones de venezolanos que siguen arriesgando sus vidas y su bienestar para exigir un futuro más democrático, próspero y seguro para ellos y para su país” (ver Departamento de Estado de EEUU, Comunicado conjunto sobre la situación en Venezuela, 26 de septiembre de 2024. (Resaltado nuestro).

¿Dónde se halla la incertidumbre? Tenemos la certeza de que esa oposición derrotada, deseosa de recuperar una confianza que los venezolanos le quitamos, por corrupta y cohabitante, influya para que Edmundo González Urrutia (EGU), y en consecuencia MCM, fracasen en el intento de recuperar el país, dinamitando la toma de posesión de EGU en enero de 2025, y desacreditando el liderazgo opositor bien ganado de MCM en las urnas. Se puede tener la certeza de esa incertidumbre.

La oposición oficial comenzó ya una lucha intestina en Venezuela (caso PJ y Capriles) para ver quién luce mejor frente al régimen para unas elecciones regionales el 2025, y seguir sobreviviendo a costa de nuestras desgracias con el régimen a la cabeza. Mientras 31 gobiernos le dicen a Maduro que deponga su actitud y respete la voluntad de los venezolanos del 28 de julio, la oposición oficial se comienza a cuadrar con el régimen para unas elecciones regionales, siendo esta la primera beneficiada del fracaso de EGU y MCM. Mayor contradicción imposible, que comprueba lo que siempre muchos  sostuvimos: que realmente NUNCA fueron oposición. ¿Seguiremos los venezolanos en ese juego electorero del régimen que solo alimenta la desgracia y el continuismo?

El régimen, en su desesperada búsqueda de la “normalidad” post 28 de julio, hará lo imposible para detener el avance internacional del cerco que paso a paso se le ha construido y que continuará cerrándose todos los días. Cada día hay un éxito nuevo en la dirección del reconocimiento internacional de EGU como Presidente Electo. Prácticamente, la noticia internacional más importante de estos días han sido los pronunciamientos en la 79º Asamblea de la ONU de los presidentes a favor del respeto de la Soberanía popular y los Derechos Humanos en Venezuela, comenzando por el del mismo Presidente de los EEUU, Joe Biden.

El peor error que podemos cometer es acelerar algo que se está desarrollando exitosamente. El mundo ya sabe que el régimen no es viable y cada día que pasa vamos consiguiendo más apoyos, como el del reciente pronunciamiento del Senado colombiano instando al Presidente Petro a reconocer a EGU como Presidente Electo (ver EGU y MCM le agradecieron al Senado de Colombia su apoyo, en:

Edmundo González y María Corina Machado le agradecieron al Senado de Colombia su apoyo

Pero si eso no es suficiente, sumamos la declaración de ayer del Secretario de Estado de los EEUU, con la Ministro de Asuntos Exteriores de Argentina, Diana Mondino, en el Hotel Palace de Nueva York el 26 de septiembre, indicando “Venimos aquí unidos en el compromiso de defender los derechos humanos del pueblo venezolano, y comprometidos a lograr un esfuerzo inclusivo, liderado por venezolanos, para restaurar el futuro democrático de esa nación. Eso significa insistir en que Maduro entable un diálogo directo con la oposición democrática unida de Venezuela que conduzca a un retorno pacífico a la democracia. Estados Unidos y sus socios están plenamente dispuestos a apoyar este proceso” (ver Declaraciones del Secretario de Estado de EEUU, Antony J. Blinken en una reunión ministerial sobre la urgente situación de Venezuela, en: Declaraciones del secretario de Estado de EE. UU. Antony J. Blinken en una reunión ministerial sobre la urgente situación en Venezuela.

Una solución violenta no le conviene ahora a nadie, salvo a los que viven de ellas y azuzan los odios de las personas para vender armas o su conocimiento de matar. La última vez en que Venezuela se metió de lleno en una espiral de violencia acabamos con el país, y murió un tercio de la población. Podría argumentarse en contra que logramos salir del dominio español y liberar un territorio que se convirtió luego en 5 naciones, a un costo que todavía algunos consideran demasiado elevado, incluyendo la destrucción del sueño unitario de Bolívar. De esas 5 naciones solamente Venezuela quedo arrasada en gente e infraestructura productiva, y no salimos de abajo hasta encontrar petróleo.

Pero aunque la Guerra de Independencia fuera en defensa propia -no tuvimos alternativa- de acuerdo  al historiador español Fernando Olivié, citado por Enrique Tejera París, en su obra Venezuela y el Dios de los borrachos (1), debió ser evitada: “En vez de enviar a América a diplomáticos y hombres de Estado –que tampoco había muchos- Fernando VII y su gobierno enviaron a Morillo con 10.000 soldados, pero hasta la misma elección de Morillo fue un error”. De acuerdo a Tejera París, “Con semejante monarca no había arreglo ni negociación posible. Nuestra guerra de independencia era inevitable, por defensa propia”.

Pero ahora si tenemos alternativas, porque el mundo y el siglo son diferentes. Contamos con un Presidente Electo que tiene los votos de los venezolanos, y una causa sostenible y compartida cada vez más por la Comunidad Internacional. Y si finalmente no hay arreglo ni negociación posible con quienes ahora secuestran el país, la negociación todavía sería viable con los países que los sostienen en el poder. Y esos países acabarán comprendiendo, que más les vale trabajar para el futuro en sus intereses, con un gobierno legítimo en Venezuela que con una mafia que el mundo cada vez más rechaza  plenamente.

Como decía Gustavo Herrera, venezolano insigne, Canciller, Ministro de Educación y Ministro de Fomento en 1943, citado por Tejera París en la obra arriba mencionada: “No se preocupen tanto, porque a Venezuela la protege el Dios de los borrachos”. No solo estoy seguro de eso, sino de nuestra condición resiliente y libertadora, incapaz de ceder, y que ojalá nunca llegue a manifestarse con violencia, porque la última vez que ocurrió eso, la onda expansiva de esa confrontación no solo aniquiló a un tercio de nuestra población sino a la totalidad de los que quisieron someternos…

 

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